Debate sobre ventas accionarias cortas
Francia, España, Bélgica e Italia impusieron prohibiciones a ese segmento. Pero el mecanismo puede fallar, no revertir la caída de acciones, especialmente financieras, y, como contrapartida, aumentar apuestas contra bancos en el resto de la Eurozona.
12 agosto, 2011
<p>Por ejemplo, los papeles bancarios británicos cedieron 42% durante los cinco meses posteriores a una medida similar. Eso ocurrió en 2008. tras derrumbarse Bear Stearns y Lehman Brothers. En igual lapso, el índice bursátil del Financial Times (FTSE) perdió 15%.<br />
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Tres años más tarde, los reguladores de la Eurozona están divididos en cuanto a cómo reaccionar. Ya antes de la veda, los títulos bancarios regionales alcanzaron mínimos en treinta meses. Alemania y Holanda declararon que no proyectaban ulteriores restricciones. Tardíamente ortodoxo, el gobierno británico anticipó que no planeaba limitar la práctica.<br />
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No obstante, “pese las esperanzas de los reguladores, la evidencia existente señala que las prohibiciones a ventas cortas, en el mejor de los casos, no afectan al segmento. En el peor, puede promover su declive”, advierte el especialista Alessandro Beber, que ha estudiado ventas cortas en treinta países.<br />
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Los vendedores cortos colocan acciones prestadas, con el compromiso de recomprarlas más tarde, supuestamente a menor precio. Dirigentes políticos, analistas y algunos inversores o especuladores culpan esta práctica por enturbiar el mercado. No es casual, pues, que Francia –envuelta en una crisis bancaria, apele al recurso.</p>
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