En la OPEP, Saudiarabia opera por cuenta de Estados Unidos

Venezuela, Irán y, discretamente, satélites de Riyadh (Kuweit, Qatar, Unión de Emiratos árabes), prefieren substituir el debilitado dólar por una canasta de divisas. Pero los saudíes siguen aferrados a una anacrónica alianza con Washington.

19 noviembre, 2007

Quizá no haya sido atinado que la Organización de Países Exportadores Petroleros se reuniera en la capital saudí. Allí quedaban expuestos a las presiones del emir Bin Abdel Aziz (uno de innumerables herederos) y del ministro de hidrocarburos, Alí Naimí, amigo personal del presidente George W.Bush y el vice Richard Cheney.

“Si Alá quiere, alcanzaremos la estabilidad de precios”, sostuvo Naimí, no se sabe si como señal de impotencia o sutil ironía. Bush también cree en instancias divinas, aunque no lo ayuden en Irak ni Afganistán. Los saudíes ni siquiera aceptaron incluir en el documento final una alusión a la extrema vulnerabilidad del dólar y sus efectos en los ingresos reales de la OPEP.

Durante este fin de semana, el mercado electrónico continuo (Tokio) cotizaba el dólar en apenas € 0,601. Vale decir, esta divisa marcaba nuevo récord, US$ 1,468. En forma privada, las UEA sugirió una canasta similar a la china, euro-dólar-yen. También con sigilo, Irán y Venezuela se ponían en contacto con Rusia, otra partidaria de marginar el dólar.

Ajena a la OPEP, empero Moscú encarna el mayor grupo exportador del mundo. Esto es, la Comunidad de Estados Independientes (ex URSS) que, entre otras, abarca Ucrania y las repúblicas petroleras de Asia central. Aparte, esta reunión es la primera tras los hallazgos submarinos de Brasil, que pueden modificar el mapa global del sector y, de paso, limitar el poder de la OPEP, entidad nunca favorable al ex tercer mundo.

Quizá no haya sido atinado que la Organización de Países Exportadores Petroleros se reuniera en la capital saudí. Allí quedaban expuestos a las presiones del emir Bin Abdel Aziz (uno de innumerables herederos) y del ministro de hidrocarburos, Alí Naimí, amigo personal del presidente George W.Bush y el vice Richard Cheney.

“Si Alá quiere, alcanzaremos la estabilidad de precios”, sostuvo Naimí, no se sabe si como señal de impotencia o sutil ironía. Bush también cree en instancias divinas, aunque no lo ayuden en Irak ni Afganistán. Los saudíes ni siquiera aceptaron incluir en el documento final una alusión a la extrema vulnerabilidad del dólar y sus efectos en los ingresos reales de la OPEP.

Durante este fin de semana, el mercado electrónico continuo (Tokio) cotizaba el dólar en apenas € 0,601. Vale decir, esta divisa marcaba nuevo récord, US$ 1,468. En forma privada, las UEA sugirió una canasta similar a la china, euro-dólar-yen. También con sigilo, Irán y Venezuela se ponían en contacto con Rusia, otra partidaria de marginar el dólar.

Ajena a la OPEP, empero Moscú encarna el mayor grupo exportador del mundo. Esto es, la Comunidad de Estados Independientes (ex URSS) que, entre otras, abarca Ucrania y las repúblicas petroleras de Asia central. Aparte, esta reunión es la primera tras los hallazgos submarinos de Brasil, que pueden modificar el mapa global del sector y, de paso, limitar el poder de la OPEP, entidad nunca favorable al ex tercer mundo.

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