viernes, 22 de noviembre de 2024

Principal obstáculo para la industria: acceder a divisas

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En 2022, la industria encadenó dos años de recuperación y superó el nivel alcanzado en 2019 (pre pandemia), pero colocándose aún por debajo del pico de más de una década atrás.

Por Guillermo Bermúdez (*)

En la segunda parte del año, se tuvo un recorte de la dinámica y el cuarto trimestre cerró con caída.

 Luego de mostrar el mejor desempeño en 2022 y el mayor aumento entre todas las ramas en enero, la producción automotriz volverá a resultar en 2023 la de crecimiento más pujante, en un año en el que el acceso a las divisas será el principal obstáculo para el desarrollo de la producción industrial.

La producción industrial en 2022 registró un avance de 2.7% de acuerdo al Índice de Producción Industrial (IPI) de FIEL, encadenando dos años de recuperación, pero con un marcado recorte en el crecimiento respecto al rebote que se tuvo en 2021 y que alcanzó el 16.1%. De este modo, el nivel de actividad industrial del año pasado se colocó 13.3% por encima del de 2019, en la pre pandemia, pero aún resulta un 3.7% inferior al pico de producción alcanzado más de una década atrás, en 2011. Los datos de la última parte del año resultan, además, desalentadores.

En diciembre último, se registró una caída interanual de 3.4%, con avances en la producción de minerales no metálicos, el proceso de petróleo, las industrias metálicas básicas, entre las más importantes, que se combinaron con caídas en la producción metalmecánica, de automotores y de insumos químicos y plásticos. En el cuarto trimestre de 2022, la industria acumuló un retroceso interanual de 0.9%, que interrumpió la sucesión de mejoras que se tuvieron en los últimos ocho trimestres –desde el cuarto de 2020 en el proceso de apertura durante la pandemia.

En términos desestacionalizados, la actividad industrial del cuarto trimestre cayó 3.2% en la comparación con el tercero, encadenado dos trimestres de recorte de la producción y señalando el tránsito de la actividad por una fase contractiva. A lo largo del año, la actividad industrial se desarrolló en un escenario de escasez y ceñida administración de divisas -desde el Sistema de Monitoreo de Importaciones (SIMI) al Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA)- que redundó en un incremento del endeudamiento de las firmas locales con proveedores del exterior y sus casas matrices por mayores aportes.

Las restricciones en el acceso a las divisas alcanzaron a todos los sectores y, en algún caso, se combinaron con problemas de abastecimiento derivados de la disrupción de las cadenas logísticas globales. También conflictos gremiales obstaculizaron el normal desenvolvimiento de la producción industrial, como el del sector de los neumáticos. La pérdida de dinámica de la actividad industrial fue marcada en el segundo semestre. Entre los sectores de actividad, la producción automotriz lideró el crecimiento, mostrando una fuerte inserción exportadora junto con una creciente participación en los patentamientos locales.

La producción del bloque concluyó el año con un crecimiento que multiplicó cerca de diez veces el promedio de la industria, a pesar de los obstáculos que atravesó la cadena de valor en términos de acceso a las divisas. La producción de minerales no metálicos cerró 2022 con el mayor nivel de producción de la serie, con ampliación de capacidad en la producción de vidrio de por medio. Las industrias metálicas básicas mostraron un mejor desempeño en la segunda parte del año, combinando alguna recuperación de la producción siderúrgica primaria junto con un menor ritmo de caída en la producción de elaborados.

La producción de aluminio mostró un buen ritmo de crecimiento, que se aceleró en el segundo semestre. La realización de paradas por ampliación de capacidad en el sector de la refinación de petróleo afectó la actividad, pero su normalización hacia la última parte del año contribuyó a contener un mayor deterioro de la industria en su conjunto. La metalmecánica, que en los primeros meses de 2022 lideraba el crecimiento sectorial junto a la industria automotriz, especialmente a partir del avance de la producción de maquinaria agrícola y de autopartes, comenzó a mostrar una pérdida de dinámica hacia la última parte del año que redundó en un recorte de su aporte al crecimiento industrial. Las perspectivas para la rama son de cautela dado el impacto de la sequía sobre la producción primaria y con ello sobre los recursos del sector para sostener la demanda de maquinaria y equipo.

