<p><span style="color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; ">Hay un dejo de revancha en el sentimiento que manifiestan las opiniones de toda la región asiática –especialmente del sudeste– sobre la crisis que golpea duro a la Eurozona y también a Estados Unidos.</span></p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; ">En definitiva, sostienen, lo que está en crisis no es el capitalismo, sino exclusivamente la versión del capitalismo del mundo occidental. Contra los que sostienen que hay una crisis global del capitalismo que puede terminar con la forma en que lo conocemos o en su drástica transformación (ver a la partir de la página 24). En sus distintas versiones, fiel al libre mercado, o como capitalismo de Estado, las economías asiáticas siguen creciendo con las mismas herramientas que antes hacían crecer al resto del mundo.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
La crisis está en Occidente –sostienen–; la innovación y el dinamismo se han mudado hacia el este y hacia el sur. Hacia el mundo de los países emergentes.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Ese sabor de revancha tiene orígenes precisos. Aparte de los actores tradicionales (como Sur Corea, Japón, Singapur e incluso Malasia), la mayoría de los demás países siguen siendo pobres o de ingresos medios que hicieron enormes esfuerzos para abrir sus economías a las fuerzas del mercado, para encontrarse ahora con nuevos riesgos.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
En cambio, los partidarios de un capitalismo de Estado a ultranza –nadie mejor que China en este rol– o de un capitalismo muy regulado, sostienen que entendieron a tiempo la lección.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
En 1997, el FMI y las fuerzas del Consenso de Washington, obligaron a todos estos países a tomar la amarga medicina. Reducir el gasto público y elevar las tasas de interés, a pesar de que estaban al borde o ya inmersos en una recesión. Además, a desregular alegremente.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Pero ahora los mismos Gobiernos que votaban esas medidas en el directorio del FMI, enfrentados a los mismos problemas, encuentran diferentes recetas. Bajan las tasas de interés, mantienen o apenas reducen el gasto público y usan los dineros públicos para el salvataje de sus bancos amenazados.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
El caso es que mientras toda Europa y EE.UU. buscan esquivar la recesión, la gran mayoría de países asiáticos (y de América latina también) seguirán teniendo tasas importantes de crecimiento económico. La conclusión asiática es obvia: o los países occidentales son hipócritas en su visión de la realidad, o son incapaces de lidiar con la nueva situación.</p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><strong style="margin: 0px; padding: 0px; ">Cómo liberar el poder productivo</strong></p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; ">Precisamente, si se prefiere hablar de crisis del capitalismo, no hay modo de evitar un tema con íntima conexión. El de los recursos humanos. El de la gestión y retención del talento.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
En todo el mundo, en el ámbito corporativo la nueva voz de orden es liberar el poder productivo de la gente (en la Argentina, el anuario sobre Recursos Humanos –Talento, el petróleo del futuro– , se despliega a partir de la página 36).<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
El nuevo poder de los consumidores, el escenario de la globalización y el impacto de la tecnología están provocando una drástica transformación sobre la forma en que entregan productos y servicios. Quien mejor pueda utilizar sus recursos humanos será el ganador de mañana.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Las formas tradicionales del <em style="margin: 0px; padding: 0px; ">management</em> han cambiado hasta un punto en que son irreconocibles. Hay quien supone que tener un puesto fijo en una empresa será estar en un grupo minoritario en un futuro cercano.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
En buena parte de las economías más avanzadas, 80% de los empleados siguen con puestos fijos; 14% trabajan por su cuenta, y el restante 6% ocupan empleos temporales. Nadie aspira hoy a un empleo de por vida.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Cambios transcendentes han ocurrido. Se precisan nuevas y complejas habilidades. Especialistas, gerentes y profesionales se requieren con mayor intensidad. Obreros manuales y sin especialización son cada vez menos y no consiguen empleo. Ahora hay en oferta trabajo flexible, <em style="margin: 0px; padding: 0px; ">part time</em>, y contratos con plazo fijo. La frontera entre trabajar en casa o en una oficina o fábrica se va diluyendo velozmente. Los lugares de trabajo están cambiando con más velocidad que nunca antes en medio siglo.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Hay un nuevo mundo de oportunidades para trabajadores con habilidades especiales. Pero el futuro será difícil para quien no esté especializado o entrenado.</p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><strong style="margin: 0px; padding: 0px; ">El primer paso de la gran estrategia</strong></p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; ">El acuerdo de fusión entre Glencore y Xtrata, el nuevo conglomerado de US$ 90.000 millones que combina los esfuerzos de la principal firma de <em style="margin: 0px; padding: 0px; ">commodities</em> mundial y uno de los grupos mineros más grandes del globo, permite que aparezca un nuevo protagonista en el escenario. Su envergadura, el potencial de sus esfuerzos y habilidades combinadas y la capacidad del <em style="margin: 0px; padding: 0px; ">management</em> integrado auguran novedades de importancia y son una clara señal de que este movimiento es el primer paso de una gran estrategia.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
