Autorizarán aumentos y cambiar las retenciones para normalizar el abastecimiento de combustibles

A un acuerdo privado con YPF, Petrobrás y Esso arribó el ex presidente Néstor Kirchner, y a partir de hoy empezarán a notarse en los surtidores aumentos en las naftas, hasta llegar a 15 %, en forma escalonada.

14 mayo, 2008

En estos momentos, el gasoil se acerca a los 3 pesos el litro en muchos lugares del interior y por ejemplo, en Corrientes, la nafta Premium se cobra $ 3,40 el litro, contra $ 2,50 el gasoil.

En Neuquén, donde se cobran 10 centavos por servicio de playa, el gasoil está $ 2,10 y se le agregarían otros 10 centavos por el aumento de ese plus que está en vías de concreción.

La intervención del esposo de la primera mandataria en el conflicto que había con las petroleras por las retenciones, y que derivó en los actuales problemas de abastecimiento que se hacen sentir desde principios de este mes, permitió destrabar el diferendo sin repercusión política.

Las petroleras se habían negado a importar el faltante a pérdida, como les exigía el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, blandiendo la amenaza de la ley de abastecimiento y las multas que ya aplicara, sobre todo, a Petrobrás y Shell, en anteriores oportunidades.

El jueves pasado, hasta el grupo empresario argentino que entró en el paquete accionario de Repsol-YPF a instancias del gobierno nacional, comandado por Enrique Eskenazi, se acopló a la negativa a comprar hidrocarburos a pérdida por parte del directorio de la compañía que posee más de la mitad del mercado de combustibles del país.

El hijo de Eskenazi explicó personalmente al ex presidente en la residencia de Olivos el funcionamiento del esquema de retenciones que se implementara desde la anterior administración y fuera corregido en febrero último por el ex ministro de Economía Martín Lousteau.

Según la ecuación vigente, el alza del valor internacional del crudo arriba de los 120 dólares el barril hizo descender a 35 dólares el barril el costo reconocido a las petroleras que deben importarlo para refinarlo. Lo paradójico era que, cuando estaba a 80 dólares en Chicago, se permitía comercializarlo localmente a 45 dólares.

Ya entonces Shell se negaba a asumir ese quebranto y era sancionada por Moreno, lo mismo que sucediera luego con Petrobrás. En cambio, Repsol aceptaba ese valor para la producción de sus pozos, a costa de abandonar la explotación en 25 de ellos por no cerrarle el costo respecto de ese precio indicado por el gobierno.

El no de YPF

Pero esta vez fue la argentinizada Repsol-YPF la que dijo basta, frente al absurdo que el valor interno bajara 10 dólares, cuando en el exterior subía 40 dólares, lo cual al parecer contó con la comprensión de Kirchner.

Con las tres empresas, quedaron en ir aplicando aumentos en los surtidores para compensar el retraso, al tiempo que formuló la promesa de modificar el régimen de retenciones una vez que se normalice el conflicto con el campo, que también pugna (aunque con ruido político inaceptable para la Casa Rosada) por una medida similar.

Lo destacable de esta negociación secreta entre los petroleros y el ex presidente es que se hubieran agotado todas las instancias intermedias con los funcionarios, desde la desdibujada Secretaría de Energía hasta el propio Ministerio de Planificación Federal, sin mencionar a la Secretaría de Comercio.

Para llegar a tratar el tema en donde se cocinan las decisiones políticas del gobierno hubo que llegar a la conclusión de que falta cubrir por mes el 20 % de la demanda de combustibles y las importaciones ya no pueden compensarla.

En el caso del gasoil, se había calculado en 600 mil metros cúbicos el volumen a traer del exterior, y ese fue el motivo de la gestión directa de Julio de Vido en Caracas, la semana pasada.

La necesidad no surge precisamente del transporte, sino de los equipos electrógenos con que la industria debió ir equipándose para paliar el déficit en la entrega de gas de las redes, consecuencia de la crisis energética no reconocida, al igual que ha sucedido con la inflación.

Enarsa

El papel que juega Enarsa en el refuerzo de la oferta nacional de combustibles es de mero agente comercial del Estado. Compra el gas a Bolivia, lo mismo que el fueloil a Venezuela y a Rusia. Por la diferencia entre lo que paga y lo que entrega al mercado interno, la empresa acumuló una deuda de US$ 100 millones con Bolivia y US$ 16 millones con el resto, mientras que en las operaciones con Venezuela integra un pool que canjea productos, incluida la leche de SanCor.

Sin embargo, pese a las prerrogativas que obtiene para manejarse fuera de las auditorías estatales, Enarsa no traerá el barco regasificador, sino que lo hará Repsol YPF, aunque la gran incógnita reside en saber cómo la argentinizada compañía cubrirá la diferencia entre el costo del gas licuado y regasificado, que se estima entre US$ 14 y 18 el millón de BTU, y el de US$ 1,5 que rige para el gas en el mercado interno. O sea, casi 10 veces.

La intervención personal del ex presidente en el negocio del refinamiento, concertando con los principales jugadores la forma de abordar el desabastecimiento en definitiva con un aumento de las naftas y la promesa de cambios en las retenciones, no deja de tener relación directa con la brecha inviable que se ha abierto entre la cotización interna e internacional de los hidrocarburos,

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