Lo que depara el nuevo siglo

Internet está alterando las reglas en todos los aspectos de la vida. El mundo del comercio no es ajeno a este proceso, y quienes participan en él deben adelantarse a las tendencias para ser competitivos.

10 febrero, 2001

La tentación del ser humano por desentrañar el futuro es permanente. A pesar de los magros resultados que exhibe en esa tarea, persiste con renovados bríos. No obstante, es posible rescatar las tendencias que se insinúan en el escenario actual y que con alta probabilidad moldearán la vida y las relaciones políticas, económicas y sociales durante las próximas décadas.

Este es un inventario de las tendencias llamadas a tener impacto en los próximos años.

1) Internet es el desarrollo más importante del siglo 20 y afectará al siglo 21 de maneras que no podemos siquiera imaginar.

Internet está cambiando todas las reglas. Ésa es la noticia más importante con que iniciamos este siglo. Y no es que las otras tecnologías que están apareciendo no sean importantes, pero ninguna jugará un papel tan grande en el futuro como el explosivo crecimiento de la World Wide Web.

Ni siquiera la combinación de las ciencias de la vida con la tecnología derivada de la computación serán un desarrollo tan profundo. Porque esa combinación y esa convergencia no podría ser posible sin las comunicaciones instantáneas que permite la Red.

Los cambios que se derivarán de la Internet en este nuevo siglo afectarán todos los aspectos de nuestra vida. La forma en que trabajamos y con quién trabajamos. La colaboración internacional entre equipos de trabajo de diferentes países serán un hecho cotidiano a medida que se vayan creando nuevas organizaciones para desarrollar y distribuir productos y servicios.

Cómo compramos, dónde compramos, qué compramos y cuánto pagamos. En el próximo siglo no existirá el precio fijo. El formato remate popularizado por eBay y otros sitios Web se convertirá en el formato predominante para la fijación de precios.

Cómo nos educamos, quién nos enseña, dónde y cuándo. Los chicos seguirán asistiendo a la escuela en grupos de pares para aprender a trabajar en equipo, a cooperar, a comunicarse y a liderar. Pero las habilidades académicas serán adquiridas a través de la Internet con módulos de aprendizaje que tendrán el ritmo que le imponga cada persona para incorporar conocimientos a la velocidad que les convenga.

La manera de hacer y mantener relaciones. Las personas con intereses similares se reunirán en comunidades afines en el ciberespacio para formar relaciones virtuales.

2) Los negocios virtuales reemplazarán a los establecimientos convencionales.

El e-commerce interempresario y el minorismo electrónico van a generar, juntos, ingresos billonarios. Forrester Research estima que la cifra será de alrededor de US$ 3,2 billones para 2003. Casi todas las transacciones comerciales van a involucrar a la Web en alguna medida.

El consejo generalizado es “súbase a Internet o hágase a un lado”. Todo minorista, todo negocio, corre el riesgo de ser Amazonizado o superado por alguna empresa más ambiciosa, más innovadora o más focalizada en sus clientes. El fundador de Amazon, Jeff Bezos, dice: “la idea es tomar a los clientes y colocarlos en el centro de su propio universo”. Ése parece ser el secreto del éxito para este siglo.

Pero eso no necesariamente significa el fin de establecimientos más convencionales. Lo que viene es la empresa que combina “el clic con el ladrillo”. Negocios convencionales formarán relaciones sinergéticas con vendedores online. En el próximo siglo el cliente manda. El servicio al cliente significará atender al cliente donde quiera que esté: atenderle online, offline, por teléfono o por correo.

3) El motor del crecimiento económico para el mundo desarrollado se traslada de la información a la innovación.

La información es el combustible que alimenta el motor, la innovación es lo que el motor genera. De la misma forma en que pasamos de la era agrícola a la era industrial, luego cambiamos de la industria a la información.

En las próximas décadas, los avances tecnológicos se producirán a un ritmo espectacular, más rápido de lo que ahora imaginamos. Hoy, el tiempo que media entre la introducción de nueva tecnología hasta su obsolescencia es de aproximadamente 18 meses. Para finales de esta década, será de seis meses. El teléfono existe desde hace un siglo, sin embargo para la década de los ´90, 50% de la población del mundo nunca había hecho una llamada telefónica.

