domingo, 22 de diciembre de 2024

La guerra de Israel versus la de Ucrania

spot_img

El conflicto en Medio Oriente es buena noticia para Vladimir Putin y mala para Ucrania. En la década del 90 el espíritu del momento favorecía a los pacificadores, a los demócratas y a los internacionalistas.

Hoy, son los nacionalistas, los belicistas y los conspiradores los que tienen el viento de su lado, opina Gideon Rachman en el Financial Times.

Hay cada vez más peligro de que Rusia tome la iniciativa en su guerra en Ucrania en el próximo año. En Medio Oriente, el optimismo que reinaba ante el inminente acuerdo de paz entre Israel y los estados árabes fue destruido por los ataques de Hamas y la invasión israelita a Gaza. Hoy es más probable una guerra  más amplia en Medio Oriente que un proceso de paz.

En Estados Unidos, Donald Trump es el favorito para ganar la presidencia en 2024. Todo esto junto contribuye a crear en el mundo un clima oscuro.

La guerra de Gaza obligó a Estados Unidos a desviar  tiempo y recursos de Ucrania. En algunos casos, hay competencia por municiones. Ucrania está ahora compitiendo con Israel por equipamiento de guerra y sistemas de defensa aérea. El país sigue dependiendo de Occidente para armamento y apoyo financiero que le permita hacer frente a la maquinaria de guerra rusa.

Vladimir Putin, ahora que Donald Trump tiene posibilidades de volver a la presidencia de Estados Unidos y muy probablemente abandone a Ucrania a su suerte, tiene renovados motivos para seguir con su guerra.

En este clima, China podría olfatear una oportunidad para intentar desplazar a Estados Unidos como la potencia dominante en el Pacífico, y tal vez en el mundo. La primera ambición de Xi Jinping es Taiwán. En un esfuerzo por detener a China, Joe Biden ha prometido varias veces defender a Taiwán. Pero ahora que Estados Unidos está distraído y dividido, Xi Jinping podría ver una oportunidad para aumentar la presión sobre la isla el año próximo.  Eso sumaría una crisis de seguridad en el sudeste asiático a la que ya existe en Medio Oriente.

Las tendencias en el mundo no son alentadoras, concluye Rachman.

Compartir:

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

Noticias

CONTENIDO RELACIONADO