¿Tolerancia cero a maniobras internas con derivados?

Una docena de entidades relacionadas con valores emitió esta semana una severa declaración conjunta. Manifiesta que “ya no se tolerará el uso ilegal de datos reservados en operaciones con instrumentos derivativos y contratos derivados”.

16 diciembre, 2006

En realidad, es un comunicado que signan la International swaps & derivatives association, Securities and financial market association y otros grupos dedicados al negocio más volátil, riesgoso y quizá menos necesario del mundo especulativo. Su preocupación apunta a la actual ola de compras apalancadas.

A criterio de esas entidades, inversores institucionales y operadores han llamado la atención sobre “sospechosas filtraciones previas a anunciarse fusiones o adquisiciones (F&A), por parte de fondos que las financian vía emisión de nueva deuda. A veces, los trascendidos distorsionan percepciones sobre posibilidades del deudor –objeto de la compra apalancada- para hacer frente a sus obligaciones.

Esas entidades afirman disponer de procedimientos adecuados para hacer frente al ”insider trading”, aunque los derivados crediticios sean un segmento mal regulado. Pero su fórmula parece de dudosa eficacia: “educar e informar” a sus propios asociados sobre cómo manejar información reservada que, de difundirse prematuramente, puede influir en el mercado.

Por ahora, claro, sólo los propios usufructuarios de derivativos parecen felices por la declaración, cuyo móvil real –sospechan el departamento federal de Justicia, la SEC y la fiscalía neoyorquina- es más bien quitarles argumentos a los promotores de una regulación efectiva sobre estos negocios y sus ramificaciones.

Sea como fuere, esas asociaciones admiten que ciertas maniobras empañan su imagen pública (nunca fue muy buena). Las presunciones sobre uso de datos internos en el mercado que transa deudas en cese de pagos comenzaron al recalentarse precios en dos casos típicos: Harrah’s Entertainment (casinos) y HCA (clínicas privadas).

¿Por qué? Porque trascendió que ambas eran objetos de ofertas hostiles y eso infló el valor de pases sobre créditos en problemas. Es una forma, especulativa e insalubre, de apostar a las posibilidades de una empresa para afrontar –o no- sus deudas.

Hace pocos días, los contratos (futuros y opciones generadas por instrumentos derivativos) sobre Travelocity –propietaria de Sabre Holdings- saltaron 13% en Wall Street. ¿Qué habia ocurrido? Que, según el “NewYork times”, tres grupos de inversores privados trataban de tomar la compañía mediante una compra apalancada. Era tan cierto que, el lunes pasado, dos fondos dedicados a eso, Texas Pacific Group y Silver Lake Partners, pagaron unos US$ 4.400 millones por el paquete.

En octubre, un estudio de la consultoría Credit Derivatives Research reveló que los pases de créditos en insolvencia, basados en bonos de treinta firmas expuestas a F&A –incluyendo los cuatro mayores casos de 2006-, aumentaron mucho antes de anunciarse las operaciones o debido a filtraciones en la prensa. El informe destaca alzas muy sospechosas en Freescale Semiconductor, Sara Lee y KnightRidder.

Ahora bien, en Estados Unidos ese segmento se ha expandido peligrosamente A fines del tercer trimestre, contenía 240 fondos de cubertura, o sea basados en futuros y opciones (derivados). Cuatro años antes, no llegaban a cien, de acuerdo con cifras de la agencia calificadora de riesgos crediticios Standard & Poor’s.

En realidad, es un comunicado que signan la International swaps & derivatives association, Securities and financial market association y otros grupos dedicados al negocio más volátil, riesgoso y quizá menos necesario del mundo especulativo. Su preocupación apunta a la actual ola de compras apalancadas.

A criterio de esas entidades, inversores institucionales y operadores han llamado la atención sobre “sospechosas filtraciones previas a anunciarse fusiones o adquisiciones (F&A), por parte de fondos que las financian vía emisión de nueva deuda. A veces, los trascendidos distorsionan percepciones sobre posibilidades del deudor –objeto de la compra apalancada- para hacer frente a sus obligaciones.

Esas entidades afirman disponer de procedimientos adecuados para hacer frente al ”insider trading”, aunque los derivados crediticios sean un segmento mal regulado. Pero su fórmula parece de dudosa eficacia: “educar e informar” a sus propios asociados sobre cómo manejar información reservada que, de difundirse prematuramente, puede influir en el mercado.

Por ahora, claro, sólo los propios usufructuarios de derivativos parecen felices por la declaración, cuyo móvil real –sospechan el departamento federal de Justicia, la SEC y la fiscalía neoyorquina- es más bien quitarles argumentos a los promotores de una regulación efectiva sobre estos negocios y sus ramificaciones.

Sea como fuere, esas asociaciones admiten que ciertas maniobras empañan su imagen pública (nunca fue muy buena). Las presunciones sobre uso de datos internos en el mercado que transa deudas en cese de pagos comenzaron al recalentarse precios en dos casos típicos: Harrah’s Entertainment (casinos) y HCA (clínicas privadas).

¿Por qué? Porque trascendió que ambas eran objetos de ofertas hostiles y eso infló el valor de pases sobre créditos en problemas. Es una forma, especulativa e insalubre, de apostar a las posibilidades de una empresa para afrontar –o no- sus deudas.

Hace pocos días, los contratos (futuros y opciones generadas por instrumentos derivativos) sobre Travelocity –propietaria de Sabre Holdings- saltaron 13% en Wall Street. ¿Qué habia ocurrido? Que, según el “NewYork times”, tres grupos de inversores privados trataban de tomar la compañía mediante una compra apalancada. Era tan cierto que, el lunes pasado, dos fondos dedicados a eso, Texas Pacific Group y Silver Lake Partners, pagaron unos US$ 4.400 millones por el paquete.

En octubre, un estudio de la consultoría Credit Derivatives Research reveló que los pases de créditos en insolvencia, basados en bonos de treinta firmas expuestas a F&A –incluyendo los cuatro mayores casos de 2006-, aumentaron mucho antes de anunciarse las operaciones o debido a filtraciones en la prensa. El informe destaca alzas muy sospechosas en Freescale Semiconductor, Sara Lee y KnightRidder.

Ahora bien, en Estados Unidos ese segmento se ha expandido peligrosamente A fines del tercer trimestre, contenía 240 fondos de cubertura, o sea basados en futuros y opciones (derivados). Cuatro años antes, no llegaban a cien, de acuerdo con cifras de la agencia calificadora de riesgos crediticios Standard & Poor’s.

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