Para mediados del siglo 21 más de 75% de la población del mundo tendrá teléfonos celulares (o primos cercanos aún sin inventar), y las llamadas de voz serán gratis. La gente podrá llegar a cualquier persona en cualquier parte, en cualquier momento, a ningún costo. Sin embargo, si se desean servicios de telecomunicaciones más elaborados, eso sí costará algo.
4) Este será el siglo de la biotecnología, cuando la promesa de la ingeniería genética va a comenzar a dar sus frutos.

Algunos de los más grandes avances ocurrirán a medida que las ciencias de la vida convergen con la tecnología de la computación. Cosas sorprendentes van a ocurrir. Las biocomputadoras se ensamblarán y se programarán a sí mismas. Y más, responderán a las características únicas de cada usuario. Tal vez nosotros no aprendamos nunca de nuestros errores, pero nuestras computadoras sí lo harán.

Los problemas de hambre que existan en el mundo serán producto de problemas de distribución, no de producción, porque los cultivos bioingenierizados producirán granos, frutas y vegetales que no sólo van a ser resistentes a las enfermedades sino también portadores de propiedades capaces de combatir enfermedades que protejan de los peligros comunes como la enfermedad coronaria, el cáncer o la diabetes.

Los cuerpos bioingenierizados serán capaces de regenerar órganos a medida que se deterioran, eliminando la necesidad de donantes de órganos y el riesgo de rechazo al órgano. Se encontrarán marcadores genéticos para todas las enfermedades hereditarias, permitiéndonos reemplazar los genes malos y eliminar enfermedades como la anemia de célula falciforme.

5) Esta era de innovación requerirá una nueva forma de medir productividad.

Todos aquellos que controlan la marcha de la actividad económica se han dado cuenta de que los viejos índices industriales no miden productividad en la nueva economía. Estados Unidos lidera en el proceso de crear nuevas herramientas y actitudes. El Departamento de Comercio de Estados Unidos ahora reconoce que el gasto en software es una inversión, como también lo es el gasto en hardware de computación y equipos de telecomunicaciones. De manera que por primera vez el software comprado para fines comerciales será tenido en cuenta en el producto bruto interno.

Es un comienzo. Todavía no hay herramientas para medir lo que realmente contribuye a la productividad en una era de innovación: la combinación de conocimiento, creatividad y habilidad cooperativa de los trabajadores.

6) La innovación requiere una forma totalmente nueva de pensar, una forma totalmente nueva de mirar el mundo. En consecuencia, debemos comenzar hoy por educar a los niños de manera diferente.

Tanto énfasis se pone en aprender la forma en que funciona la tecnología, cuando el énfasis debería estar en cómo usar la tecnología como herramienta para conseguir más cosas.

Las habilidades que necesitarán nuestros hijos y sus hijos en el lugar de trabajo incluyen la habilidad para pensar creativamente, de trabajar en forma independiente y cooperativa, de razonar, de tomar posición, de analizar y ser creativo. La innovación se produce no cuando se descubre algo totalmente nuevo sino cuando se ponen elementos uno junto al otro de una manera totalmente nueva.

Sólo pensemos en lo que estas tendencias significan para los chicos que todavía no van a la escuela. Para el momento en que se sumen a la fuerza de trabajo, la economía mundial estará completamente integrada y la mayoría de esos nuevos trabajadores se ocuparán en trabajos que requieren “habilidades blandas” como trabajo en equipo, cooperación, pensamiento crítico, razonamiento, liderazgo y creatividad.

7) La fuerza de trabajo del futuro será una comunidad diversa de ciudadanos globales y multilingües que se mueven con facilidad de país en país en pos de oportunidades laborales.

A los niños pequeños de hoy habría que enseñarles idiomas extranjeros desde muy temprano. La apreciación de las diferencias culturales y la tolerancia por las tradiciones de los demás serán herramientas esenciales para el éxito en el trabajo del futuro.

Algunos trabajadores se convertirán en apátridas “virtuales”, aceptando trabajar en el extranjero durante largos períodos, conducir equipos que podrían estar a miles de kilómetros de su lugar de origen. Otros se moverán con facilidad de país en país. Las fronteras nacionales ser abrirán a medida que las empresas exijan la libertad de transferir trabajadores donde sea que lo necesiten. La ciudadanía dual será cosa de todos los días.

