La popularidad de la astrología se suele explicar como el resultado de la declinación de la religión organizada, el surgimiento de la precariedad económica y también como un aspecto de las modalidades de la New Age que surgió en loso 60 y 70. También hay una cuestión de pánico político, dice Christine Smallwood en Astrology in the Age of Uncertainty. Suele decirse que en tiempos de crisis la gente busca algo en lo que creer.
Un estudio realizado en 1982 por e psicólogo Graham Tyson revelo que “la gente que consulta a los astrólogos” lo hace en respuesta a factores de estrés en su vida, especialmente ligados a los roles sociales del individuo y sus relaciones”. Tyson escribió que “en esas condiciones de mucho estrés, el individuo está dispuesto a usar la astrología como mecanismo para soportar la realidad, aunque en condiciones de menos estrés no crea en ella”.
Según una investigación de la American Psychological Association, los millennials han sido la generación más estresada y también la más proclive a decir que su angustia viene en aumento desde 2010. La generación de los millennials y la X han soportado mucho más estrés que sus mayores. Eso, en Estados Unidos, creció en 2016 con la elección de Donald Trump. 63% de los norteamericanos vive angustiada por el futuro de su país, según una encuesta. Leer las noticias los estresa, especialmente a los jóvenes, porque giran alrededor de las luchas políticas, el cambio climático, las crisis globales y la amenaza de una guerra nuclear. Si el estrés hace que la astrología brille más, no sorprende que cada vez más gente se le acerque.
