Hay cifras asombrosas. Por ejemplo, la proporción de anabólicos y fármacos para la disfunción eréctil “truchos” supera 20% del mercado local en Alemania, Holanda (22%) o Gran Bretaña (27,5%). Por encima de 30% aparecen –entre otros-, Grecia (33%), República Checa o Dinamarca (38%). Polonia desborda 40% y Lituania roza 50%. <br />
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En todos los casos, el trabajo cubre ventas en línea. Separando ambas categorías, resulta que los esteroides anabólicos ilegales representan casi 100% del comercio por Internet. Por su parte, el sildenafil y similares falsos significan 85% del tráfico. <br />
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El esteroide favorito es Pramil (también substituye al Viagra). Otro rubro popular es una forma de talidomida, que actúa contra el mieloma múltiple. Se fabrica en Brasil e India como genérico, pero bajo receta archivada, restrición que los vendedores vía web no suelen respetar. No obstante, la masa de medicamentos en línea se compone de especialidades “sin etiqueta”. <br />
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La crisis sistémica -desde mediados de 2008- y la recesión en Estados Unidos (desde diciembre de 2007) afecta el comercio ilícito de farmoquímicos e impulsa el de imitaciones y hasta placebos. Esto es, pastillas neutras que no matan a nadie pero son una estafa. <br />
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A veces, surgen epidemias reales o exageradas (fibre de pollo, fiebre del cerdo) que promueven no sólo el negocio lícito de vacunas. También benefician a quienes ofrecen símiles en línea. Algunos laboratorios occidentales han sugerido prohibir, lisa y llanamente, el comercio por internet de farmoquímicos. Pero ¿cómo hacerlo? <br />
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Productos falsos en el mundo farmacéutico
Los medicamentos más vendidos o distribuidos ilegalmente son esteroides y sucedáneos del sildenafil. Así señala un estudio para la Comisión Europea, que señala la necesidad de contramedidas, empezando por un banco de datos sobre toda la red comercial.