El inglés será el idioma de los negocios, pero los idiomas nativos seguirán siendo el idioma de la intimidad, el arte y la literatura. Los lazos familiares y étnicos serán definidos por idioma y no por ubicación.

8) El empleo full-time y permanente, con un solo empleador, se volverá una reliquia de la era industrial y jerárquica a medida que pasamos del empleado de organización al agente libre.

El contrato no escrito entre empleador y empleado se está volviendo a escribir. Se acabó eso de ascender por la escala jerárquica; el manejo de la propia carrera es lo que viene. El empleo de por vida se acaba; hacer un compromiso de por vida para contribuir a la sociedad es ahora el objetivo.

Los acuerdos de trabajo flexible se vuelven cada vez más populares tanto en Estados Unidos como en Europa. En la tradicional Asia, el milenio significará más cambios en diseño organizacional. Las empresas se irán pareciendo cada vez más a sus contrapartes del mundo occidental. En todas partes, las habilidades de comunicaciones serán más altamente valuadas a medida que los trabajadores entran y salen de diferentes entornos laborales.

La gente seguirá en la fuerza de trabajo mucho más de la edad tradicional para la jubilación, pero tendrá diferentes necesidades laborales y expectativas a medida que se acerquen al final de su carrera laboral.

Trabajos puente permitirán a las mayores hacer la transición de trabajo full time a retiro full time. Pero muchos seguirán en la fuerza de trabajo como asesores para la alta gerencia y mentores de los jóvenes.

La única cosa que los chicos de la nueva economía parecen haber olvidado es que con la edad viene una cierta cantidad de sabiduría. Van a querer recuperarla.

9) Estamos entrando en una era más amable, más gentil, en la cual los fenomenales desarrollos tecnológicos serán atenuados por una mayor preocupación por la condición humana.

En el siglo 21 la tan esperada era de la computación ubicua se hará realidad, y todos nosotros estaremos unidos por hilos invisibles de luz y sonido, que llevan voz, datos, texto y video a todos los rincones del globo. Nuestros hogares y oficinas estarán completamente en red, permitiéndonos a todos trabajar desde cualquier de las dos ubicaciones sin siquiera cerrar un solo archivo en el camino de un punto al otro.

Las tarjetas inteligentes viajarán junto con las autopistas inteligentes, evitando demoras y catástrofes con sensores que envían mensajes por postas sobre volumen de tránsito, congestiones y rutas alternativas. Los robots irán a donde los seres humanos temen, o no pueden ir. La nanotecnología introducirá chips miniatura con más poder que los actuales microchips.

Incluso a medida que exploramos los vastos ámbitos del universo montados en las superautopistas de información, la mayoría de nosotros también buscaremos una comunidad de personas con identidad compartida, mismo lenguaje y herencia. Lenguaje, cultura y herencia no se perderán. En realidad, la tecnología permitirá a las comunidades preservar lo que de otra forma habría desaparecido.

10) Estamos asistiendo a un cambio fenomenal de la conformidad y uniformidad a la customización y la individualidad. La individualidad es un tema recurrente en el próximo milenio.

En la era de customización masiva no es participación en el mercado lo que buscamos sino participación en el cliente. La rentabilidad proviene de vender más a menos clientes, pero venderles exactamente lo que quieren. No algo parecido, exactamente lo que quieren.

La tecnología lo hace posible. El ejemplo más ampliamente conocido de customización masiva, en el cual el comprador obtiene exactamente lo que quiere y necesita es el modelo creado por Dell Computers. Dell no tiene una sola PC en su inventario. Lo que tiene es la posibilidad de obtener partes de varias fuentes para crear una computadora personal individualizada. Y la empresa hace gran parte de su trabajo en el ciberespacio. Es una corporación virtual, que vende productos bien reales con mucha rentabilidad.

Esto, claro, plantea enormes desafíos para la gente responsable de comercializar productos y servicios. En el pasado, el marketing era bastante sencillo. Los productos se diseñaban con un mercado en mente. El producto se lanzaba a través de los medios masivos para crear reconocimiento de marca, los clientes respondían (o no) y seguía la publicidad y la difusión por boca, creando participación en el mercado. El desempeño, la utilidad, la durabilidad y el precio aseguraban el continuo crecimiento del mercado.
Hoy, nada más que conseguir la atención del cliente potencial es un desafío sobrecogedor, y conseguir atención no significa conseguir la venta. Las customizacion masiva ha cambiado las expectativas de los consumidores y ha cambiado para siempre la forma en que los productos se compran y se venden.

