Google colocará US$ 4.000 millones. ¿Para qué?

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Nadie lo esperaba y muchos analistas se preguntan qué hay detrás de la decisión. Justo un año tras ingresar en Wall Street, el megabuscador informó a la Securities & exchange commission (comisión de valores) que sale en pos de fondos.

Financieramente, la movida tiene sentido, pues la capitalizaciòn bursátil de Google pasó en doce meses de US$ 85 a 280 por acción. Vale decir, subió 229%, a más de tres veces el primer cierre. Ahora, la masiva oferta anunciada involucra 14.200.000 papeles. Pero la incógnita es otra: ¿qué quiere hacer exactamente la empresa con los futuros fondos frescos?

En primer término, la suma adicional –suponiendo que el aumento del volumen accionario circulante no reduzca la cotización— equivale a 4,8% del capital al presente. En segundo lugar, el memorando a la SEC y la Bolsa de Nueva York indica que la compañía empleará los ingresos netos recaudados “para capital operativo y posible compra de negocios complementarios u otros activos y el financiamiento de investigación y desarrollo tecnológico”.

Por ende, Google probablemente piense en expandirse fuera del segmento donde se ha convertido en líder mundial (el motor de búsquedas por Internet), para mantener la ventaja sobre Yahoo y, eventualmente, Microsoft. Ambas han ampliado y mejorado funciones, justamente para acercarse al número 1.

“Sin duda, existe un plan netamente expansivo, tanto en volumen como en alcances”, presume el fondo Turner Investmnent Partners, que tiene casi medio millòn de acciones Google. “Los objetivos de la firma no pueden limitarse tomar gente, ampliar oficinas o comp`rarse algún operador chico en su mismo sector”. Los escasos indicios ofrecidos por el comunicado han sembrado dudas e hicieron que la acción cediese de US$ 286 a 280 inmediatamente después se conocerse la noticia. No obstante, en un año las utilidades netas han crecido 400%.

“A decir verdad, la compañía no precisa dinero extra”, sostiene una evaluación de Ram Partners, cartera especializada en el segmento. “Pero igual salen en pos de US$ 4.000 millones”. La incógnita sobre motivos reales se origina en el propio comunicado, una de cuyas frases señala que “no se tienen ni contemplan acuerdos actuales o futuros en cuanto a adquisiciones de activos”. Entonces ¿qué?

Pese a esa aseveración, Wall Street sospecha que Google reúne fondos para compras fuera de Estados Unidos. Especialmente en Asia oriental y meridional (parece que ahora “Asia” se restringe a esas partes del continente). Sucede que esa regiòn sigue estando de moda aunque, como observan algunos economistas serios –Robert Kuttner, Joseph Stiglitz, Jeffrey Sachs-, su espectacular expansión haya empezado a perder ritmo.

Otros expertos en negocios creen que la empresa contempla incursionar en telecomunicaciones. Eso sería una audacia, dadas la madurez y la competencia típicas de esa actividad. Por de pronto, comienza agrietarse la euforia cifrada en dispositivos manuales múltiples (teléfono, música, cámara, pantalla, datos y la mar en coche), porque su mercado no es tan vasto como lo pinta la publicidad: los menores de veinte años con mil dólares en el bolsillo no son tantos en el planeta.

Una tercera escuela asocia esta repentina decisión a la interna del segmento. Con Yahoo diversificándose o añadiendo miles de millones de páginas web y Microsoft compitiendo vía MSN, News Corporation admitió –días atrás- que armará un portal específico. Para ello, negocia una participación mayoritaria en un motor de búsquedas. Al parecer, se trata de Blinkx, una firma chica pero sólida y tecnológicamente versátil.

Financieramente, la movida tiene sentido, pues la capitalizaciòn bursátil de Google pasó en doce meses de US$ 85 a 280 por acción. Vale decir, subió 229%, a más de tres veces el primer cierre. Ahora, la masiva oferta anunciada involucra 14.200.000 papeles. Pero la incógnita es otra: ¿qué quiere hacer exactamente la empresa con los futuros fondos frescos?

En primer término, la suma adicional –suponiendo que el aumento del volumen accionario circulante no reduzca la cotización— equivale a 4,8% del capital al presente. En segundo lugar, el memorando a la SEC y la Bolsa de Nueva York indica que la compañía empleará los ingresos netos recaudados “para capital operativo y posible compra de negocios complementarios u otros activos y el financiamiento de investigación y desarrollo tecnológico”.

Por ende, Google probablemente piense en expandirse fuera del segmento donde se ha convertido en líder mundial (el motor de búsquedas por Internet), para mantener la ventaja sobre Yahoo y, eventualmente, Microsoft. Ambas han ampliado y mejorado funciones, justamente para acercarse al número 1.

“Sin duda, existe un plan netamente expansivo, tanto en volumen como en alcances”, presume el fondo Turner Investmnent Partners, que tiene casi medio millòn de acciones Google. “Los objetivos de la firma no pueden limitarse tomar gente, ampliar oficinas o comp`rarse algún operador chico en su mismo sector”. Los escasos indicios ofrecidos por el comunicado han sembrado dudas e hicieron que la acción cediese de US$ 286 a 280 inmediatamente después se conocerse la noticia. No obstante, en un año las utilidades netas han crecido 400%.

“A decir verdad, la compañía no precisa dinero extra”, sostiene una evaluación de Ram Partners, cartera especializada en el segmento. “Pero igual salen en pos de US$ 4.000 millones”. La incógnita sobre motivos reales se origina en el propio comunicado, una de cuyas frases señala que “no se tienen ni contemplan acuerdos actuales o futuros en cuanto a adquisiciones de activos”. Entonces ¿qué?

Pese a esa aseveración, Wall Street sospecha que Google reúne fondos para compras fuera de Estados Unidos. Especialmente en Asia oriental y meridional (parece que ahora “Asia” se restringe a esas partes del continente). Sucede que esa regiòn sigue estando de moda aunque, como observan algunos economistas serios –Robert Kuttner, Joseph Stiglitz, Jeffrey Sachs-, su espectacular expansión haya empezado a perder ritmo.

Otros expertos en negocios creen que la empresa contempla incursionar en telecomunicaciones. Eso sería una audacia, dadas la madurez y la competencia típicas de esa actividad. Por de pronto, comienza agrietarse la euforia cifrada en dispositivos manuales múltiples (teléfono, música, cámara, pantalla, datos y la mar en coche), porque su mercado no es tan vasto como lo pinta la publicidad: los menores de veinte años con mil dólares en el bolsillo no son tantos en el planeta.

Una tercera escuela asocia esta repentina decisión a la interna del segmento. Con Yahoo diversificándose o añadiendo miles de millones de páginas web y Microsoft compitiendo vía MSN, News Corporation admitió –días atrás- que armará un portal específico. Para ello, negocia una participación mayoritaria en un motor de búsquedas. Al parecer, se trata de Blinkx, una firma chica pero sólida y tecnológicamente versátil.

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