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En realidad, lo que fue cambiando es el significado de la palabra amigo, pues a las redes – originalmente sí compuestas por amigos – se le fueron sumando amigos de los amigos de los amigos, conocidos de antaño, sus cónyuges, primos y parientes. Y a medida que se expande el ámbito en el que se comparte la información se amplía cada vez más la apertura de la vida personal se vuelve norma y la privacidad un extraño anacronismo.<br />
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Los más jóvenes miembros de Facebook parecen muy cómodos compartiendo y mostrando prácticamente todo sobre sus vidas. Son los demás años, los que se sumaron a la red cuando ésta se abrió a todo el mundo, los que se tienen que adaptar a un nuevo sistema de valores donde reina la expresión personal.<br />
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Facebook tiene todavía un potencial de crecimiento increíble. Hay mucha gente grande en el mundo que aún no ha entrado y podría hacerlo. Facebook ofrece a los anunciantes una cartera de 54,4 millones de miembros de todas las edades. Si el anunciante quiere dirigirse a personas entre 25 y 30 años, el universo cae a 28,8 millones de personas. Y si los que busca son los de 30 para arriba, tendrá un público de 20,3 millones de personas. <br />
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Cada semana la red social suma un millón de miembros nuevos en Estados Unidos y cinco millones en todo el mundo, y el grupo de más de 30 es el de mayor crecimiento. Además, los miembros cada vez son más gregarios. En todo el mundo, el promedio de amigos que tiene cada miembro ha llegado a 100 y pronto será de 120, según un vocero de la compañía. El mecanismo que se usa para incorporar amigos – aceptar el pedido de amistad que llega al perfil personal – está redefiniendo el significado tradicional de la palabra amigo. Ahora “amigo” es todo aquel miembro de Facebook que comunica el deseo de serlo. <br />
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El profesor Randall Stross se dedicó a contar las posibilidades de privacidad que ofrece Facebook a sus miembros. Son 43, dice, sin contar otras que limitan la información que puede ser vista instalando aplicaciones especiales de software. Por defecto, los perfiles protegen a los usuarios de varias maneras, explica Stross. Por ejemplo, la información en el perfil está restringida a los amigos. No es accesible a amigos de los amigos. Pero Facebook, por defecto, pone muy pocas restricciones a lo que un software de terceros puede ver en una red de amigos. Los miembros no saben que, a menos que cambien las condiciones de privacidad que vienen por defecto, una aplicación instalada por un amibo puede tomar y almacenar muchas categorías de la información personal de un miembro. <br />
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En realidad, muy pocos usuarios se toman el trabajo de ajustar la instalación de privacidad tal como viene, Facebook sí permite a los miembros crear subconjuntos personalizados de amigos. Y entonces, pueden restringir selectivamente el acceso a determinados elementos, como álbumes de fotos y videos. Pero personalizar los permisos para esto o aquello, vía múltiples clics, no es la idea que muchos tienen de pasarla bien. <br />
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Resultado: para mucha gente, “amigos” ahora quiere decir una mezcolanza de verdaderos amigos, antiguos amigos, amigos de amigos y no amigos: familiares jóvenes y viejos, colegas y hasta jefes. Todos los que son aceptados como “amigos” tienen el mismo acceso. Y Stross sentencia: “cuando se desdibuja la distinción entre los pocos amigos íntimos y los muchos que no lo son, parece absurdo distinguir entre privado y público. <br />
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Adiós a la privacidad
Podría decirse que nadie se lo ha propuesto específicamente como meta, pero si en los sitios sociales, como Facebook , se ha vuelto costumbre compartir cosas personales con la red de amigos (que cada día se agranda más) comienza a disolverse la línea que separa lo privado de lo público.