Economía digital, ¿es lo máximo desde la revolución industrial?

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Cada 60 años un conjunto de innovaciones tecnológicas va tomando cuerpo. Transforman la economía, promueven nuevas clases sociopolíticas y alteran los esquemas de negocios. El fenómeno se conoce como ciclos largos, un concepto expuesto por el ruso Kondrátyev y el austríaco Schumpeter.

<p>&nbsp;<span style="color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; ">A criterio de muchos analistas, la digitalizaci&oacute;n va creando una &ldquo;segunda econom&iacute;a&rdquo; vasta, autom&aacute;tica e invisible. As&iacute; la define el autor e investigador estadounidense William Brian Arthur en un reciente ensayo. Este trabajo remite a 1850, 11 a&ntilde;os antes de la Guerra de Secesi&oacute;n, cuando la econom&iacute;a estadounidense era apenas mayor que la espa&ntilde;ola. Un decenio despu&eacute;s, estaba entre las mayores del planeta.&nbsp;</span></p>
<p style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; ">&iquest;Qu&eacute; hab&iacute;a ocurrido entretanto? Simple: lleg&oacute; el ferrocarril. Pronto, comunic&oacute; ambas costas entre s&iacute; y con el interior, dando acceso a los productos industriales del este, posibilitando econom&iacute;as de escala en materia de siderometalurgia y manufactura. Desde entonces, nada ser&iacute;a lo mismo.<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
Cambios tan profundos como esos no son de suyo inusitados. &ldquo;&iquest;Es posible &ndash;se pregunta Arthur&ndash; que hoy est&eacute; desenvolvi&eacute;ndose un proceso tan profundo, lento y silencioso como los anteriores desde la primera Revoluci&oacute;n Industrial?&rdquo;.&nbsp;<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
Algunos futur&oacute;logos asocian el cambio paulatino en bio y nanotecnolog&iacute;as, pero el investigador no estima que su momento haya llegado. Igual sucede, en un plano muy ambicioso y complejo, con la carrera espacial. Por el contrario, Arthur sostiene que &ldquo;algo trascendente ocurre con la tecnolog&iacute;a inform&aacute;tica (TI) que va m&aacute;s all&aacute; de computadoras, dispositivos inteligentes, medios sociales o comercio por Internet. Procesos de negocios otrora realizados entre humanos hoy se ejecutan electr&oacute;nicamente y tienen lugar en una dimensi&oacute;n inefable, estrictamente digital. En la superficie, el cambio no parece especialmente relevante y casi siempre se lo da por sentado. Pero est&aacute; causando una revoluci&oacute;n, no menor a la del ferrocarril hace siglo y medio, que genera la<em style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; ">segunda econom&iacute;a</em>&rdquo;.&nbsp;<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
El autor parte de dos ejemplos. Hace unos 20 a&ntilde;os, ir al aeropuerto exig&iacute;a dirigirse a un mostrador, presentar pasajes a un empleado, que luego los sub&iacute;a a una computadora, que notificaba al vuelo y procesaba el equipaje. Todo lo hac&iacute;an personas. Hoy, el pasajero ingresa al aeropuerto y se dirige a una m&aacute;quina. En segundos, obtiene un pase de embarque, un recibo y el tal&oacute;n del equipaje. La clave reside en el factor tiempo: una vez registrado, el pasajero inicia una conversaci&oacute;n conducida enteramente entre m&aacute;quinas. Reconocida la identidad, las computadoras ya verifican en qu&eacute; clase viaja el sujeto, cu&aacute;l es su historia con la aerol&iacute;nea y si tiene prontuario en la Agencia Nacional de Seguridad, Interpol o reparticiones similares.&nbsp;<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
Estas largas y complicadas conversaciones ocurren generalmente entre posiciones remotas: servidores, conmutadores, ru&shy;teadores y dem&aacute;s dispositivos de telecomunicaciones. Todo necesita apenas segundos, o sea el intervalo que separa la aparici&oacute;n del pasajero y la entrega de la documentaci&oacute;n ya procesada.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><strong style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; ">Cadenas de abastecimiento</strong><br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
