Guillermo Moreno, titular de Comunicaciones, aprobó en principio la compra de Movicom-BellSouth por parte de Telefónica Móviles, por resolución 268/04. No obstante, la transacicón queda supeditada a que la futura compañía desista de ocupar una parte del espectro radioeléctrico conjunto.
El trámite tiene otras aristas, pues la fusión ha ser analizada por la CDC, un ente bastante lento que depende de Economía. Por uno de esos enroques típicos de este gabinete, Comunicaciones está sujeta al ministerio de Planificación. Como se sabe, las relaciones entre su titular –amigo de Néstor Kirchner- y Roberto Lavagna no son muy buenas.
Ismael Malis, jefe de la CDC, no se distingue por su celeridad para estudiar cuestiones concretas. Por supuesto, su ente debe evaluar los efectos de la fusión en el mercado y los usuarios (no “consumidores”, como imagina la resolución). Si bien Telefónica espera que la CDC se expida antes de navidades, gente del sector teme que lo haga recién en marzo, pues fiestas y largas vacaciones son sagradas para ejecutivos y empleados públicos.
El tema del espectro radioeléctrico es decisivo, claro. Reglamentariamente, ninguna compañía puede ocupar más de cincuenta megahertzios. Pero este casamiento reuniría noventa, por lo cual debiera restituirse cuarenta al estado. La idea del gobierno es otrogar parte de ese ancho de banda a cooperativas telefónicas, que están por forma su propia empresa de telefonía móvil.
Naturalmente, las “grandes” –Telecom-Personal, América Móvil-CTI, Unifón misma- ven eso con inquietud. Máxime mientras se libra una sorda puja por acabar con la tarifa plana e imponer banda ancha a doble velocidad, la precisen o no los usuarios.
El mercado está en manos de esos tres grupos que, respectivamente, tienen 3.700.000, 3.000.000 y 2.900.000 abonados. Pero Movicom sumará 2.600.000 a Telecom, con lo cual ésta tendrá un liderzago desmedido: 6.300.000, más del doble de la segunda. Pero, claro, Telefónica ha gastado US$ 5.850 millones para copar los activos de BellSouth en Latinoamérica. Esas adquisiciones fueron aporbadas en ocho de diez países; sólo quedan Argentina y Chile. En la primera, el gobierno fomenta las cooperativas quizá para crear una empresa testigo.
Guillermo Moreno, titular de Comunicaciones, aprobó en principio la compra de Movicom-BellSouth por parte de Telefónica Móviles, por resolución 268/04. No obstante, la transacicón queda supeditada a que la futura compañía desista de ocupar una parte del espectro radioeléctrico conjunto.
El trámite tiene otras aristas, pues la fusión ha ser analizada por la CDC, un ente bastante lento que depende de Economía. Por uno de esos enroques típicos de este gabinete, Comunicaciones está sujeta al ministerio de Planificación. Como se sabe, las relaciones entre su titular –amigo de Néstor Kirchner- y Roberto Lavagna no son muy buenas.
Ismael Malis, jefe de la CDC, no se distingue por su celeridad para estudiar cuestiones concretas. Por supuesto, su ente debe evaluar los efectos de la fusión en el mercado y los usuarios (no “consumidores”, como imagina la resolución). Si bien Telefónica espera que la CDC se expida antes de navidades, gente del sector teme que lo haga recién en marzo, pues fiestas y largas vacaciones son sagradas para ejecutivos y empleados públicos.
El tema del espectro radioeléctrico es decisivo, claro. Reglamentariamente, ninguna compañía puede ocupar más de cincuenta megahertzios. Pero este casamiento reuniría noventa, por lo cual debiera restituirse cuarenta al estado. La idea del gobierno es otrogar parte de ese ancho de banda a cooperativas telefónicas, que están por forma su propia empresa de telefonía móvil.
Naturalmente, las “grandes” –Telecom-Personal, América Móvil-CTI, Unifón misma- ven eso con inquietud. Máxime mientras se libra una sorda puja por acabar con la tarifa plana e imponer banda ancha a doble velocidad, la precisen o no los usuarios.
El mercado está en manos de esos tres grupos que, respectivamente, tienen 3.700.000, 3.000.000 y 2.900.000 abonados. Pero Movicom sumará 2.600.000 a Telecom, con lo cual ésta tendrá un liderzago desmedido: 6.300.000, más del doble de la segunda. Pero, claro, Telefónica ha gastado US$ 5.850 millones para copar los activos de BellSouth en Latinoamérica. Esas adquisiciones fueron aporbadas en ocho de diez países; sólo quedan Argentina y Chile. En la primera, el gobierno fomenta las cooperativas quizá para crear una empresa testigo.