Consultores y clientes: más confi­anza, mayor autonomía

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“La irrupción de la pandemia generó aprendizajes. La relación con los clientes se fortaleció aún más, con una nueva cultura de trabajo que pone énfasis en generar cercanía y escucha activa de sus demandas, necesidades e inquietudes a través de la virtualidad”, sostiene Luis Guastini.

“Con base en esos intercambios, adaptamos y flexibilizamos procesos, y generamos espacios para brindar asesorías en asuntos coyunturales relativos a nuestro negocio. Así, acompañamos a nuestros clientes de diversas maneras ya que el impacto de la pandemia fue diferente en cada sector: algunos crecieron de manera signi­ficativa y otros tuvieron reducción en su operación”. “Comprendiendo la realidad de cada cliente, los equipos interdisciplinarios dieron respuesta con la mayor velocidad”, asegura Luis Guastini, director general de Manpower. “Nuestros clientes pudieron comprobar que estamos preparados para estos desafíos ya que apalancamos verdaderamente nuestra gestión en innovaciones tecnológicas, manteniendo la operatividad. Así, la experiencia compartida nos mejoró y enriqueció mutuamente”.

–¿Cuáles son los principales desafíos a sortear?

–En el último año, nuestro mayor desafío fue darle continuidad al negocio desde la virtualidad, cuidando la salud y seguridad de nuestros empleados y asociados. En este sentido, pusimos el foco en capacitar a las personas para que adquieran nuevas habilidades y mejoren las existentes, construyendo así un espacio de trabajo donde todos puedan liberar su potencial.

A medida que las organizaciones se transforman y digitalizan a velocidad y escala, las necesidades de habilidades también. Nuestro mayor reto es llevar a todas las personas a esta transformación y proteger a aquellos cuyas vidas se ven afectadas por el retraso en la creación de empleo.

–¿Qué transformaciones se incorporaron a la gestión para hacer frente al contexto?

-El inicio de la pandemia obligó a las empresas a adaptar sus procesos de trabajo, sus modelos de comunicación y los vínculos con sus públicos. Con las restricciones a las actividades, migramos a un esquema de atención y cobertura exclusivamente remoto en el que ofrecimos a clientes, candidatos y asociados una nueva batería de recursos.

A través de nuestra marca Talent Solutions acompañamos a las empresas para que se flexibilizaran y abrieran hacia nuevas formas de trabajo, aplicando un modelo híbrido a través de la tecnología. Antes de la pandemia era impensado que por ejemplo nuestros clientes accedieran a llevar adelante procesos de coaching o outplacement de forma virtual y esa modalidad vino para quedarse. Así, también digitalizamos el proceso de selección e incorporación, otorgando mayor autonomía del tiempo a cada asociado, sin necesidad de acercarse a nuestras sucursales.

–¿Cuáles fueron los principales requerimientos?

–Los clientes esperaban no perder cercanía, calidad de atención y seguimiento en sus negocios por estar atravesados por la virtualidad. Por otro lado, desde nuestra mirada consultiva, el desafío para muchas empresas fue no perder el control de la productividad de sus colaboradores que antes se basaban en la presencialidad.

Por ello, debieron cambiar ese modelo de trabajo por otro basado en la confianza, la autonomía de los empleados y la delegación en los líderes. Las organizaciones que no venían construyendo una cultura corporativa desde estos modelos de liderazgos tuvieron que reformular el desarrollo de competencias blandas en sus equipos de trabajo (trabajo en equipo, pensamiento crítico, toma de decisiones, resiliencia, integridad).

A su vez, necesitaron asesoramiento técnico a raíz de las constantes nuevas normativas por lo que brindamos webinars gratuitos sobre preguntas recurrentes y temas propios de la coyuntura.

Aprovechar las oportunidades

–¿Cómo se reconfiguraron las cualidades necesarias de los liderazgos?

–Desde ManpowerGroup creemos que, para lograr una transformación efectiva de parte de las organizaciones, hoy se requieren líderes cercanos, empáticos, que puedan hacer una lectura rápida y objetiva de la realidad y tomar decisiones asertivas que midan el impacto de corto, mediano y largo plazo. Es decir, líderes que puedan construir un tejido conectivo social, agregando valor con y hacia todos los integrantes de la comunidad. De cara a la nueva normalidad resulta importante asegurarnos de que nuestros líderes estén listos para dedicarse a desbloquear problemáticas, encontrar nuevas oportunidades e impulsar una transformación exitosa, siempre acompañando a sus equipos

A su vez, las organizaciones se están dando cuenta de que necesitan una fuerza laboral con aprendizaje continuo, lo que acelera tanto la demanda de habilidades técnicas como las blandas (comunicación, priorización del tiempo, adaptabilidad, pensamiento analítico).

En Argentina, el 73% de los líderes de RR.HH. ve a la salud y el bienestar de los empleados como la prioridad principal, seguida por la necesidad de crear nuevos modelos de trabajo (61%) y luego por la importancia de impulsar un mayor enfoque en la mejora de las habilidades, el aprendizaje y el desarrollo (38%). Esta crisis debería ser un catalizador para un nuevo futuro del trabajo, más flexible, más diverso y más orientado al bienestar de lo que jamás podríamos haber imaginado.

(Este artículo se publicó originalmente en la edición impresa de Mercado)

 

 

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