Pasando al segundo ejemplo, entra en escena la gesti&oacute;n de cadenas de abastecimiento. Hace una generaci&oacute;n, un flete v&iacute;a Rotterdam al centro de Europa involucraba un ej&eacute;rcito para registrar el arribo, verificar conocimientos de embarque, llenar pilas de papeles y telefonear a cada destino para cada uno est&eacute; notificado. Ahora, esos fletes se efect&uacute;an v&iacute;a sitios RFID (identificaci&oacute;n por radiofrecuencia) que registran y escanean digitalmente los despachos y los procesan autom&aacute;ticamente, almacenan las mercader&iacute;as, controlan o &ndash;si es preciso&ndash; reconfiguran rutas.<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
En ambos casos y a lo largo de las econom&iacute;as desarrolladas, los procesos del mundo f&iacute;sico van transfiri&eacute;ndose al digital, donde &ldquo;conversan&rdquo; constantemente entre s&iacute; v&iacute;a innumerables servidores y nodos seminteligentes. Estos actualizan o ubican datos, los verifican, los reajustan y, eventualmente los reenv&iacute;an de regreso a la econom&iacute;a f&iacute;sica y sus agentes humanos. &ldquo;Puede decirse entonces (se&ntilde;ala Arthur) que, alrededor de la econom&iacute;a f&iacute;sica, est&aacute; desarroll&aacute;ndose silenciosamente una segunda econom&iacute;a que abarca negocios, procesos, transacciones y conversaciones digitalizadas.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><strong style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; ">Como los &aacute;lamos</strong><br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
En pos de adjetivos para definir la segunda econom&iacute;a, el analista encuentra&nbsp;<em style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; ">vasto, silencioso, interconectado, invisible y aut&oacute;nomo</em>&nbsp;(las personas pueden dise&ntilde;arlos, pero no participan directamente en su manejo). Sus procesos se ejecutan en forma remota y universal, siempre en actividad y siempre en constante reconfiguraci&oacute;n sobre la marcha. Son concurrentes (o sea que todo sucede en paralelo), autorganizados, autoarquitecturados y autosaneados.<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
Esas definiciones suenan a biol&oacute;gicas y lo son. De hecho, Arthur tiende a pensar en la segunda econom&iacute;a y su car&aacute;cter subterr&aacute;neo respecto del mundo f&iacute;sico partiendo de una imagen: los &aacute;lamos y sus ra&iacute;ces, que suelen extenderse bajo tierra. Por cada hect&aacute;rea de &aacute;rboles en la superficie hay 20 kil&oacute;metros de ra&iacute;ces intercomunicadas unas con otras.&nbsp;<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
&ldquo;La met&aacute;fora no es perfecta, pues esta segunda econom&iacute;a emerge como un sistema mucho m&aacute;s complejo que cualquier salic&aacute;cea. La red digital, en efecto, agrega conexiones y configuraciones a medida como se extiende en lo tridimensional. No obstante, la figura del &aacute;lamo es &uacute;til para captar la realidad que los &aacute;rboles f&iacute;sicos ocultan. Vale decir, un sistema invisible de ra&iacute;ces mucho mayor que el de sus ramas superiores. Ahora bien &iquest;cu&aacute;n grande es la econom&iacute;a invisible? &iquest;A qu&eacute; velocidad crece? C&aacute;lculos a trazo grueso sugieren que, en unos 20 a&ntilde;os, la segunda econom&iacute;a tendr&aacute; un tama&ntilde;o similar al de la primera, o sea la f&iacute;sica. Ser&aacute; como si EE.UU. se extendiese por medio Pac&iacute;fico norte y no parara&rdquo;.&nbsp;<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
Esta segunda econom&iacute;a no produce nada tangible, observa el investigador. No hace la cama en un hotel, no sirve el desayuno ni organiza espect&aacute;culos ni lleva los chicos a la escuela. Pero maneja una enorme porci&oacute;n de la econom&iacute;a f&iacute;sica: ayuda a planear edificios, monitorear ventas, gestionar inventarios, transportar mercader&iacute;as, hacer transacciones, operar en el banco, controlar equipos fabriles, calcular dise&ntilde;os, facturar a clientes, navegar en avi&oacute;n o guiar cirug&iacute;as complejas. Esos tipos de operaci&oacute;n se expanden lentamente y toman tiempo para conformarse.&nbsp;<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
