Moodys: más efectos de la crisis por préstamos predatorios

Un sector de obligaciones sobre deudas colaterales puede sufrir severas descalificaciones, anticipa Moody’s. Se trata de los créditos usurarios a deudores insolventes. Las ODC son claves en compras apalancadas y otras franjas especulativas.

29 marzo, 2007

Las hipotecas secundarias (“subprime”), estima la agencia, representan casi 45% de tenencias de ODC titulizados. Vale decir, deuda emitida en 2006 y ligada a activos cuyos precios ceden. Alrededor de US$ 179.000 en esos papeles han sido creados el año pasado, según cifras de JP Morgan Chase. Con cifras inquietantes, aunque la Reserva Federal haya tratado de minimizarlas ante un grupo de legisladores.

El efecto de una degradación de ODC sería “en general moderado” para papeles normales. Pero “puede llegara ser muy severo en caso de transacciones expuestas a las crisis de hipotecas secundarias”. Así señala un informe de Moody’s Inverstors Service difundido este martes.

En esencia, el fenómeno afecta a bonistas, pero la peculiar volatilidad instalada en los mercados desde el 27 de febrero suele contagiarlo a las acciones. La venta de ODC, que empacan préstamos, bonos y derivados en forma de “multitítulos” por demás explosivos, ya se reflejaba en las cifras de JP Morgan Chase.

La demanda de inversiones que apelan a esos instrumentos disminuía artificialmente las primas sobre una larga serie de operaciones. Desde créditos hipotecarios de baja calidad hasta bonos de alto riesgo (chatarra). Por consiguiente, los administradores de carteras -mutados en ludópatas- tomaban más y más fondos para mantener retornos y hacer frente a sus competidores (e iguales).Es posible que, en conjunto, eso haya generado una masa de US$ 915.000 millones durante 2006.

“Eventualmente, todo desembocará en un cimbronazo”, sostenía hjace dos semanas GoldenTree Asset Management (Nueva York), una cartera con US$ 8.000 millones en ODC. “Muchos operadores bisoños carecen de experiencia y casi no saben lo que es bailar con la más fea”. Por ende, quienes manejan ODC respaldados por préstamos especulativos están tomando hasta trece veces el monto en títulos que pueden reunir entre inversores. Esto, señala GTAM, es casi diez veces superior a la proporción de 2005.

“Existe una oferta masiva de préstamos y se multiplican los apostadores”, observa Christopher Ricciardi, de Cohen & Co (Nueva York), la mayor emisora de ODC en 2006. “Sin duda, los excesos potenciales (¿?) pueden afectar a todo el segmento”.

Esos instrumentos financiaron una cantidad récord de préstamos usurarios a tomadores de baja calidad (o sea, alto riesgo). Alrededor de US$ 36.000 millones son créditos otorgados este año, cuyo primer trimestre aún no termina. El monto supera el acumulado en los últimos diez años (1997-2006). Entretanto, muchas carteras hipotecarias “sub prime” se han mimetizado en ODC

Por otra parte, al 31 de diciembre casi 10% de los préstamos de baja calidad respaldados con títulos acumulaba no menos de noventa días de mora o causaban ya embargos de propiedades. Así lo señala una firma especializada, Friedman, Billings & Ramsey (Virginia). Es lógico: la gente que paga tres a cinco puntos sobre lo normal acaba sepultada en punitorios y no puede afrontarlos. Se explica, entonces, que circulen en el senado dos proyectos para armar una red de salvamento social y evitar males mayores.

Los morosos e incobrables de la categoría empezaron el año representando 13,3% de las carteras, admite la Mortgage Bankers association. “Al tratarse de créditos indocumentados, semejantes extremos resultan inevitables”, opina la consultoría FridsonVision (Nueva York). “Ante ese panorama, los prestamistas se pasan a ODC y se hunden en basura tóxica”, que incluye los US$ 179.000 millones estimados por JPMCh.

Las hipotecas secundarias (“subprime”), estima la agencia, representan casi 45% de tenencias de ODC titulizados. Vale decir, deuda emitida en 2006 y ligada a activos cuyos precios ceden. Alrededor de US$ 179.000 en esos papeles han sido creados el año pasado, según cifras de JP Morgan Chase. Con cifras inquietantes, aunque la Reserva Federal haya tratado de minimizarlas ante un grupo de legisladores.

El efecto de una degradación de ODC sería “en general moderado” para papeles normales. Pero “puede llegara ser muy severo en caso de transacciones expuestas a las crisis de hipotecas secundarias”. Así señala un informe de Moody’s Inverstors Service difundido este martes.

En esencia, el fenómeno afecta a bonistas, pero la peculiar volatilidad instalada en los mercados desde el 27 de febrero suele contagiarlo a las acciones. La venta de ODC, que empacan préstamos, bonos y derivados en forma de “multitítulos” por demás explosivos, ya se reflejaba en las cifras de JP Morgan Chase.

La demanda de inversiones que apelan a esos instrumentos disminuía artificialmente las primas sobre una larga serie de operaciones. Desde créditos hipotecarios de baja calidad hasta bonos de alto riesgo (chatarra). Por consiguiente, los administradores de carteras -mutados en ludópatas- tomaban más y más fondos para mantener retornos y hacer frente a sus competidores (e iguales).Es posible que, en conjunto, eso haya generado una masa de US$ 915.000 millones durante 2006.

“Eventualmente, todo desembocará en un cimbronazo”, sostenía hjace dos semanas GoldenTree Asset Management (Nueva York), una cartera con US$ 8.000 millones en ODC. “Muchos operadores bisoños carecen de experiencia y casi no saben lo que es bailar con la más fea”. Por ende, quienes manejan ODC respaldados por préstamos especulativos están tomando hasta trece veces el monto en títulos que pueden reunir entre inversores. Esto, señala GTAM, es casi diez veces superior a la proporción de 2005.

“Existe una oferta masiva de préstamos y se multiplican los apostadores”, observa Christopher Ricciardi, de Cohen & Co (Nueva York), la mayor emisora de ODC en 2006. “Sin duda, los excesos potenciales (¿?) pueden afectar a todo el segmento”.

Esos instrumentos financiaron una cantidad récord de préstamos usurarios a tomadores de baja calidad (o sea, alto riesgo). Alrededor de US$ 36.000 millones son créditos otorgados este año, cuyo primer trimestre aún no termina. El monto supera el acumulado en los últimos diez años (1997-2006). Entretanto, muchas carteras hipotecarias “sub prime” se han mimetizado en ODC

Por otra parte, al 31 de diciembre casi 10% de los préstamos de baja calidad respaldados con títulos acumulaba no menos de noventa días de mora o causaban ya embargos de propiedades. Así lo señala una firma especializada, Friedman, Billings & Ramsey (Virginia). Es lógico: la gente que paga tres a cinco puntos sobre lo normal acaba sepultada en punitorios y no puede afrontarlos. Se explica, entonces, que circulen en el senado dos proyectos para armar una red de salvamento social y evitar males mayores.

Los morosos e incobrables de la categoría empezaron el año representando 13,3% de las carteras, admite la Mortgage Bankers association. “Al tratarse de créditos indocumentados, semejantes extremos resultan inevitables”, opina la consultoría FridsonVision (Nueva York). “Ante ese panorama, los prestamistas se pasan a ODC y se hunden en basura tóxica”, que incluye los US$ 179.000 millones estimados por JPMCh.

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