La diferencia entre el dicho y el hecho, es un gran trecho, como dice el viejo refrán. La mayoría de los ejecutivos hombres proclaman su apoyo a la igualdad de género en todos los niveles de la organización, y en materia salarial.
Pero cuando se comprueban los datos, la brecha sigue siendo enorme. Con medidas concretas e inmediatas de corrección, apunta a rectificar esta injusticia un movimiento británico conocido como “30% Club”.
Alguien importante ha escuchado a sus voceros. Un grupo de inversionistas -27 firmas- con activos de 10 billones de libras (billón es millón de millón) se ha comprometido a impulsar mayor diversidad de género.
Han acordado una iniciativa para promover de modo activo mayor presencia femenina en alta gerencia y también en los directorios, de todas las compañías en las que invierten.
Entre los inversores se encuentran el Fondo de Inversiones de Pensiones de Japón, la respectiva unidad de negocios del J.P Morgan, e importantes compañías de seguros. Ese porcentaje de 30% femenino deberá alcanzarse para 2020. Estos inversores tomarán contacto con directorios y gerentes de las empresas en las que invierten, para impulsar activamente el cumplimiento de esta meta.
El grupo inversor anticipó que podría votar en contra de la reelección del presidente de la empresa o de directores, si no hay pruebas concretas de avance en dirección a la diversidad.
Una señal de que el mensaje se recibe, es que se están actualizando los códigos internos de las empresas para mejorar la diversidad de género en la fuerza laboral, a todos los niveles.
Visto algunos cambios significativos, se confirma la enorme influencia que tienen los inversionistas cuando cuentan con una política clara.