miércoles, 25 de diciembre de 2024

Drucker, el profeta de la RSE

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Su inmensa contribución al pensamiento y la práctica gerenciales alcanzaba hace ya más de 60 años al territorio que ahora asignamos a la Responsabilidad Social Empresaria. Sus reflexiones siguen relevantes hoy, más allá de los nexos entre negocios de las empresas y la sociedad.

<p><img alt="" src="../../../../mercado/ro/imagenes/foto_nota_1105_30_1.jpg" /><br />
Peter Drucker<br />
Ilustraci&oacute;n: Agust&iacute;n Gomila</p>
<p>Tras la crisis sist&eacute;mica global, adem&aacute;s de las evidentes repercusiones en la econom&iacute;a y de la creciente intervenci&oacute;n reguladora de los Gobiernos, el fen&oacute;meno m&aacute;s evidente es la percepci&oacute;n en muchas empresas &ndash;y no &uacute;nicamente del sector financiero&ndash; que hay un creciente desaf&iacute;o a su reputaci&oacute;n.<br />
Es obvio, como lo demuestra en gran medida el <em>dossier</em> (ver p&aacute;gina 110) de esta edici&oacute;n, que el tema entronca con la Responsabilidad Social Empresaria. M&aacute;s a&uacute;n, simplemente con la responsabilidad, como dir&iacute;a Peter Drucker.<br />
Un reciente trabajo de Craig Smith &ndash;escuela de negocios Wharton&ndash; empieza identificando los principios del maestro en la materia. Luego examina sus implicaciones actuales, particularmente en <em>management</em> y con &eacute;nfasis en sus ideas sobre los &ldquo;l&iacute;mites positivos&rdquo; de la actividad. Vale decir, la cuesti&oacute;n de cu&aacute;nta RSE es suficiente en relaci&oacute;n con temas como alimentos y obesidad, acceso africano a tratamientos contra el sida, cadenas de abastecimiento o derechos laborales. <br />
En forma persistente, Drucker refirmaba su credo de responsabilidad social en econom&iacute;a y otras &aacute;reas de la sociedad. Sus textos liminares, <em>Fin del hombre econ&oacute;mico</em> (1939) y <em>Futuro del hombre industrial </em>(1942), sosten&iacute;an la funci&oacute;n social del negocio y, al abordar los fundamentos de la legitimidad empresaria reivindicaba las obligaciones de los estratos superiores. As&iacute; lo se&ntilde;alaba en su obra cl&aacute;sica de 1974, <em>Management</em>. En sus 800 p&aacute;ginas, el tratado aborda misiones, tareas, metas y pr&aacute;cticas, con una secci&oacute;n de cinco cap&iacute;tulos dedicada a la responsabilidad y sus efectos en la comunidad. Escritos subsiguientes no abandonaron esas posturas.<br />
En ciertos casos, alud&iacute;a al tema en forma directa, en otros lo hac&iacute;a gen&eacute;ricamente, describiendo su concepci&oacute;n humanista, no neocl&aacute;sica, de la labor gerencial y manifestando inquietudes sobre el papel y las obligaciones de las compa&ntilde;&iacute;as. Eso queda patente en su &uacute;ltimo libro, <em>Desaf&iacute;os de management para el siglo XXI</em> (1999, seis a&ntilde;os antes de su muerte). <br />
<br />
<strong>Dos tipos de responsabilidad</strong><br />
Este gran te&oacute;rico diferenciaba entre dos tipos de responsabilidad: la relativa al efecto social de las empresas sobre la comunidad y la relativa al efecto de estas en las actividades del sector privado. Ambos tipos de impacto van m&aacute;s all&aacute; de las actividades industriales o comerciales espec&iacute;ficas de una firma. <br />
En cuanto a efectos indeseables, si no pueden transformarse en ocasiones de negocios, es preferible buscarles salidas institucionales. V&iacute;a autorregulaci&oacute;n o regulaci&oacute;n gubernamental que generen equilibrios entre las partes involucradas.<br />
Drucker tambi&eacute;n ve&iacute;a los problemas sociales como oportunidades, sin eludir responsabilidades respecto de ellos, pero afirmaba que exist&iacute;an l&iacute;mites. Por razones obvias, su obra no lleg&oacute; a la &eacute;poca de auge de los organismos no gubernamentales.<br />
En cuanto a cu&aacute;ndo decir no, o sea poner l&iacute;mites, el tratadista suger&iacute;a resistir demandas o presiones originadas en responsabilidades sociales. M&aacute;xime si trababan la capacidad de desempe&ntilde;o empresario, la desbordaban o provocaban roces con autoridades. <br />
Por ejemplo, las compa&ntilde;&iacute;as de comidas r&aacute;pidas, sin duda, tienen la responsabilidad de morigerar los efectos sociales negativos por fomentar obesidad infantil. En contraste, las farmoqu&iacute;micas a quienes se requiere entregar gratis medicamentos para salvar vidas responden a lo que Drucker llamar&iacute;a problemas y no efectos sociales. No son responsables de que los Gobiernos de pa&iacute;ses subdesarrollados no puedan pagar precios prevalecientes en econom&iacute;as centrales. <br />
El gur&uacute; &ldquo;echa luz sobre instituciones empresarias o de otros tipos &ndash;se&ntilde;ala Smith&ndash; y sus ejecutivos, hoy, con la frescura y propiedad de hace decenios. Esto es especialmente perceptible en materia de responsabilidad social y sus alcances&rdquo;. Por ejemplo, &ldquo;su distinci&oacute;n entre problemas y consecuencias sociales o limitaciones a la RSE &ndash;en t&eacute;rminos de desempe&ntilde;o u objetivos de una firma&ndash; siguen v&aacute;lidos&rdquo;.</p>

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