La tentación del ser humano por desentrañar el futuro es permanente. A pesar de los magros resultados que exhibe en esa tarea, persiste con renovados bríos. No obstante, es posible rescatar las tendencias que se insinúan en el escenario actual y que con alta probabilidad moldearán la vida y las relaciones políticas, económicas y sociales durante las próximas décadas.

Este es un inventario de las tendencias llamadas a tener impacto en los próximos años.

1) Internet es el desarrollo más importante del siglo 20 y afectará al siglo 21 de maneras que no podemos siquiera imaginar.

Internet está cambiando todas las reglas. Ésa es la noticia más importante con que iniciamos este siglo. Y no es que las otras tecnologías que están apareciendo no sean importantes, pero ninguna jugará un papel tan grande en el futuro como el explosivo crecimiento de la World Wide Web.

Ni siquiera la combinación de las ciencias de la vida con la tecnología derivada de la computación serán un desarrollo tan profundo. Porque esa combinación y esa convergencia no podría ser posible sin las comunicaciones instantáneas que permite la Red.

Los cambios que se derivarán de la Internet en este nuevo siglo afectarán todos los aspectos de nuestra vida. La forma en que trabajamos y con quién trabajamos. La colaboración internacional entre equipos de trabajo de diferentes países serán un hecho cotidiano a medida que se vayan creando nuevas organizaciones para desarrollar y distribuir productos y servicios.

Cómo compramos, dónde compramos, qué compramos y cuánto pagamos. En el próximo siglo no existirá el precio fijo. El formato remate popularizado por eBay y otros sitios Web se convertirá en el formato predominante para la fijación de precios.

Cómo nos educamos, quién nos enseña, dónde y cuándo. Los chicos seguirán asistiendo a la escuela en grupos de pares para aprender a trabajar en equipo, a cooperar, a comunicarse y a liderar. Pero las habilidades académicas serán adquiridas a través de la Internet con módulos de aprendizaje que tendrán el ritmo que le imponga cada persona para incorporar conocimientos a la velocidad que les convenga.

La manera de hacer y mantener relaciones. Las personas con intereses similares se reunirán en comunidades afines en el ciberespacio para formar relaciones virtuales.

2) Los negocios virtuales reemplazarán a los establecimientos convencionales.

El e-commerce interempresario y el minorismo electrónico van a generar, juntos, ingresos billonarios. Forrester Research estima que la cifra será de alrededor de US$ 3,2 billones para 2003. Casi todas las transacciones comerciales van a involucrar a la Web en alguna medida.

El consejo generalizado es “súbase a Internet o hágase a un lado”. Todo minorista, todo negocio, corre el riesgo de ser Amazonizado o superado por alguna empresa más ambiciosa, más innovadora o más focalizada en sus clientes. El fundador de Amazon, Jeff Bezos, dice: “la idea es tomar a los clientes y colocarlos en el centro de su propio universo”. Ése parece ser el secreto del éxito para este siglo.

Pero eso no necesariamente significa el fin de establecimientos más convencionales. Lo que viene es la empresa que combina “el clic con el ladrillo”. Negocios convencionales formarán relaciones sinergéticas con vendedores online. En el próximo siglo el cliente manda. El servicio al cliente significará atender al cliente donde quiera que esté: atenderle online, offline, por teléfono o por correo.

3) El motor del crecimiento económico para el mundo desarrollado se traslada de la información a la innovación.

La información es el combustible que alimenta el motor, la innovación es lo que el motor genera. De la misma forma en que pasamos de la era agrícola a la era industrial, luego cambiamos de la industria a la información.

En las próximas décadas, los avances tecnológicos se producirán a un ritmo espectacular, más rápido de lo que ahora imaginamos. Hoy, el tiempo que media entre la introducción de nueva tecnología hasta su obsolescencia es de aproximadamente 18 meses. Para finales de esta década, será de seis meses. El teléfono existe desde hace un siglo, sin embargo para la década de los ´90, 50% de la población del mundo nunca había hecho una llamada telefónica.