El dinamismo en la producción de bebidas, que venía sosteniendo la rama de los alimentos y bebidas, se recortó en el último bimestre, resultando en una caída de la actividad de la rama en su conjunto en diciembre. Finalmente, la producción de químicos y plásticos mostró un menor ritmo de avance desde el segundo trimestre y, en el cuarto, registró una caída interanual que resultó en un retroceso acumulado en el año, explicado no sólo por el conflicto en el sector de los neumáticos, sino también por la merma en la producción de pinturas y jabones, y a pesar de un destacado avance en la producción de agroquímicos. Así, en 2022, nueve de las diez ramas que reporta el IPI de FIEL acumularon una mejora en la comparación con el año anterior.

La industria automotriz acumuló un crecimiento de 24.2%, seguida de la producción de minerales no metálicos (7.3%), las industrias metálicas básicas (6.1%), la producción de papel y celulosa y el proceso de petróleo ambas con un avance similar (3.5%) y los despachos de cigarrillos (3.1%). La metalmecánica alcanzó un crecimiento similar al promedio de la industria (2.7%). Las ramas que tuvieron un crecimiento inferior fueron la de alimentos y bebidas (1.4%) y la de insumos textiles (0.4%).

Finalmente, la producción de insumos químicos y plásticos cerró 2022 con un recorte de la producción del 2.2% en la comparación con el año anterior. En términos del aporte al crecimiento, la producción automotriz explicó más del 60% del avance de la industria en el año, y junto con la metalmecánica se acercaron al 80%. En lo que respecta a la producción industrial por tipo de bien, en 2022 fueron los bienes de consumo durable y de capital -con tasas de 9.9% y 7.7%, respectivamente- los que registraron el mayor avance, reflejando el desempeño de la cadena automotriz, la producción de maquinaria agrícola y de durables para el hogar. Por su parte, los bienes de consumo no durable crecieron 1.6%, al tiempo que la producción de bienes de uso intermedio alcanzó un nivel similar al del año anterior.

Merece mencionarse que la producción de bienes no durables alcanzó en 2022 el nivel de producción más elevado de la serie, explicado por el mayor nivel de actividad en la producción de alimentos, entre los que se destacaron el avance de la faena vacuna y porcina y de productos de panadería, galletas y bizcochos. En términos de aporte al crecimiento, la mayor contribución la realizó la producción de bienes de consumo durable, con 60% del total, seguido de la producción de bienes de capital con una contribución del 20%. Como se mencionó arriba, la actividad industrial se desarrolló a lo largo del año en un escenario de escasez de divisas.

El balance cambiario del BCRA para 2022 dio cuenta de que en el Mercado Único y Libre de Cambio (MULC) se tuvieron ingresos por exportaciones de bienes que alcanzaron los USD 90.5 mil millones, mientras que los pagos por importaciones de bienes sumaron USD 68.7 mil millones. En la comparación con las medidas de base devengado (Intercambio Comercial Argentino del INDEC), se tienen exportaciones algo inferiores (USD 88.5 mil millones), señalando anticipos o prefinanciaciones, mientras que el caso de las importaciones el monto de base devengado superó los USD 81.5 mil millones.

Precisamente, la diferencia entre el monto importado medido en base devengado y caja –unos USD 12.8 mil millones-, refleja en alguna medida un aumento del endeudamiento de las firmas locales con sus proveedores del exterior y con sus casas matrices a partir de mayores aportes. Al mismo tiempo, los pagos anticipados por importaciones, se redujeron en 2022 en más de USD 2.2 mil millones en el año en la comparación con 2021. Con todo, el balance de divisas del tuvieron un retroceso en la comparación interanual, comenzando con los insumos textiles (-1%) y los químicos y plásticos (-13.7%). En el repaso del avance de los sectores, se tiene que el bloque de los minerales no metálicos tuvo en enero un importante aumento, resultando en el nivel de producción más alto para cualquier mes de enero de la serie.

