La idea de las pinzas cundía en la Deutsche Börse y se asociaba a una nueva opción: un “trust” (fideicomiso) de inversores. Al parecer, la fuente de la versión es Karl-Teodor von & zu Guttenberg, ministro federal de economía. Tras apoyar inicialmente a Fiat, ahora el príncipe sostiene que “no tenemos preferidos”. Turín sospecha que él o Angela Merkel se inclinan hacia la alianza rusoaustraliana Magna-Gaz por motivos geopolíticos. <br />
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El nuevo juego mueve cuatro piezas: Washington (presiona sobre GM, no sobre Opel-Vauxhall), Berlín –juega a dos bandas-, Fiat (también implica a Chrysler) y Magna-Gaz, que se aferra sólo a la filial germana de GM. Pero, entre EE.UU. y Alemania, hay un problema de plazos. <br />
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Merkel necesita estirar las negociaciones Opel-Vauxhall hasta las elecciones generales de septiembre. Por el contrario, Barack Obama no transige y mantiene un plazo perentorio: el lunes que viene. Apenas cinco días. <br />
Entretanto, GM no logró persuadir una masa suficiente de acreedores para canjear deuda con quita. Los pertinaces bonistas y los buitres que los representan rechazan un desagio a 25% del valor nominal sobre títulos que el mercado no paga hoy más de 20/22%. Sea como fuere, el 1º de junio se abrirá la quiebra negociada más cuantiosa en la historia norteamericana: alrededor de US$ 110.000 millones nominales, pero apenas 27.000 millones reales. <br />
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Si no cambian los ejes planteados por el grupo presidencial de trabajo, el estado podrá llevar a 70% su parte del paquete. El resto quedará en manos de United Auto Workers (17,5% vía el fondo jubilatorio Veba, su colega canadiense, US$ 9.000 millones en acciones preferidas u obligaciones y el remanente en poder de bonistas o sus agentes. <br />
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Con Chrysler aliado a Fiat, Ford Motor subsistirá como única compañía de Detroit totalmente norteamericana. Por su parte, General Motors –hasta ahora líder local y segunda del mundo- elevará de dieciséis a treinta el número de fábricas a cerrar preventivamente. Esto abarca toda América septentrional. <br />
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GM, Opel, Fiat y Magna-Gaz: ¿un nuevo juego de pinzas?
Sergio Marchionne, director gerente de la automotriz italiana, califica lo de hoy miércoles como lotería alemana y en Fráncfort hablan de fideicomiso. Mientras, en Estados Unidos, General Motors está al borde de una reestructuración, por las buenas o las malas.