Como todas las marcas de lujo, las ventas de Piaget históricamente estuvieron dominadas por el gasto del turismo. Comar estima que aproximadamente 90% del negocio de la marca proviene del turista global. Por eso, cuando los viajes internacionales se detuvieron, la mayor parte de ese gasto se evaporó. La solución, dice Comar, está en enfocarse más en el comprador local que va a las boutiques para mantener activo el negocio hasta que vuelva a aparecer el turismo.
Las ventas de Piaget están divididas en partes aproximadamente iguales entre relojes y joyas. Sus relojes son revolucionarios, especialmente los súper delgados. El Piaget Polo Skeleton tiene una caja de 6,5 milímetros de espesor. La del Altiplano Ultimate Automatic – que ha merecido el Oscar de los relojes, el el Grand Prix d’Orlogerie de Geneve – tiene 4,3 mm de espesor. Podría decirse que las joyas de Piaget no tienen tanta identidad, aunque esto es algo que Comar rechaza y menciona la colección Possession, ícono de la industria.
Para el CEO el margen de crecimiento se encuentra en la tendencia que creció con la pandemia y es la venta directa de joyas que, comparado con los artículos de cuero, tienen un precio mucho más accesible, dice.