En la “nueva normalidad” las empresas se encuentran en diferentes situaciones respecto al regreso al trabajo: ¿son esenciales o no? ¿sus actividades están exceptuadas? ¿cuentan con las condiciones para operar de manera remota? ¿definieron un plan de regreso gradual? ¿tienen los protocolos adecuados para garantizar la salud de sus empleados, contratistas, clientes y proveedores?
En un sondeo realizado por PwC Argentina durante el mes de agosto del que participaron 150 compañías, un 76% de los encuestados contestaron que cuentan con protocolos, el 15% está trabajando en ellos, pero sólo un 38% está realizando evaluaciones para medir su nivel de cumplimiento.
“La salud y seguridad de los empleados es la mayor preocupación que tienen las organizaciones con respecto al regreso al trabajo, el cumplir con los protocolos que aseguren condiciones adecuadas es la que sigue en la lista. El desafío en adelante es contar con un esquema de revisión y actualización ágil y flexible para asegurar su validez frente al entorno de constante cambio”, comenta Diego López, socio de PwC Argentina.
Quienes han regresado o nunca han dejado de operar, han tenido que diseñar e implementar protocolos para adecuar los espacios físicos y las formas de trabajo y cumplir con el marco regulatorio aplicable a su actividad y locación: recomendaciones y requisitos de la OMS, gobiernos nacional, provincial, municipal; cámaras empresariales; organismos de control o lineamientos corporativos internos.
Sumado al marco regulatorio, los riesgos asociados a la falta de cumplimiento son altos e incluyen desde impactos en la salud de los empleados, a temas de reputación, multas por incumplimientos, trabas de la operación, impacto con terceros, reclamos de los gremios empleados, sólo para mencionar algunos.
En este contexto, existe una preocupación por parte de los líderes de las organizaciones para garantizar la adecuada gestión de riesgos vinculados al regreso y en respuesta a ello, desde PwC plantean algunos aspectos que deben ser tenidos en cuenta para el efectivo cumplimiento de los protocolos:
- Conformación de un Comité de Crisis.
- Aislamiento de personal de riesgo.
- Reorganización del lugar y de las formas de trabajo.
- Control de acceso al establecimiento.
- Distanciamiento preventivo.
- Limpieza y desinfección de sectores.
- Higiene y elementos de protección personal.
- Tratamiento y seguimiento de casos.
- Sistemas de climatización y renovación de aire.
- Movilidad del personal.
- Comunicación y concientización.
- Auditoría del sistema.
Según Mercedes Durante, gerente senior de PwC Argentina, “si bien las compañías han avanzado en la formalización de los protocolos, se abre un interrogante respecto a cómo pueden garantizar condiciones adecuadas para el regreso al trabajo y ahí está el desafío que tendrán que afrontar: evaluar el nivel de cumplimiento de estos protocolos” y continuó, “para dar respuesta a varias de las preocupaciones de las organizaciones en este aspecto será importante contar con el soporte tecnológico que brinde información sobre el ingreso, contactos estrechos y monitoreo continuo para la corrección de desvíos.”
Por último, Diego López afirma: “No será suficiente establecer protocolos si no es posible asegurar su efectividad y cumplimiento. Este podría ser tan simple como un conjunto de medidas a implementar o tan complejo como los escenarios que cada organización requiera y, como todo procedimiento, la simple existencia no asegura su cumplimiento. Será necesario que las organizaciones puedan garantizar tanto el cumplimiento del protocolo como que el mismo se encuentre definido”.