Según explican en presentaciones al congreso y ante hacienda, parte de los dineros se destinará a desarrollar y lanzar vehículos más eficientes y limpios en materia de combustibles. A los legisladores les piden destinar una partida de US$ 3.750 millones como aval para 25.000 millones extras.
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<p>En 2007, el proyecto de ley para energía y combustibles ya preveía sumas idénticas. Pero este nuevo golpe a la ortodoxia monetarista que imperó durante treinta años no viene solo: las compañías presionan para que el parlamento levante ciertas restricciones al uso de esos fondos (que solventan los contribuyentes)</p>
<p>En cierto modo, GM o Ford tratan de que se les estaticen pérdidas y, en ese plano, se asemejan a casos como Aerolíneas Argentinas, Varig o Alitalia. Pero Detroit está compuesta por empresas privadas, no públicas. Mal gestionadas, eso sí: en el segundo trimestre juntas acumulaban US$ 24.100 millones de déficit, por camada de ventas de automotores caros o traganafta.</p>
<p>Acorraladas por competidoras como Toyota Motor o Honda Motor, sus ventas de este año serán las mínimas en quince años (14.200.000 unidades) y seguirán cediendo en 2009 (14 millones). En verdad, el año próximo será decisivo para la sobrevivencia del trío. Pero, al parecer, depender de dos actores que pronto cambiarán: los poderes legislativo y ejecutivo.</p>
General Motors, Ford y Chrysler precisan fondos por US$ 50.000 millones
En el fin de semana se supo: las tres firmas de Detroit y algunas autopartistas necesitan créditos frescos por el doble de lo admitido hasta el viernes. Como Fannie Mae y Freddie Mac, apelan a préstamos garantidos por el estado federal.