Cuando los ejecutivos suben la escalera corporativa, la empresa empieza a ganar espacio en la vida personal: más responsabilidades significa menos tiempo para la familia, el ocio, la diversión. Es por eso que en el imaginario popular los gerentes y presidentes de compañías siempre parecen cansados. Sin embargo, las cosas han cambiado desde que la generación Y se ha hecho espacio en la esfera del trabajo.
Un nuevo estudio, que reúne a los mejores profesionales de Harvard y la universidad de San Diego, dice exactamente lo contrario: que la capacidad de delegar de los ejecutivos más altos los convierte en el eslabón menos estresado de la cadena. Aquellos que tienen la libertad de delegar actividades son, de hecho, mejores jefes porque saben administrar el tiempo personal y el de otros.
Estudios como estos son raros en la academia porque es difícil conseguir personas que se sometan al experimento. Para lograrlo los científicos tuvieron acceso a ejecutivos de alto rango del gobierno y el ejercito. Se los puso en pareja con un residente del área de Boston con similares características para comparar los niveles de estrés a través del cortisol encontrado en su saliva y un análisis de un cuestionario.
Los resultados mostraron que los ejecutivos tenían menos estrés que sus contrapartes. Es más, a mayor rango y mayores responsabilidades, menos el nivel de estrés de las personas. Sin embargo, resaltaron que esto no se debía a la capacidad de ejercer liderazgo sobre un número grande de personas sino en alcanzar una posición lo suficientemente importante como para empezar a delegar actividades y solo encargarse de la cuestión estratégica.