La mirada sobre el Brexit cambia en Gran Bretaña
Para explicar que es posible dar vuelta atrás se recuerda que en Inglaterra la monarquía fue abolida en 1679 con la ejecución del rey Carlos I y la instauración de la república. Once años más tarde, los ingleses decidieron que habían cometido un error y restauraron la monarquía.
Gideon Rachman, columnista del Financial Times, cree que lo mismo podría ocurrir con el Brexit, o sea, con la decisión tomada siete años atrás por los británicos de abrirse de la Unión Europea. Un promedio de encuestas recientes muestra que 58% de los votantes no solo se lamenta del Brexit sino que activamente se pronuncia a favor de volver a la Unión.
El Brexit había sido presentado como una forma de controlar la inmigración y mejorar el Servicio Nacional de Salud (NHS, según siglas inglesas). Pero el NHS está hoy mucho peor de lo que estaba en 2016 y la inmigración sigue siendo muy alta, solo que ahora los inmigrantes de la Unión Europea han sido reemplazados por personas de fuera del bloque. Y el FMI pronostica que Gran Bretaña tendrá este año la peor economía del mundo desarrollado.
Hasta ahora, este cambio de mirada no se ha filtrado a la política. El partido opositor laborista dice que pensar en revertir el Brexit está fuera de la cuestión y habla de “ajustes” al acuerdo actual. Hasta los más duros partidarios de permanecer en la Unión Europea (los “remainers”) se lamentan de que pasará toda una generación antes de que Gran Bretaña pueda considerar volver a formar parte de la UE.
La verdad, dice Rachman, es que los “ajustes” marginales que favorece el laborismo podrían no ser posibles y tampoco compensarían la exclusión del mercado interno de la U.E. El público parece estar dándose cuenta de esto y los políticos van a tener que dar alguna respuesta. Y finalmente la idea de volver a formar parte de la Unión Europea se irá generalizando. Una mayoría del partido laborista en las próximas elecciones facilitaría este camino.
Cualquier campaña que proponga la reunificación tropezará con dos grandes objeciones. La primera es que la UE se opone a el retorno del Reino Unidos. La segunda, que los británicos se opondrán a la reunificación cuando se den cuenta de lo que implica.
De todas maneras, las opiniones están cambiando rápidamente y hasta podrían pensarse en la posibilidad de superar la resistencia de miembros de la Unión como Francia.
