Los países más pobres del mundo, que albergan una gran parte de la población más pobre del planeta, se exponen a una década perdida.
Una década así, escribe Martin Wolf del FT, sería una catástrofe humana y un enorme fracaso moral. Afectaría en especial al futuro de los europeos, tan próximos a algunos de los países más afectados. Según él hay que comenzar por atajar la crisis de la deuda que se avecina.
Países como Sri Lanka, Ghana y Zambia ya están en suspensión de pagos. Seguirán muchos más. El problema es que, debido principalmente a la falta de buenas alternativas, los países de ingresos bajos y medios han contraído demasiada y mala deuda.