Jornada flexible: ¿tan solo un mito?

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La dinámica tradicional de trabajo es cada vez más cuestionada y las empresas enfrentan el desafío de migrar hacia formas más innovadoras que permitan optimizar los tiempos y conseguir un mejor balance con la vida personal. Por Christian Acosta (*)

En los últimos tiempos se han ido generando debates de distintos tipos que reflexionan sobre la forma en la que trabajamos. Ya sea mediante países que decretan reducir su jornada para aumentar la productividad, como en el caso de Suecia, hasta en charlas más privadas en el interior de las organizaciones. Los empleados demandan una mayor flexibilidad y un modelo de trabajo que les permita optimizar sus tiempos y enfocarse en los resultados y en tareas que generan valor para la empresa, en vez de cumplir horarios estrictos y rutinas que parecen haber quedado obsoletas.

 

Si tenemos en cuenta algunas cifras, podemos observar que efectivamente el modelo clásico de trabajo no siempre es el más efectivo. Según los datos del estudio Citrix Technology Landscape 2020, los trabajadores pierden importantes horas de productividad a causa de mails innecesarios (1,2 horas al día), reuniones inefectivas (1,6 horas al día), interrupciones (2 horas al día), y traslado hasta sus oficinas (1,5 horas al día).   

 

Las empresas no pueden dejar de lado esta realidad, y por eso son cada vez más las que flexibilizan sus horarios, brindan la posibilidad de trabajar desde las casas o incluso permiten a los empleados utilizar sus propios dispositivos. De esta forma, nos encontramos frente a un nuevo paradigma, donde la experiencia, la flexibilidad y la seguridad son fundamentales. Llamamos flexibilidad a la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar, en cualquier momento, incluso desde cualquier dispositivo, con cualquier persona.

 

Para que esta nueva dinámica se pueda poner en práctica de forma adecuada, es importante contemplar las soluciones que serán requeridas por los empleados para realizar sus tareas sin inconvenientes. Por ejemplo, quienes trabajen desde sus casas, necesitarán acceder a sus archivos, escritorios, y casillas de correo desde una red fuera de los límites de la empresa. Para ello, las compañías deberán contar con tecnologías de administración de movilidad empresarial como virtualización y cloud, que les permitan acceder a todos sus archivos como si estuvieran en su oficina, editar la información y compartirla utilizando cualquier red sin poner en riesgo la seguridad de los datos.

 

Los beneficios que se pueden obtener de estas nuevas formas de trabajo son múltiples, tales como favorecer el engagement de los empleados, mejorar el equilibrio entre la vida laboral y familiar, potenciar la concentración y la creatividad, permitir el intercambio de información de manera segura,  optimizar los tiempos y en consecuencia, aumentar la productividad.

 

En conclusión, estamos asistiendo a un cambio de paradigma donde se hace necesario repensar los modelos de trabajo tradicionales en pos de mecanismos más flexibles, eficientes y productivos, sin descuidar la protección de los datos corporativos y los documentos confidenciales de una organización. Si las empresas quieren ser competitivas en el mercado y continuar siendo elegidas por sus empleados, sin duda tendrán que aggiornarse para no quedarse fuera de las nuevas tendencias.  

 

 

(*) El autor es Field Sales Manager de Citrix Southern Cone

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