Fazio: la justicia romana quiere someterlo a otro proceso

En el caso AntonVeneta, los fiscales romanos quieren proseguir –en concurso- la causa contra el todavía presidente de Banca d’Italia (central), Antonio Fazio. Lo acusan de abuso de autoridad y extralimitación de funciones.

7 noviembre, 2005

Por supuesto, las acciones derivan del fracasado y turbio intento, por parte de Banca Popolare Italiana (ex Lodi, o sea Giampiero Fiorani y sus cómplices) para apoderarse de Banca Antoniana Popolare Veneta. Ahora, la entidad será absorbida por el holandés ABN Amro, comprador inicial luego desplazado por maniobras de Fiorani y Fazio.

La decisión de iniciar el proceso romano se adoptó durante una reunión, este fin de semana, entre fiscales de Milán y la capital italiana. Entre los personajes implicados en las actuaciones, el especulador inmobiliario Stefano Ricucci es clave de los nexos entre el grupo Fiorani –ahora retirado de BPI- y Fazio.

El panorama se le complica al presidente del central porque, en esta fase de la causa, también se procesa a Franceso Frasca, supervisor de Banca d’Italia, en concurso con los abusos incoados a Fazio. La permanencia de éste en el cargo, amparado por normas anacrónicas, ha sido cuestionada por el Banco Central Europeo, los comisarios de Finanzas (Charles McCreevy) y Competencia (Nellie Kroes), más el gobierno holandés.

Por supuesto, el senado puede despedir a Fazio –a quien sostienen los bancos comerciales “accionistas” del central-, pero la perpetua crisis que vive la “mayoría” derechista que encabeza Silvio Berlusconi paraliza iniciativas de todo tipo. Por otra parte, el Vaticano opera abiertamente en favor del cuestionado personaje.

Por supuesto, las acciones derivan del fracasado y turbio intento, por parte de Banca Popolare Italiana (ex Lodi, o sea Giampiero Fiorani y sus cómplices) para apoderarse de Banca Antoniana Popolare Veneta. Ahora, la entidad será absorbida por el holandés ABN Amro, comprador inicial luego desplazado por maniobras de Fiorani y Fazio.

La decisión de iniciar el proceso romano se adoptó durante una reunión, este fin de semana, entre fiscales de Milán y la capital italiana. Entre los personajes implicados en las actuaciones, el especulador inmobiliario Stefano Ricucci es clave de los nexos entre el grupo Fiorani –ahora retirado de BPI- y Fazio.

El panorama se le complica al presidente del central porque, en esta fase de la causa, también se procesa a Franceso Frasca, supervisor de Banca d’Italia, en concurso con los abusos incoados a Fazio. La permanencia de éste en el cargo, amparado por normas anacrónicas, ha sido cuestionada por el Banco Central Europeo, los comisarios de Finanzas (Charles McCreevy) y Competencia (Nellie Kroes), más el gobierno holandés.

Por supuesto, el senado puede despedir a Fazio –a quien sostienen los bancos comerciales “accionistas” del central-, pero la perpetua crisis que vive la “mayoría” derechista que encabeza Silvio Berlusconi paraliza iniciativas de todo tipo. Por otra parte, el Vaticano opera abiertamente en favor del cuestionado personaje.

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