Comida sana evaluada por un supermercado

Una cadena de supermercados norteamericana, con 158 establecimientos en cinco estados, se convirtió en el primer minorista en desarrollar un programa de evaluación de alimentos que se promocionan como “sanos”.

6 noviembre, 2006

Todos conocemos esa íntima sensación de satisfacción que resulta de poner en el carrito de la compra un productos que es bueno para la salud.

Pero resulta que a una cadena de supermercados estadounidenses llamada Hannaford Brothers se le ocurrió desarrollar un sistema de estrellas que evalúa y califica, con 0 a 3 estrellas, el valor nutritivo de casi todos los alimentos y bebidas en venta en sus establecimientos.

De los 27.000 productos incorporados a la fórmula Hannaford, 77% obtuvo ninguna estrella, y eso incluye a muchos, si no a la mayoría, de los alimentos procesados que se promocionan como buenos para la salud.

En la lista de cero estrellas figuran, por ejemplo, el jugo de vegetales V8 (demasiada sal), la sopa de tomates Healthy Request de Campbell (ídem), la mayoría de las comidas congeladas de Lean Cuisine y Healthy Choice (ídem) y casi todos los yogures con fruta (demasiada azúcar). La leche entera tampoco tiene estrellas porque contiene demasiada grasa. La mayoría de las frutas y vegetales – como es lógico suponer — sí sacan tres estrellas, y también cosas como salmón y mezclas de cereales y frutas secas.

En un momento en que cada vez más productos se presentan publicitariamente como saludables, sanos, buenos para la salud, darse cuenta que muchos de ellos no superan airosamente la inspección de Hannaford, pone en tela de juicio la honestidad de algunas promesas de nutrición, que son reguladas por la Food and Drug Administration. También podría hacer pensar que Hannaford puede estar colocando estándares demasiado altos. En cualquiera de los casos, los resultados parecen confirmar la molesta sensación de que los beneficios promocionados por muchos productos tienen bastante más que ver con marketing que con nutrición.

Además, el sistema de calificación, que comenzó a aplicarse en septiembre, pone a la cadena de almacenes en la incómoda posición de juzgar los mismos productos que está tratando de vender, para no mencionar a las empresas que proveen los alimentos. En realidad, la mayoría de los productos con la marca propia de Hannaford no obtuvieron estrellas.

Hannaford dice que no está tratando de convertirse en predicadora ni de establecer una lista de alimentos aprobados y rechazados, simplemente pretende orientar a los compradores que lo desean. Además, dice la compañía, hay espacio en cualquier dieta balanceada para muchos alimentos que no reciben estrellas. El sistema que ellos han diseñado marca “lo bueno, mejor y lo mejor de todo. No dice que algo sea malo.”

Todos conocemos esa íntima sensación de satisfacción que resulta de poner en el carrito de la compra un productos que es bueno para la salud.

Pero resulta que a una cadena de supermercados estadounidenses llamada Hannaford Brothers se le ocurrió desarrollar un sistema de estrellas que evalúa y califica, con 0 a 3 estrellas, el valor nutritivo de casi todos los alimentos y bebidas en venta en sus establecimientos.

De los 27.000 productos incorporados a la fórmula Hannaford, 77% obtuvo ninguna estrella, y eso incluye a muchos, si no a la mayoría, de los alimentos procesados que se promocionan como buenos para la salud.

En la lista de cero estrellas figuran, por ejemplo, el jugo de vegetales V8 (demasiada sal), la sopa de tomates Healthy Request de Campbell (ídem), la mayoría de las comidas congeladas de Lean Cuisine y Healthy Choice (ídem) y casi todos los yogures con fruta (demasiada azúcar). La leche entera tampoco tiene estrellas porque contiene demasiada grasa. La mayoría de las frutas y vegetales – como es lógico suponer — sí sacan tres estrellas, y también cosas como salmón y mezclas de cereales y frutas secas.

En un momento en que cada vez más productos se presentan publicitariamente como saludables, sanos, buenos para la salud, darse cuenta que muchos de ellos no superan airosamente la inspección de Hannaford, pone en tela de juicio la honestidad de algunas promesas de nutrición, que son reguladas por la Food and Drug Administration. También podría hacer pensar que Hannaford puede estar colocando estándares demasiado altos. En cualquiera de los casos, los resultados parecen confirmar la molesta sensación de que los beneficios promocionados por muchos productos tienen bastante más que ver con marketing que con nutrición.

Además, el sistema de calificación, que comenzó a aplicarse en septiembre, pone a la cadena de almacenes en la incómoda posición de juzgar los mismos productos que está tratando de vender, para no mencionar a las empresas que proveen los alimentos. En realidad, la mayoría de los productos con la marca propia de Hannaford no obtuvieron estrellas.

Hannaford dice que no está tratando de convertirse en predicadora ni de establecer una lista de alimentos aprobados y rechazados, simplemente pretende orientar a los compradores que lo desean. Además, dice la compañía, hay espacio en cualquier dieta balanceada para muchos alimentos que no reciben estrellas. El sistema que ellos han diseñado marca “lo bueno, mejor y lo mejor de todo. No dice que algo sea malo.”

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