La lógica detrás de la fusión es innegable. Glencore reina en el ámbito del comercio de productos básicos de todo tipo, a la par que desde hace años acumula emprendimientos mineros. Xtrata, entre los grandes grupos mineros del planeta, tiene un papel destacado en cobre, zinc, níquel y carbón.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Los accionistas de Glencore retendrán 56% de las acciones del grupo combinado. Ivan Glasenberg, CEO de Glencore, mantiene una participación de 9%. Entre él y 12 de sus colaboradores en Glencore, retendrán la cuarta parte del poder accionario de la nueva compañía, que pasa a ser la cuarta en el ranking minero mundial y la primera en comercialización de productos básicos.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Lo que no escapa a los analistas es que el nuevo coloso –Glencore Xstrata International– estará en condiciones de pujar para adquirir emprendimientos mineros en todas partes del mundo. Ya están los que suponen que el nuevo elenco directivo tiene en la mira a Anglo American, ahora el quinto grupo minero mundial (aunque el cortejo no parezca viable por ahora). <br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
El nuevo grupo controla la tercera parte de todo el carbón que se usa para generar energía (es, salvando las distancias, como si Arabia Saudita produjera tres veces más petróleo que su actual producción). También controla 25% del mercado mundial de zinc y probablemente ocupe la primera posición en cobre.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Una preeminencia que debería inquietar a los consumidores de estas materias primas, pero seguramente mucho más a los países que son grandes productores de estos productos básicos.</p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><strong style="margin: 0px; padding: 0px; ">Clima bélico por el poder nuclear iraní</strong></p>
<p style="margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; ">Hace años que planea la sombra de una guerra que puede desatarse por la actividad nuclear iraní sobre la región. Pero esta vez es diferente. Para muchos estrategas occidentales el conflicto puede escalar a partir de un masivo bombardeo aéreo de Israel sobre las instalaciones nucleares iraníes. <br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
A finales de febrero, el precio del petróleo subió en todos los mercados. La causa: un organismo de Naciones Unidas reveló que Irán incrementó su producción de uranio enriquecido en los últimos meses.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Si bien en Estados Unidos hubo prisa en anticipar que eso no significaba que el régimen iraní tuviera armamento nuclear, los temores se expandieron teniendo en cuenta la intención de Israel de actuar de modo decidido para impedir que ello ocurra.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
El precio del barril de crudo Brent (el marcador mundial) trepó a US$ 125. Ya había subido 14% durante el mes pasado debido a tensiones entre Irán y países occidentales que suspendieron sus compras de crudo a Teherán, así como algunos problemas en Sudán, Siria y Yemen.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
La onda expansiva de un conflicto puede involucrar a Estados Unidos, a Francia e Inglaterra, pero también a Arabia Saudita y otros estados árabes vecinos, temerosos de un eventual bloqueo persa del Golfo de Ormuz que trabe exportaciones petroleras de la zona. <br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
En Israel se dice que en pocos meses más, Irán podría entrar en una zona de inmunidad, donde ningún ataque alcance a detener o desmantelar su capacidad nuclear ofensiva. La conclusión es evidente: es necesario golpear cuanto antes para evitar que se transponga esa barrera. En Occidente hay quienes sostienen que ese ataque podría ocurrir en el próximo trimestre.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Pero Jerusalén no es la única capital preocupada. Los estados del Golfo y Arabia Saudita comparten la inquietud. Nadie quiere ver armas nucleares en manos del Gobierno de Teherán.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Estados Unidos hace lo posible por desmarcarse, pero si hay un ataque, de hecho quedará involucrado en el conflicto. Algo nada bueno para Barack Obama en un año de elecciones, justo ahora que se retira de Irak y Afganistán.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Más belicosos y atentos a un inminente conflicto están los Gobiernos de Francia y Gran Bretaña.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Hay dos escenarios previstos: en el primero, Israel ataca, Occidente ensaya una débil condena, e Irán contraataca. Lo que hará que estadounidenses y europeos acudan a defender a Israel. El segundo, luego del ataque israelí, los iraníes contraatacan contra todos los intereses occidentales, además de los estados árabes del Golfo.<br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Lo evidente es que tras lo ocurrido en Libia, hay gran confianza en la eficacia del poderío aéreo (y de la tecnología misilística), para destruir blancos militares sin causar –demasiadas– bajas civiles. Por otra parte, Teherán no tendrá blancos fáciles para golpear a los occidentales en la región. EE.UU. no tiene tropas en Irak, y Gran Bretaña –desde el año pasado– cerró su embajada en la capital iraní. <br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Todavía queda la amenaza saudita: si Irán tiene la bomba, la monarquía saudí intentará tener la propia, para lo cual parece que tiene un entendimiento con Pakistán (que sí es ya una potencia nuclear). <br style="margin: 0px; padding: 0px; " />
Tal vez se esté subestimando el poder de causar daño que puede tener Irán si es atacado primero.</p>
La larga crisis del capitalismo
Hay un dejo de revancha en el sentimiento que manifiestan las opiniones de toda la región asiática especialmente del sudeste sobre la crisis que golpea duro a la Eurozona y también a Estados Unidos.