Jim O’Neill es el ex economista de Goldman Sachs que en 2001 ideó el acrónimo Brics para referirse a Brasil, Rusia, India y China. Hoy preside la comisión para la Resistencia al Antibiótico de la British Society for Antimicrobial Chemotherapy con la expresa misión de estudiar el tema de las resistencia al antibiótico y trazar un plan para contenerla.
El grave problema que vive el mundo actual , dice su informe, es que durante muchos años los antibióticos se han usado en exceso y eso les ha quitado poder porque aumentó la resistencia a ellos. Tanto se los ha aplicado para cualquier cosa que casi se los receta como si fueran caramelos. El resultado ha sido que los genes patógenos se han hecho más fuertes y más inmunes al ataque.
Si no se toman medidas drásticas las enfermedades infecciosas resistentes a los antibióticos generarán más muertes que el cáncer para el año 2015. Así lo afirma el estudio presentado por O’Neill.
Una gran parte del problema es económico y las grandes responsables son las firmas farmacéuticas. Como los antibióticos se venden a bajo precio y no constituyen un incentivo para invertir, los laboratorios no han hecho grandes inversiones en los últimos 30 años. Prefirieron dedicarse cosas más rentables como los tratamientos para el cáncer y descuidaron los medicamentos que dejan menores márgenes de ganancias, como los antibióticos. Mientras tanto, muchos genes patógenos que provocan enfermedades han ido evolucionando hasta volverse inmunes a las drogas existentes.
Si no se atacan, esas enfermedades infecciosas significarán por lo menos 10 millones de muertes adicionales con un costo para la economía global d e US$ 100 millones para el año 2050. Es la primera vez que se cuantifica el posible impacto de la resistencia antimicrobial, conocida en la jerga como AMR