En toda transformaci&oacute;n industrial profunda, las empresas no adoptan determinadas innovaciones tecnol&oacute;gicas: estas van a su encuentro. En el proceso, generan nuevas maneras de usufructuar sus posibilidades. Los hondos cambios descriptos arriba no ocurren &uacute;nicamente en Estados Unidos. Tambi&eacute;n son evidentes en otras econom&iacute;as avanzadas, particularmente la Uni&oacute;n Europea y Jap&oacute;n. Su escala revolucionaria puede advertirse yendo m&aacute;s all&aacute; del &aacute;lamo y su met&aacute;fora.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><strong style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; ">Un sistema neural</strong><br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
En las conversaciones digitales descriptas por Arthur, algo que sucede en la econom&iacute;a f&iacute;sica es percibido en la segunda econom&iacute;a, que inmediatamente la devuelve con la respuesta apropiada. Por ejemplo si un cami&oacute;n pasa la carga por un sensor RFID o alguien tramita embarcarse en un avi&oacute;n, tiene lugar un ejercicio de recomputaci&oacute;n que determina las acciones f&iacute;sicas correspondientes.<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
&ldquo;Existe un paralelo entre esto y la visi&oacute;n biol&oacute;gica de la inteligencia. Pero &ndash;se&ntilde;ala el autor&ndash; no aludo a inteligencia humana ni a nada que implique el plano consciente. Los bi&oacute;logos afirman que un organismo es inteligente si siente algo, cambia su estado interno y reacciona en forma adecuada. Si se pone una bacteria<em style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; ">&nbsp;e-coli&nbsp;</em>en una concentraci&oacute;n inestable de glucosa, la bacteria se mueve hacia donde hay mayor concentraci&oacute;n. Los cient&iacute;ficos la llaman conducta inteligente: el organismo percibe algo, lo &lsquo;computa&rsquo; &ndash;no sabemos exactamente c&oacute;mo&ndash; y devuelve una respuesta apropiada&rdquo;.<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
El proceso &ldquo;no precisa involucrar mente alguna. Una primitiva medusa carece de sistema nervioso central o de cerebro, pero cuenta con una clase de estrato o red neural que le permite detectar un cambio y reaccionar en consecuencia. Como en el ejemplo del &aacute;lamo y sus ra&iacute;ces, los estratos neurales de la econom&iacute;a digital forman redes que perciben una computadora y responden de manera adecuada. Esas redes comienzan a constituir niveles neurales de la econom&iacute;a f&iacute;sica y cabe preguntarse qu&eacute; tipos de cambios cualitativos implica el proceso&rdquo;.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><strong style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; ">Cambio magno</strong><br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
El problema admite una interpretaci&oacute;n hist&oacute;rica. &ldquo;Desde 1760, cuando aparece la m&aacute;quina a vapor de James Watt, hasta mediados del siglo 19, la econom&iacute;a occidental &ndash;subraya Arthur&ndash; fue de&shy;&shy;sarrollando una musculatura similar a la de las m&aacute;quinas. Ahora, est&aacute; creando un sistema neural. Esto quiz&aacute; suene a grandioso o exagerado, pero en realidad es una met&aacute;fora muy v&aacute;lida. Alrededor de 1990, en efecto, las computadoras empezaron a hablar seriamente entre s&iacute; y se multiplicaron las conexiones&rdquo;.<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
Cada servidor individual funciona como neurona. Sus axones (conexiones) y sinapsis son las rutas de comunicaci&oacute;n que les permiten conversar uno con otro y adoptar decisiones consistentes. No siempre plausibles, como ocurri&oacute; con las supercomputadoras que, desde 1994, crearon perversos instrumentos financieros &ndash;los derivativos&ndash; casi imposibles de dome&ntilde;ar en la actualidad.&nbsp;<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