En efecto, en la comparación con el mismo mes de 2022 la producción del bloque creció 24.8%, con un aumento en los despachos de cemento del 8.9% y otro importante aporte de la producción de vidrio a partir de efecto de la ampliación de planta de VASA. En cuanto a los despachos de cemento, de acuerdo a información preliminar, el granel tuvo un marcado avance, mientras que los despachos en bolsa anotaron el cuarto mes de caída en la comparación con el mismo mes del año anterior. El avance de los despachos a granel se encuentra en línea con las expectativas sectoriales de mayor actividad para el periodo enero – marzo de acuerdo al relevamiento que realiza INDEC.

Las expectativas para la actividad de la construcción en 2023 se encuentran condicionadas a la reactivación de la obra pública en un año electoral. En el caso de la metalmecánica, la rama registró en enero una mejora de 7.7% en la comparación con el mismo mes del año pasado, mostrando un buen comienzo de año luego de un segundo semestre con debilidad y un mal cierre en 2022. Al interior del bloque se tuvieron comportamientos mixtos, entre los que se destacaron el fuerte avance de la producción de autopartes yy la mejora de la producción de maquinaria Gráfico 5. Índice de Producción Industrial (IPI) – FIEL IPI SA, Tendencia Ciclo y Recesiones Industriales Gráfico 6. IPI. Velocidad de Entrada en las Recesiones desde el Pico de Actividad Fases recesivas seleccionadas Mes de Entrada índice = 100 Fuente: FIEL. Fuente: FIEL. agrícola.

También se observaron mejoras en la producción de implementos para la construcción y caídas en la de cables y alambres. Respecto a los meses por venir, la demanda y producción de maquinaria agrícola podría verse afectada por el impacto de la sequía sobre las decisiones de inversión y renovación de equipos. La rama de los alimentos y bebidas mostró un alza de 4.0% en el mes de enero y en la comparación interanual. La subrama de alimentos avanzó 8.2%, y a su interior se destacó el aumento de la faena vacuna en la comparación con enero de 2022, que entregó una baja base de comparación al registrar un nivel de faena inferior al millón de cabezas. Al respecto, la actividad de los frigoríficos fue una de las más impactadas por la ola de contagios Covid.

También, como en meses previos, se destaca la dinámica de la faena de animales adultos, con una participación de hembras estable en el orden del 45%. Por su parte, la subrama de bebidas acumula un trimestre en retroceso en la comparación interanual, explicada por la caída en la producción de cervezas, gaseosas y vinos. El bloque de los químicos y plásticos mostró en el mes de enero una caída que alcanzó el 13.7% respecto a enero de 2022. El retroceso de la producción en alguna de las actividades al interior del bloque sigue la tendencia del segundo semestre de 2022, en parte explicado por problemas de abastecimiento con insumos importados. Las perspectivas para 2023 son de un escenario similar al del año anterior, con un magro crecimiento de la producción.

Finalmente, mencionar que la producción automotriz en el mes de enero avanzó 46% en la comparación interanual, con un aumento más marcado (60%) en la producción de automóviles que en la de utilitarios (35.5%). Estos resultados, se tuvieron aún con la realización de paradas por vacaciones, que también se habían tenido en enero de 2022. Para el año 2023, la expectativa de producción del sector se coloca en el orden de las 600 mil unidades, un 12% por encima del nivel alcanzado en 2022, pero aún por debajo del récord de producción de 2011, cuando se fabricaron 800 mil unidades.

A mediados de mes, Toyota anunció el inicio de su tercer turno de producción en la terminal de Zárate. El objetivo de la firma es superar las 165 mil unidades producidas en 2022 y llevarlas a las 180 mil, un 9% más. No deber perderse de vista que, en 2022, la producción de la terminal representó el 31% del total del bloque automotriz, mientras que sus exportaciones – unas 135.7 mil unidades- dieron cuenta del 42% de las del bloque y del 82% de la producción de la terminal. En materia de exportaciones de vehículos, 2023 muestra un buen comienzo con 11.3 mil unidades enviadas al exterior –un 22.2% por encima del registro de enero del año pasado. El volumen exportado se acercó al de enero de 2021, cuando se enviaron al exterior 11.9 mil unidades, siendo estos dos registros los más altos desde enero de 2014, cuando se habían exportado 19.6 mil unidades. Como ya se ha mencionado, en 2022, la cadena automotriz logró una reducción de su déficit de divisas a partir de una mayor inserción exportadora –que se espera se profundice en 2023- y endeudamiento con el exterior.

