En EE.UU., los trabajadores cobran cada vez menos horas extras
Todo el país afronta la contracción de ingresos salariales y adicionales. Los autónomos son menos demandados. En tanto, la gente acepta labores de medio tiempo, por falta de algo mejor y esto se refleja en las compras familiares.
La gradual erosión de ingresos directos e indirectos empieza a sentirse en la economía física y profundiza en enfriamiento próximo a la recesión, aunque en Wall Street no quieran verlo. Hasta ahora, la atención se centraba en despidos, pero la contracción de horas extras, menos percepctible, alcanza a millones de norteamericanos y repercute en operaciones inmobiliarias y financiera del público.
En tanto el desempleo urbano oficial ha subido apenas de 4,9 a 5,2% (igual, lejos del 4,2% legado por William Clinton a George W.Bush), la reducción de horas extras entre quienes siguen empleados comienza a preocupar. Arios expertos estiman que es signo de recesión venidera.
En marzo, las extras bajaron respecto de seis meses antes, según el departamento federal de trabajo. Ello no ocurrìa desde febrero de 2001, en vísperas de la recesión causada por el colapso de la burbuja puntocom. Similar desliz, en agosto de 1990, llevó a una contracción aun más pronunciada.
Entre abril de 2007 y marzo último, la semana laboral media en el sector privado cedió de 33,9 a 33,7 horas. Pero las extras industriales lo hicieron en mayor margen. A fin del mes pasado, pues, algo más de 4.900.000 personal trabajaba a medio tiempo porque no encontraba puestos tiempo completo o las empresas estaban cortando extras por dismunución de ventas. Esto significa 400.000 menos empleos que en noviembre.
Hace pocos días, el gobierno reveló que el salario medio también había bajado en marzo, contabilizando mayores precios de combustibles y alimentos. Por sexto mes seguido, entonces, la paga se retrasó respecto de la inflación. Esto condice con la millones de persona cuyo acceso al crédito se contrae. Verbigracia, endeudarse via segundas o terceras hipotecas –recurso tradicional de la clase media y media baja- choca contraa baja de precios y bancos reticentes a prestar debido a la crisis de liquidez.
La gradual erosión de ingresos directos e indirectos empieza a sentirse en la economía física y profundiza en enfriamiento próximo a la recesión, aunque en Wall Street no quieran verlo. Hasta ahora, la atención se centraba en despidos, pero la contracción de horas extras, menos percepctible, alcanza a millones de norteamericanos y repercute en operaciones inmobiliarias y financiera del público.
En tanto el desempleo urbano oficial ha subido apenas de 4,9 a 5,2% (igual, lejos del 4,2% legado por William Clinton a George W.Bush), la reducción de horas extras entre quienes siguen empleados comienza a preocupar. Arios expertos estiman que es signo de recesión venidera.
En marzo, las extras bajaron respecto de seis meses antes, según el departamento federal de trabajo. Ello no ocurrìa desde febrero de 2001, en vísperas de la recesión causada por el colapso de la burbuja puntocom. Similar desliz, en agosto de 1990, llevó a una contracción aun más pronunciada.
Entre abril de 2007 y marzo último, la semana laboral media en el sector privado cedió de 33,9 a 33,7 horas. Pero las extras industriales lo hicieron en mayor margen. A fin del mes pasado, pues, algo más de 4.900.000 personal trabajaba a medio tiempo porque no encontraba puestos tiempo completo o las empresas estaban cortando extras por dismunución de ventas. Esto significa 400.000 menos empleos que en noviembre.
Hace pocos días, el gobierno reveló que el salario medio también había bajado en marzo, contabilizando mayores precios de combustibles y alimentos. Por sexto mes seguido, entonces, la paga se retrasó respecto de la inflación. Esto condice con la millones de persona cuyo acceso al crédito se contrae. Verbigracia, endeudarse via segundas o terceras hipotecas –recurso tradicional de la clase media y media baja- choca contraa baja de precios y bancos reticentes a prestar debido a la crisis de liquidez.
