Reflexiones sobre la ética del periodismo corporativo

El llamado “periodismo corporativo” surge de una demanda de claridad en las iniciativas que emprenden las empresas. Un análisis de David Lieberman para Strategy & Business presenta tres estrategias para un manual de contenidos.

13 enero, 2023

Periodismo corporativo es una tendencia en la que redactores y editores experimentados trabajan en el interior de las empresas para crear contenidos narrativos de tipo periodístico, a menudo como complemento de campañas más amplias de relaciones públicas o marketing. Si se suman los comunicados de prensa, blogs y publicaciones en redes sociales las empresas descubren que han producido gran cantidad de contenido sin una estrategia ética coherente.

Para los líderes el desafío es generar contenido justo y preciso y al mismo tiempo promover los intereses de la organización. Aunque cerca de 70% de las compañías globales en contacto con el público consumidor ya tienen una estrategia de contenido que orientan la formación de políticas y prácticas para publicar contenido, muchas siguen tratando de abrirse camino en medio de un bosque de cuestiones éticas.

¿Debería una organización, por ejemplo, debatir proactivamente temas que en el pasado habría sido conveniente eludir? ¿Deben publicar contenidos precisos pero no exhaustivos, como la información sobre un plan climático corporativo que no mencione las deficiencias medioambientales en otras partes de la empresa? ¿Deben publicar contenidos precisos pero no exhaustivos, como la información sobre un plan climático corporativo que no mencione las deficiencias medioambientales en otras partes de la empresa? ¿Deberían admitir abiertamente sus errores y corregirlos?

La pregunta en el centro de este debate es si las empresas pueden, a fondo y con honestidad, ocuparse del tema que más deberían conocer: ellas mismas.

General Electric sufrió una crisis de relaciones públicas en 2011, cuando el New York Times publicó que la empresa había declarado una exención fiscal de US$ 3.200 millones en 2010, a pesar de haber obtenido ingresos mundiales de US$ 14.200 millones. Deseosos de demostrar que GE había pagado impuestos, los ejecutivos debatieron si publicaban o no las declaraciones fiscales de la empresa. Al final “compartimos fragmentos”, dijo Comstock. “Estas cosas se complican mucho”. Aun así, “es bueno tener la aspiración”.

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