Los datos de patentamientos de vehículos en enero 2023 dan cuenta del mayor nivel de ventas de los últimos tres años. En el mes, los patentamientos alcanzaron las 50 mil unidades, marcando un alza de 15.1% en la comparación interanual y resultando el mayor nivel de ventas desde enero de 2019, cuando se habían colocado en el mercado 60.1 mil unidades (un fenómeno similar se dio con las ventas de moto vehículos). En los últimos meses, la participación de unidades de fabricación nacional ha superado el 60%. En perspectiva, sobre los resultados de ventas nuevamente gravitará la disponibilidad de divisas para la importación de unidades y la adecuación que haga la demanda a la oferta de unidades disponibles.

Luego de que 2022 cerrara con 407 mil unidades patentadas, un 6.8% sobre el registro de 2021, se espera que en 2023 las ventas crezcan 5%, hasta las 427 mil unidades. IPI como Ciclo Económico En términos desestacionalizados, la producción industrial avanzó en enero 2.2% respecto a diciembre, alternando el signo en los últimos tres meses, y colocando a la producción industrial un 5.6% por debajo del nivel alcanzado en abril pasado. Los indicadores que permiten anticipar la reversión de la fase de contracción no brindan señales concluyentes, al tiempo que la difusión de los sectores que muestran crecimiento en el último trimestre resulta la más baja desde mayo pasado. De este modo, la industria transita la onceaba recesión industrial desde 1980, medida de acuerdo al IPI de FIEL.

En la comparación con recesiones anteriores, transcurridos 9 meses, la caída equivalente anual supera a la de las recesiones iniciadas en noviembre de 1999 (-6.9%) y en junio de 2015 (-7.0%). Las restantes ocho recesiones industriales medidas desde 1980 a la fecha tienen caídas equivalentes superiores. Perspectivas de la industria en el corto plazo Las perspectivas de corto plazo continúan colocando a la escasez de divisas como el principal obstáculo para el desarrollo de la actividad industrial. La sequía ha impactado en la cosecha de trigo -entregando menores saldos exportables-, indujo una anticipación en la faena vacuna y afectó a la lechería. Las lluvias recientes no han logrado revertir el recorte esperado en la producción de granos gruesos y la generación de divisas de exportación.

Al mismo tiempo, el endeudamiento de las firmas con sus proveedores del exterior y sus casas matrices para sostener la importación de insumos, partes y piezas, ha alcanzado un nivel que luce poco probable de ser ampliado, junto con el hecho de que la cancelación de los vencimientos presionará sobre el stock de reservas. A lo anterior, se sumará las necesidades del sector público para cancelar sus compromisos de deuda sin un aporte neto por parte del FMI. La aún incierta puesta en práctica del mecanismo de garantías de crédito en el intercambio con Brasil, junto con una eventual mayor utilización del swap de monedas con China, podrían generar algún alivio, pero posponiendo los compromisos y con un costo en términos de intereses. En un año electoral, la puja distributiva gravitará sobre el desempeño de los sectores productores de bienes de consumo no durable.

Con todo, de profundizar su inserción exportadora y mejorar la participación en las ventas locales, el sector automotriz volverá a mostrar uno de los mejores desempeños, en un escenario en el que, derivado de la restricción en el acceso a las divisas, puede esperarse un magro crecimiento de la actividad industrial en su conjunto. 22 Indicadores de Coyuntura Nº 650, marzo de 2023 La sequía extrema registrada desde 2022 tendrá consecuencias graves sobre la producción y los saldos exportables agrícolas de la Argentina en 2023. El consumo interno seguirá abastecido, aunque al riesgo de mayores precios.

Las acciones compensatorias de las políticas públicas se demoraron y los productores se encuentran apremiados por el riesgo de quebrantos. A la vez, mantienen sus reclamos para la unificación cambiaria y la eliminación de las retenciones que afectan su crecimiento de mediano plazo. *Economistas de FIEL. Por Marcela Cristini y Guillermo Bermúdez* Un año excepción.

Por Guillermo Bermúdez (*) Economista de FIEL

 

 

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