Para mediados del siglo 21 más de 75% de la población del mundo tendrá teléfonos celulares (o primos cercanos aún sin inventar), y las llamadas de voz serán gratis. La gente podrá llegar a cualquier persona en cualquier parte, en cualquier momento, a ningún costo. Sin embargo, si se desean servicios de telecomunicaciones más elaborados, eso sí costará algo.
4) Este será el siglo de la biotecnología, cuando la promesa de la ingeniería genética va a comenzar a dar sus frutos.

Algunos de los más grandes avances ocurrirán a medida que las ciencias de la vida convergen con la tecnología de la computación. Cosas sorprendentes van a ocurrir. Las biocomputadoras se ensamblarán y se programarán a sí mismas. Y más, responderán a las características únicas de cada usuario. Tal vez nosotros no aprendamos nunca de nuestros errores, pero nuestras computadoras sí lo harán.

Los problemas de hambre que existan en el mundo serán producto de problemas de distribución, no de producción, porque los cultivos bioingenierizados producirán granos, frutas y vegetales que no sólo van a ser resistentes a las enfermedades sino también portadores de propiedades capaces de combatir enfermedades que protejan de los peligros comunes como la enfermedad coronaria, el cáncer o la diabetes.

Los cuerpos bioingenierizados serán capaces de regenerar órganos a medida que se deterioran, eliminando la necesidad de donantes de órganos y el riesgo de rechazo al órgano. Se encontrarán marcadores genéticos para todas las enfermedades hereditarias, permitiéndonos reemplazar los genes malos y eliminar enfermedades como la anemia de célula falciforme.

5) Esta era de innovación requerirá una nueva forma de medir productividad.

Todos aquellos que controlan la marcha de la actividad económica se han dado cuenta de que los viejos índices industriales no miden productividad en la nueva economía. Estados Unidos lidera en el proceso de crear nuevas herramientas y actitudes. El Departamento de Comercio de Estados Unidos ahora reconoce que el gasto en software es una inversión, como también lo es el gasto en hardware de computación y equipos de telecomunicaciones. De manera que por primera vez el software comprado para fines comerciales será tenido en cuenta en el producto bruto interno.

Es un comienzo. Todavía no hay herramientas para medir lo que realmente contribuye a la productividad en una era de innovación: la combinación de conocimiento, creatividad y habilidad cooperativa de los trabajadores.

6) La innovación requiere una forma totalmente nueva de pensar, una forma totalmente nueva de mirar el mundo. En consecuencia, debemos comenzar hoy por educar a los niños de manera diferente.

Tanto énfasis se pone en aprender la forma en que funciona la tecnología, cuando el énfasis debería estar en cómo usar la tecnología como herramienta para conseguir más cosas.

Las habilidades que necesitarán nuestros hijos y sus hijos en el lugar de trabajo incluyen la habilidad para pensar creativamente, de trabajar en forma independiente y cooperativa, de razonar, de tomar posición, de analizar y ser creativo. La innovación se produce no cuando se descubre algo totalmente nuevo sino cuando se ponen elementos uno junto al otro de una manera totalmente nueva.

Sólo pensemos en lo que estas tendencias significan para los chicos que todavía no van a la escuela. Para el momento en que se sumen a la fuerza de trabajo, la economía mundial estará completamente integrada y la mayoría de esos nuevos trabajadores se ocuparán en trabajos que requieren “habilidades blandas” como trabajo en equipo, cooperación, pensamiento crítico, razonamiento, liderazgo y creatividad.

7) La fuerza de trabajo del futuro será una comunidad diversa de ciudadanos globales y multilingües que se mueven con facilidad de país en país en pos de oportunidades laborales.

A los niños pequeños de hoy habría que enseñarles idiomas extranjeros desde muy temprano. La apreciación de las diferencias culturales y la tolerancia por las tradiciones de los demás serán herramientas esenciales para el éxito en el trabajo del futuro.

Algunos trabajadores se convertirán en apátridas “virtuales”, aceptando trabajar en el extranjero durante largos períodos, conducir equipos que podrían estar a miles de kilómetros de su lugar de origen. Otros se moverán con facilidad de país en país. Las fronteras nacionales ser abrirán a medida que las empresas exijan la libertad de transferir trabajadores donde sea que lo necesiten. La ciudadanía dual será cosa de todos los días.

El inglés será el idioma de los negocios, pero los idiomas nativos seguirán siendo el idioma de la intimidad, el arte y la literatura. Los lazos familiares y étnicos serán definidos por idioma y no por ubicación.

