Así lo vaticina Arthur Chiao Yu-cheng, un importante industrial taiwanés. La inflación, que ya crece en Europa, es un gran riesgo por el efecto depresivo que puede tener en el poder de compra de los consumidores. Menciona como ejemplo que el aumento de los precios de los combustibles va a afectar la capacidad de compra de la gente.
Estos comentarios se producen en un momento en que la industria de los semiconductores se encuentra en el medio de un súper ciclo, un periodo de expansión prolongada impulsado por la fuerte demanda. Al mismo tiempo, las disrupciones provocadas por la pandemia generaron alzas en el costo de casi todo, desde logística hasta pandemia. Y la guerra en Ucrania vino a sumar presiones inflacionarias.
El impacto de esa guerra sobre la industria de semiconductores fue puesto también en evidencia la semana pasada cuando el gobierno de Corea del sur eliminó los aranceles de importación a tres gases que son clave para la producción de chips y proteger la oferta. A pesar del optimismo de los industriales en semiconductores que se consideran en buena situación como para aguantar cualquier disrupción el impacto de largo plazo que tendrá la guerra sobre el sector sigue incierto.
Surcorea es un centro de producción de semiconductores y allí se encuentra el segundo productor mundial de semiconductores, Samsung, y también grandes proveedores de chips de memoria, como SK Hynix. Desde el próximo mes, el país eliminará la carga actual de 5,5% que aplica al neón, xenón y kriptón, tres gases usados para la producción de chips de última generación. El país depende de la importación de esos gases de Rusia y Ucrania pero el conflicto y las sanciones a Rusia que lo acompañan han cortado la oferta.
En otras partes los fabricantes de chips han puesto en práctica planes de contingencia para aguantar la escasez de oferta y las consecuencias geopolíticas de un conflicto que ha encontrado en la industria un arma para sancionar a Rusia por sus acciones.
