En 2021 se ahondará la brecha entre ganadores y perdedores en el mundo de la moda y se crearán las condiciones para una ola de consolidación. La gente buscará gastar menos en ropa y las empresas con buenos ingresos recortan la gama de productos y buscan pequeños rivales para comprar.>La consolidación siempre atrae. Ya antes de 2020 un grupo cada vez más pequeño de empresas de moda generaba todas las ganancias del negocio.
En 2021 se ahondará la brecha entre ganadores y perdedores en el mundo de la moda y se crearán las condiciones para una ola de consolidación, según un informe conjunto de la consultora McKinsey y Business of Fashion (BoF).
Las empresas con bolsillos profundos saldrán a la pesca de pequeños emprendimientos y de rivales con idea de comprarlos. Paralelamente, se calcula que los consumidores van a gastar menos en ropa mientras las empresas recortan su gama de productos para reducir la complejidad de sus operaciones y enfocarse en lo que creen que seguramente van a vender. En varios sentidos, la industria en su totalidad se va a contraer.
2021 no será un año fácil para el negocio de la moda. Aunque gran parte de la industria comenzó a recuperarse de la primera ronda de cuarentenas mundiales más rápido de lo que McKinsey esperaba y las vacunas ya están comenzando a aplicarse en varios países, nuevos casos de Covid-19 están apareciendo en diferentes regiones y pasará algún tiempo antes de que las poblaciones desarrollen suficiente inmunidad generalizada para que la vida recupere la normalidad. Gran parte de la economía global verá menos crecimiento. Con la incertidumbre en el aire y el poder de gasto reducido, la demanda de ropa va a caer.
McKinsey calcula que las ventas de toda la industria de la moda en 2021 se ubicarán en un nivel 15% ma´s bajo que en 2019. Avizora además que por lo menos. Si la Covid-19 resulta más difícil de controlar de lo que se creía, podría tomar hasta finales de 2023.
En ese entorno, habrá más cierres de tiendas, más recorte de empleo y más quiebras en el negocio de la moda. Pero no todas las compañías sufrirán en la misma medida.
Ya desde antes de 2020, un grupo cada vez más reducido de empresas de moda generaba todas las ganancias económicas de la industria. La mayoría de las compañías ya perdían plata o no lograban retornos sobre sus inversiones. La pandemia acentuó esa situación. Hizo que tropezaran las fuertes, pero que cayeran las débiles.
Hasta ahora, las más resilientes fuero las empresas de lujo, las que venden por Internet, las cadenas de descuento y los fabricantes de ropa deportiva. Las compañías que más venden en Asia — especialmente en China, donde las ventas están recuperándose— también aventajan a la competencia.
Las miradas estarán puestas en las estrategias que eligen para atravesar el 2021. Una de las opciones más probables será reducir la cantidad de productos a vender. Durante años muchas compañías ampliaron los surtidos y ofrecieron estilos más individuales en más categorías con más variaciones, como diferentes opciones de color. Pero más productos significa más complejidad en la cadena de suministro y cuanto más se alejan las empresas de sus productos centrales más probabilidad tienen de ofrecer algo que no se conecta con el público. De los 290 ejecutivos de la industria de la moda encuestados por McKinsey y BoF 61% proyecta recortar el número de productos a vender para evitar acumulación de inventario.
En cualquier caso, muchas compañías van a necesitar ayuda financiera, con lo cual se crearán oportunidades para que se las fagociten las grandes y los fondos privados de inversión.