Se comienza a ver con alguna claridad cómo va a ser la vida laboral en la era post-cuarentena. Para los que trabajan en oficinas significa el fin de la proliferación de escritorios en un mismo espacio, significa también el cierre de las cantinas y los ascensores semi vacíos. Pero todavía habrá muchos meses más de trabajo desde el hogar. Los turnos se escalonarán y las reuniones cara a cara serán algo del pasado.
Después que pase todo esto, es probable que aquellos que trabajaban en una oficina repartan más su tiempo entre el hogar y el lugar de trabajo. “La gente seguirá reuniéndose para trabajar, pero la cantidad de tiempo que trabajen en proximidad con los demás será mucho menor”, dice Brent Capron, director de disño de interiores en el estudio de arquitectura Perkins and Will, en >Nueva York.
Habrá menos reuniones. Muchos dicen que la pandemia está siendo un igualador tecnológico, porque quienes antes no usaban muchas herramientas tecnológicas en el trabajo no tuvieron más alternativa que adoptarlas. Mucha gente encontró paciencia para aprender a usar nuevas tecnologías por pura necesidad y esa habilidad quedará para el futuro. En muchos casos los trabajadores se han vuelto más eficientes.
La pandemia podría asestar un golpe de muerte a los viajes de negocios. Con los viajes de todo tipo cancelados, las telecomunicaciones se adoptaron en gran escala y las compañías ahorran costos y equilibran el presupuesto. Las conferencias y las convenciones brillarán por su ausencia en el futuro previsible.
El horario fijo de 9 a 18 podría desaparecer. Con el trabajo remoto, esas exigencias desaparecen. Habrá una nueva norma, de confianza y de respeto.