Por José Lezama (*)
Sin embargo, la configuración de un nuevo orden mundial es un tema complejo y controvertido, y su viabilidad depende de una variedad de factores y circunstancias.
Henry Kissinger, exsecretario de Estado de Estados Unidos y destacado experto en relaciones internacionales, ha abordado el concepto de “orden mundial” a lo largo de su obra y discursos. Según Kissinger, el orden mundial se refiere al sistema de relaciones y estructuras políticas, económicas y de seguridad que rigen las interacciones entre los Estados en el ámbito internacional. Sostiene que el orden mundial está basado en el equilibrio de poder entre las naciones más poderosas y en la preservación de la estabilidad y la paz. En su enfoque, el orden mundial es un conjunto de normas, acuerdos y mecanismos institucionales que buscan regular los conflictos, fomentar la cooperación y mantener la estabilidad global.
Se ha destacado la importancia de las grandes potencias en la configuración del orden mundial, especialmente aquellas que tienen una capacidad militar y económica significativa. En la visión de Kissinger las relaciones entre estas potencias deben basarse en una combinación de competencia y cooperación, con el objetivo de evitar conflictos destructivos y establecer un equilibrio de poder estable.
El impacto de China en el esquema de orden mundial del presente
China ha experimentado un avance económico notable en las últimas tres décadas. Desde principios de la década de 1980, el país ha implementado reformas económicas que han transformado su sistema económico, pasando de una economía planificada centralmente a una economía socialista de mercado con características capitalistas:
En las últimas tres décadas, China ha implementado una serie de medidas económicas clave que han impulsado su crecimiento y transformación, entre las que podemos mencionar:
• Reforma del sistema de propiedad: China introdujo reformas para permitir la propiedad privada y la creación de empresas privadas. Esto condujo a la descentralización económica y a la apertura de sectores previamente controlados por el Estado, lo que fomentó la inversión y la competencia.
• Zonas económicas especiales y áreas de desarrollo: China estableció zonas económicas especiales, como Shenzhen, Zhuhai, Shantou y Xiamen, en las que se aplicaron políticas más liberales para atraer la inversión extranjera y promover la exportación.
• Liberalización del comercio exterior: China adoptó una política de apertura al comercio internacional y se unió a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001. Esto facilitó el acceso de China a los mercados internacionales y promovió un aumento significativo en las exportaciones.
• Inversión extranjera directa (IED): China ha facilitado la inversión extranjera a través de la creación de zonas de libre comercio y la eliminación de restricciones para la entrada de capital extranjero. Esto ha atraído una gran cantidad de inversión extranjera en sectores como la manufactura, la tecnología y los servicios.
• Desregulación y reducción de barreras burocráticas: Se llevaron a cabo esfuerzos para reducir la burocracia y simplificar los procesos administrativos y regulatorios. Esto facilitó el establecimiento y el funcionamiento de empresas, tanto nacionales como extranjeras.
• Infraestructura y desarrollo regional: China ha invertido masivamente en la construcción de infraestructura, incluyendo carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos. Estas inversiones han mejorado la conectividad y el acceso a los mercados, así como el desarrollo económico en diferentes regiones del país.
• Innovación y desarrollo tecnológico: China ha puesto un fuerte énfasis en la inversión en investigación y desarrollo, fomentando la innovación y el desarrollo de tecnologías avanzadas. Ha implementado políticas para promover industrias emergentes como la inteligencia artificial, la tecnología de la información y las comunicaciones, la biotecnología y las energías renovables.
Producto de estas medidas, el proceso de apertura y reforma de China ha llevado a un rápido crecimiento económico. Durante este período, el país ha experimentado tasas de crecimiento del PIB anual promedio de alrededor del 10%. Esto ha llevado a un aumento significativo del nivel de vida de la población china en general y la han convertido en la segunda economía más grande del mundo en términos de PIB, después de los Estados Unidos.
Ha logrado una transformación industrial masiva y se ha convertido en el principal exportador mundial de bienes manufacturados. Además, ha desarrollado sectores tecnológicos y de innovación cada vez más fuertes. Ha invertido en investigación y desarrollo, y ha surgido como un líder en áreas como la tecnología de la información, las telecomunicaciones, la inteligencia artificial y las energías renovables.
Estados Unidos y China – competencia económica
Ambos países son las dos economías más grandes del mundo y tienen un impacto significativo en la economía global. La competencia económica entre China y Estados Unidos se caracteriza por ser intensa y compleja. Algunas características clave de esta competencia pueden caracterizarse de la siguiente manera:
• Tamaño de las economías: Tanto China como Estados Unidos son enormes en términos de tamaño económico. Estados Unidos tiene una economía altamente desarrollada y una base industrial sólida, mientras que China ha experimentado un rápido crecimiento y se ha convertido en una fuerza económica global.
• Complementariedad y rivalidad: China y Estados Unidos son a la vez competidores y socios económicos. Ambos países tienen interdependencia económica, ya que participan en un extenso comercio bilateral y mantienen inversiones mutuas. Sin embargo, también hay rivalidad en sectores clave, como tecnología, comercio y propiedad intelectual.
