<p>Elkann, nieto de Giovanni Agnelli, nació hace 34 años en Nueva York. Es hijo de un inglés, Alan, y de Margherita Agnelli Pahlen. La decisión saca a Elkann de segundo plano y lo lleva a interesarse en un conglomerado que exhibe marcas como Fiat (originalmente Fabbrica Italiana d’Automobili Torino), Ferrari, Lancia, Maserati, Alfa Romeo o, ahora, Chrysler. También controla el Juventus y el diario La stampa. <br />
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No obstante, analistas de Detroit y varios mercados europeos creen que Marchionni continuará conduciendo Fiat-Chrysler. En tanto, Elkann hereda de Montezemolo un papel difícil: lidiar con el gobierno central, las autoridades piamontesas y los poderosos sindicatos italianos. Después de todo, Fiat es la mayor empleadora de la tormentosa península.<br />
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A criterio de varios especialistas en la interna, el largo ostracismo de Elkann reflejaba el precio pagado por años de mal management, atribuido a Giovanni II, Umberto y la familia. Algunos hasta hablan de una “ley sálica” –vedaba a mujeres la sucesión de varios tronos- en perjuicio de la talentosa Susanna, hermana menor de los difuntos y abuela de Elkann. <br />
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La eventual fase siguiente, se especula, podría involucrar la partición del grupo en dos. Por un lado, Marchionne y Montezemolo se quedarán con “los fierros”. Por otro, Elkann encabezará al ala no industrial del conglomerado, inclusive la cadena de holdings ligada a Giovanni Agnelli & Cia, la caja fuerte de la fortuna familiar.<br />
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La dinastía Agnelli vuelve a tomar el mando en la Fiat
Sorpresivamente, Luca Cordero Montezemolo dejó la firma. En otra movida para que John Elkann tenga más peso en el grupo, le dan la presidencia del directorio. Montezemolo sigue al frente de Ferrari y Sergio Marchionne queda como director ejecutivo del conjunto. Pero se esperan más cambios organizacionales.