<p>Para aprobar el proyecto se necesitaba un apoyo de 75% de los votos y sólo lograron 56%. El proyecto dividió a los 960 habitantes del pueblo después de que el concejo lo aprobara en marzo. <br />
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La marihuana se iba a vender a una asociación de drogadictos en Barcelona. En España es legal cultivar pequeñas cantidades para uso personal o compartido. <br />
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El concejo comunal propuso arrendar un predio de siete hectáreas de tierra a ABCDA, una asociación de usuarios de drogas en Barcelona. Hasta ahora Rasquera basa su actividad en el cultivo de olivares y viñedos. Pero como muchos municipios en España, acumuló deudas durante la crisis financiera. <br />
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El proyecto habría generado alrededor de 1,3 millones de euros (US$ 1,7 millones). Pero el Programa Nacional de Drogas opinó que cultivar marihuana en grandes cantidades violaría la ley. Mientras la mitad de los residentes pensaba que era una buena idea, otros se preocupaban por la legalidad del proyecto. Uno de los granjeros que votó en contra de la propuesta, dijo que no quería que el pueblo luego afrontara una enorme multa si el gobierno decidía que el cultivo era ilegal. El intendente de Rasquera, Bernat Pellisa, había declarado que renunciaría si el proyecto era rechazado. Pero después de la votación dijo a todos los canales de televisión que llenaron las calles del pueblo que lo volvería a pensar. <br />
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El proyecto habría creado, además, 40 puestos de trabajo en un país donde el desempleo está llegando a niveles récord luego de la crisis financiera causada por el crac del mercado inmobiliario en 2008.</p>
Un negocio frustrado en Barcelona
Se trataba de una solución creativa que finalmente no logró aprobación de la mayoría. Rasquera, un pueblo al sur de Barcelona, España, rechazó un plan que proponía cultivar marihuana para saldar deudas creadas durante la crisis financiera.