<p><em>Por Patricio Cavalli</em><br />
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Y si, allí estaban los ganadores de cada categoría: JWT, distinguida con el máximo galardón en la categoría Diarios con su aviso “Petróleo” desarrollado para Ford F4000 de Ford; DRAFTFCB Argentina que obtuvo el Grand Prix de Plata en la misma categoría con “La Pulga Messi”, para DirecTV; y el Grand Prix de Bronce, que se lo llevó la pieza “Kinder Plan” del Hospital Alemán, creado por Del Campo Nazca Saatchi & Saatchi.<br />
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Cumplamos con nuestro rol informativo: en la categoría Revistas el Oro fue para “Caras”, aviso creado por Grey Argentina para Magistral. El Premio Revistas de Plata lo obtuvo Ogilvy & Mather Argentina con su pieza “Yaguareté” para la Fundación Vida Silvestre. Por su parte, Lado C se agenció el Bronce de la categoría con su pieza “Casa Invisible” del anunciante ADT Security Services.</p>
<p>Y todo estuvo muy bien desde el lado publicitario-comunicacional. <br />
Pero hubo otro tema o subtema detrás de la premiación, los laureados, la muestra de creatividad, y toda esa cuestión. <br />
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Ocurrió mientras se entregaban las estatuillas. Con cierta lógica, el servicio de catering y las barras se mantuvieron durante esos (eternos) minutos, cerradas. Nada, ni una gota de agua o gaseosa, ni qué hablar de vinos, speeds, gin tonics, espumantes, cervezas y espirituosas varias salía de las manos de los bartenders. Hubo ruegos, intentos de propinas, susurros, sonrisas, incluso lágrimas. Pero nada. Durante unos minutos, el tiempo se mantuvo quieto, seco, eterno. <br />
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Y luego empezó todo de nuevo: deejays, hit tras hit tras hit, música fuerte, luces, colores, globos, estroboscópicas, morfi, chupi, joda, hombres siempre horribles, mujeres siempre hermosas, otra copa para mí por favor. <br />
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Y fue en ese momento en que nos dimos cuenta de cuál es el verdadero mensaje del Premio Clarín 2009. Podemos hablar de publicidad, sí, qué bueno el aviso del Hospital Alemán, qué bien conceptualizado el oro de JWT con Ford, muy bien lo de Xaga con Tulipán, ¿viste vos?, ahí van Gastón Barcia y Xavier Grant…<br />
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Pero en el fondo el mensaje es otro, más simple, más banal, también más humano. Y es: Buenos Aires needs to party. <br />
Por eso las casi cinco mil personas reunidas en el boliche del centro, por eso la cola para entrar, por eso la gente moviéndose, riéndose y pasando más tiempo en las barras y las pistas que en el segundo piso viendo la muestra de gráfica. <br />
“Le dijimos a los DJs, no se pongan exóticos: mucho hit, mucho punchi punchi, mucha joda, que la gente baile y se divierta”, me dijo entre hordas de niñas de agencias que subían y bajaban por una escalera, Santiago Perincioli, gerente de Agea Digital. <br />
Se comentó incluso que no fue casual la presencia de tantas, pero tantas jóvenes y hermosas mujeres: varias decenas de entradas “ladies only” fueron repartidas en varias universidades de Capital. <br />
Y quedó claro que la elección dio en el clavo. En un año de pestes porcinas, recesiones mundiales, despidos continuos, elecciones conflictivas, candidaturas testimoniales, diputados electos, crisis económicas, aprietes mediáticos, tapas incendiarias, secuestro de goles, clasificaciones milagrosas, escuchas telefónicas y homicidios en ocasión de robo, Buenos Aires ansía, necesita, pide a gritos relajarse, divertirse, aflojar un poco la cincha, tomarse un trago, pasar un buen rato y volver a empezar. <br />
Nada de todo se va a resolver con una fiesta (obvio). <br />
Pero sí dice mucho de lo que pasa en nuestras cabezas, mentes y corazones, la ansiedad fiesteril que se vivió en el Premio Clarín. <br />
Un rato de well mannered frivolity, para contrapesar un contexto agotador, hartante y conflictivo. <br />
Y sí, algo hablamos de publicidad, creo que los primeros cinco minutos. Después la noche empezó a valer la pena.</p>
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El mensaje del Premio Clarín
Se entregaron ayer los Premios Clarín a la Creatividad.