Pese a esas cuestiones &iquest;es la segunda econom&iacute;a el mayor cambio cualitativo desde la primera revoluci&oacute;n industrial? Arthur sostiene que s&iacute; y va m&aacute;s lejos, pues la define como &ldquo;la m&aacute;xima transformaci&oacute;n jam&aacute;s experimentada por la econom&iacute;a. Su clave consiste en generar respuestas no humanas inteligentes y autom&aacute;ticas. No tiene l&iacute;mite ni punto final. Pero no me interesan la ciencia ficci&oacute;n, las predicciones singulares ni los c&iacute;ber apocal&iacute;pticos. Lo que quiero evitar es que se subestime el grado al cual la econom&iacute;a digital har&aacute; la diferencia&rdquo;.<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
En la visi&oacute;n del ensayista, lo central de este siglo &ndash;dejando al margen guerras, pestes o desastres naturales&ndash; ser&aacute; seguramente la construcci&oacute;n de la segunda econom&iacute;a, un fen&oacute;meno subterr&aacute;neo que depare b&aacute;sicamente reacciones inteligentes a las actividades en la superficie. Por ejemplo, dentro de 15 a&ntilde;os la gente viajar&aacute; en las ciudades a bordo de autom&oacute;viles sin volante. Los coches se desplazar&aacute;n por calles y avenidas mientra sus computadoras conversan entre s&iacute; y con las que organizan el tr&aacute;fico. Probablemente no haya &oacute;mnibus, aunque s&iacute; trenes, subterr&aacute;neos y camiones.</p>
<p style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; color: rgb(85, 85, 85); font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 16px; "><strong style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; ">Lo negativo</strong><br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
Como en casi todos los grandes cambios, claro, existen factores negativos. Al investigador lo preocupan en esencia las consecuencias adversas en materia laboral. Si la productividad de la mano de obra sube, por caso, 2,4% en un a&ntilde;o, eso significa que la misma cantidad de gente produce 2,4 m&aacute;s o que se logra ese rendimiento con 2,4% menos trabajadores. Ambos fen&oacute;menos estaban a fines de 2011 ocurriendo simult&aacute;neamente.<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
En EE.UU., Espa&ntilde;a, Italia, Gran Breta&ntilde;a o Jap&oacute;n, cada empleado produce m&aacute;s&nbsp;<em style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; ">per caput</em>. Esto sucede tanto en la industria como en los servicios reales y financieros. As&iacute;, las aerol&iacute;neas requieren cada a&ntilde;o menos personal en tierra. Gran parte del trabajo sigue siendo f&iacute;sico, pues se necesitan brazos para llevar equipajes del mostrador a la cinta, de esta al avi&oacute;n y viceversa. Pero muchas tareas se han perdido en el universo de los sensores, las respuestas y las comunicaciones inteligentes.&nbsp;<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
Similar panorama se observa en restaurantes, locales de comidas r&aacute;pidas (no hay computadora que haga un McDonald&rsquo;s), hoteles. Pero la paulatina desaparici&oacute;n de demanda laboral f&iacute;sica en el&nbsp;<em style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; ">continuum</em>&nbsp;de la segunda econom&iacute;a amenaza con superar a la tan publicitada exportaci&oacute;n de puestos hacia India, China, etc.<br style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; " />
Hay paralelos con precedentes hist&oacute;ricos. A principios del siglo 20, comenzaron a mecanizarse las tareas rurales en econom&iacute;as productoras de alimento como EE.UU., Canad&aacute;, Australia o la Argentina. M&aacute;s tarde, impulsada por el&nbsp;<em style="margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; ">fordismo</em>, la industria se mecaniz&oacute; o adopt&oacute; la fabricaci&oacute;n en serie. Ya no ser&iacute;a tan f&aacute;cil para el sector secundario de la econom&iacute;a absorber la mano de obra rural de&shy;so&shy;cupada. Con el tiempo, la mayor demanda de personal se restringir&iacute;a al sector terciario (servicios, empleo p&uacute;blico). La vanguardia tecnol&oacute;gica y las profesionales liberales nunca ser&aacute;n fuente masiva de empleo. En esta &oacute;ptica, apunta Arthur, &ldquo;no sorprende que la crisis sist&eacute;mica estadounidense de 2007/09 haya dejado hasta hoy una recidiva de desempleo&rdquo;.</p>

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