8) El empleo full-time y permanente, con un solo empleador, se volverá una reliquia de la era industrial y jerárquica a medida que pasamos del empleado de organización al agente libre.

El contrato no escrito entre empleador y empleado se está volviendo a escribir. Se acabó eso de ascender por la escala jerárquica; el manejo de la propia carrera es lo que viene. El empleo de por vida se acaba; hacer un compromiso de por vida para contribuir a la sociedad es ahora el objetivo.

Los acuerdos de trabajo flexible se vuelven cada vez más populares tanto en Estados Unidos como en Europa. En la tradicional Asia, el milenio significará más cambios en diseño organizacional. Las empresas se irán pareciendo cada vez más a sus contrapartes del mundo occidental. En todas partes, las habilidades de comunicaciones serán más altamente valuadas a medida que los trabajadores entran y salen de diferentes entornos laborales.

La gente seguirá en la fuerza de trabajo mucho más de la edad tradicional para la jubilación, pero tendrá diferentes necesidades laborales y expectativas a medida que se acerquen al final de su carrera laboral.

Trabajos puente permitirán a las mayores hacer la transición de trabajo full time a retiro full time. Pero muchos seguirán en la fuerza de trabajo como asesores para la alta gerencia y mentores de los jóvenes.

La única cosa que los chicos de la nueva economía parecen haber olvidado es que con la edad viene una cierta cantidad de sabiduría. Van a querer recuperarla.

9) Estamos entrando en una era más amable, más gentil, en la cual los fenomenales desarrollos tecnológicos serán atenuados por una mayor preocupación por la condición humana.

En el siglo 21 la tan esperada era de la computación ubicua se hará realidad, y todos nosotros estaremos unidos por hilos invisibles de luz y sonido, que llevan voz, datos, texto y video a todos los rincones del globo. Nuestros hogares y oficinas estarán completamente en red, permitiéndonos a todos trabajar desde cualquier de las dos ubicaciones sin siquiera cerrar un solo archivo en el camino de un punto al otro.

Las tarjetas inteligentes viajarán junto con las autopistas inteligentes, evitando demoras y catástrofes con sensores que envían mensajes por postas sobre volumen de tránsito, congestiones y rutas alternativas. Los robots irán a donde los seres humanos temen, o no pueden ir. La nanotecnología introducirá chips miniatura con más poder que los actuales microchips.

Incluso a medida que exploramos los vastos ámbitos del universo montados en las superautopistas de información, la mayoría de nosotros también buscaremos una comunidad de personas con identidad compartida, mismo lenguaje y herencia. Lenguaje, cultura y herencia no se perderán. En realidad, la tecnología permitirá a las comunidades preservar lo que de otra forma habría desaparecido.

10) Estamos asistiendo a un cambio fenomenal de la conformidad y uniformidad a la customización y la individualidad. La individualidad es un tema recurrente en el próximo milenio.

En la era de customización masiva no es participación en el mercado lo que buscamos sino participación en el cliente. La rentabilidad proviene de vender más a menos clientes, pero venderles exactamente lo que quieren. No algo parecido, exactamente lo que quieren.

La tecnología lo hace posible. El ejemplo más ampliamente conocido de customización masiva, en el cual el comprador obtiene exactamente lo que quiere y necesita es el modelo creado por Dell Computers. Dell no tiene una sola PC en su inventario. Lo que tiene es la posibilidad de obtener partes de varias fuentes para crear una computadora personal individualizada. Y la empresa hace gran parte de su trabajo en el ciberespacio. Es una corporación virtual, que vende productos bien reales con mucha rentabilidad.

Esto, claro, plantea enormes desafíos para la gente responsable de comercializar productos y servicios. En el pasado, el marketing era bastante sencillo. Los productos se diseñaban con un mercado en mente. El producto se lanzaba a través de los medios masivos para crear reconocimiento de marca, los clientes respondían (o no) y seguía la publicidad y la difusión por boca, creando participación en el mercado. El desempeño, la utilidad, la durabilidad y el precio aseguraban el continuo crecimiento del mercado.
Hoy, nada más que conseguir la atención del cliente potencial es un desafío sobrecogedor, y conseguir atención no significa conseguir la venta. Las customizacion masiva ha cambiado las expectativas de los consumidores y ha cambiado para siempre la forma en que los productos se compran y se venden.

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