Una epidemia de corrupción
Las coimas son hoy tema de discusión en las empresas. La corrupción, ese gusano que corroe el desarrollo económico, afecta las decisiones de burócratas, degrada la calidad de quienes están en el poder y desalienta la inversión extranjera.
8 abril, 2003
El profesor Philip M. Nichols, quien desde hace años estudia el tema en
profundidad, dice que sigue creciendo la lista de países que sufren consecuencias
políticas y económicas de la corrupción, y que las empresas
internacionales con intereses de largo plazo en algunos de esos países
verán arruinados sus proyectos si aceptan algún plan que incluya
sobornos. Nichols pasó la década pasada estudiando la corrupción
en Francia, Belice, Rusia, Kazkstán y Bulgaria.
"Hace diez años", dijo durante una conferencia en Wharton
College, "la corrupción no era un tema que se tratara en la universidad
o la política. Hoy, la creación y comentario de planes anti-corrupción
es una industria en crecimiento".
El soborno (coimas) es la forma más generalizada de corrupción.
Algunas empresas optan por pagar, y luego descubren que se ha dañado
su imagen pública y que se les hace más difícil rechazar
pedidos futuros.
Nichols sostiene que es fundamental poder desentrañar y explicar la
mecánica de la corrupción para ayudar a que cada vez más
organizaciones — del sector público y del privado – puedan oponer resistencia.
"La realidad nos dice que en más de 20 países, incluídas
las naciones más ricas, hay competidores dispuestos a pagar coimas. Eso
crea una situación en la que los funcionarios esperan el pago de coimas,
algunos competidores están dispuestos a pagarlas, pero usted podría
ir a la cárcel si lo hace."
El profesor Philip M. Nichols, quien desde hace años estudia el tema en
profundidad, dice que sigue creciendo la lista de países que sufren consecuencias
políticas y económicas de la corrupción, y que las empresas
internacionales con intereses de largo plazo en algunos de esos países
verán arruinados sus proyectos si aceptan algún plan que incluya
sobornos. Nichols pasó la década pasada estudiando la corrupción
en Francia, Belice, Rusia, Kazkstán y Bulgaria.
"Hace diez años", dijo durante una conferencia en Wharton
College, "la corrupción no era un tema que se tratara en la universidad
o la política. Hoy, la creación y comentario de planes anti-corrupción
es una industria en crecimiento".
El soborno (coimas) es la forma más generalizada de corrupción.
Algunas empresas optan por pagar, y luego descubren que se ha dañado
su imagen pública y que se les hace más difícil rechazar
pedidos futuros.
Nichols sostiene que es fundamental poder desentrañar y explicar la
mecánica de la corrupción para ayudar a que cada vez más
organizaciones — del sector público y del privado – puedan oponer resistencia.
"La realidad nos dice que en más de 20 países, incluídas
las naciones más ricas, hay competidores dispuestos a pagar coimas. Eso
crea una situación en la que los funcionarios esperan el pago de coimas,
algunos competidores están dispuestos a pagarlas, pero usted podría
ir a la cárcel si lo hace."