• Sectores económicos: Estados Unidos ha sido líder en tecnología, innovación y servicios, mientras que China ha tenido un enfoque más fuerte en la manufactura y la exportación. Sin embargo, en los últimos años, China ha invertido considerablemente en tecnología y ha buscado ser líder en áreas como inteligencia artificial, 5G y tecnología digital.
• Disputas comerciales y tensiones: La competencia económica entre China y Estados Unidos ha dado lugar a tensiones comerciales y disputas, particularmente en relación con el acceso al mercado, las prácticas comerciales desleales, los derechos de propiedad intelectual y los subsidios estatales.
• Innovación y propiedad intelectual: Estados Unidos ha sido tradicionalmente líder en innovación y protección de la propiedad intelectual. Sin embargo, China ha aumentado sus esfuerzos en investigación y desarrollo, y ha buscado mejorar la protección de la propiedad intelectual. Aún así, las preocupaciones persisten en este ámbito.
• Influencia global: Tanto China como Estados Unidos buscan ejercer influencia económica a nivel global. China ha establecido iniciativas como la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda, mientras que Estados Unidos ha mantenido alianzas económicas y políticas con otros países.
Definitivamente, es importante destacar que la competencia económica entre China y Estados Unidos no es solo un asunto bilateral, sino que tiene implicaciones globales. Las decisiones económicas y políticas de ambos países afectan significativamente a la economía mundial, el comercio internacional y las cadenas de suministro globales. En los últimos años, Estados Unidos y China han enfrentado diversas disputas en varios ámbitos. Algunas de las principales áreas de conflicto entre ambos países incluyen:
• Comercio y aranceles: Estados Unidos y China se han involucrado en una guerra comercial desde 2018, con imposición mutua de aranceles sobre bienes y productos. Ambos países han buscado proteger sus industrias y abordar desequilibrios comerciales, lo que ha generado tensiones y afectado el comercio bilateral.
• Propiedad intelectual y transferencia de tecnología: Estados Unidos ha acusado a China de prácticas comerciales desleales, como el robo de propiedad intelectual y la obligación de transferir tecnología a cambio de acceso al mercado chino. Esto ha llevado a disputas y medidas de control más estrictas en términos de inversión y tecnología.
• Tecnología y seguridad: La competencia en el ámbito tecnológico, especialmente en áreas como la inteligencia artificial, las telecomunicaciones y la ciberseguridad, ha sido una fuente de conflicto. La prohibición de Estados Unidos a empresas chinas como Huawei y las preocupaciones sobre la seguridad de las redes 5G han generado tensiones significativas.
• Derechos humanos y libertades políticas: Estados Unidos ha expresado preocupación por el historial de derechos humanos en China, especialmente en relación con la represión en Xinjiang y Hong Kong. Estas preocupaciones han llevado a tensiones y medidas como sanciones y restricciones comerciales específicas.
• Mar del Sur de China y disputas territoriales: Estados Unidos ha expresado preocupación por las acciones de China en el Mar del Sur de China, donde ha habido disputas territoriales con países vecinos. Estados Unidos ha realizado operaciones navales para respaldar la libertad de navegación y ha expresado su apoyo a las reclamaciones de otros países en la región.
Estas son solo algunas de las principales disputas entre Estados Unidos y China en los últimos años y es importante destacar que las relaciones entre ambos países son complejas y están sujetas a múltiples factores políticos, económicos y estratégicos, que dan lugar a nuevas tensiones o áreas de conflicto en el futuro.
El impacto a nivel mundial
Estas disputas entre las principales potencias mundiales han tenido un impacto significativo en el resto del mundo, tanto a nivel económico como geopolítico. La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha generado incertidumbre y volatilidad en los mercados internacionales. Las medidas arancelarias y las tensiones comerciales han afectado a las cadenas de suministro globales y han ralentizado el crecimiento económico en diversas regiones. Además, la imposición de aranceles ha llevado a represalias comerciales de otros países, lo que ha ampliado el impacto más allá de la relación bilateral. Las tensiones entre Estados y China han afectado las inversiones y la transferencia de tecnología en todo el mundo. Muchas empresas han tenido que revisar sus estrategias y considerar el impacto de las disputas en sus operaciones y asociaciones comerciales. Además, las restricciones impuestas por Estados Unidos en relación con ciertas empresas chinas han tenido un impacto en la industria tecnológica global. Las tensiones entre Estados Unidos y China han afectado el funcionamiento del sistema multilateral, incluidas instituciones como la Organización Mundial del Comercio (OMC). El bloqueo de nombramientos de jueces en el órgano de apelación de la OMC ha debilitado su capacidad para resolver disputas comerciales, y ha surgido un debate sobre la necesidad de reformar y fortalecer el sistema multilateral. Las disputas entre ambas potencias han llevado a un reajuste geopolítico y a un aumento de la competencia estratégica en varias regiones. Estados Unidos ha buscado fortalecer alianzas y coaliciones para contrarrestar la influencia de China, mientras que China ha buscado consolidar relaciones con otros países y promover su propia visión del orden mundial. Las preocupaciones sobre la seguridad y la competencia en el ámbito tecnológico han llevado a una mayor atención y regulación en todo el mundo. Varios países han implementado medidas para proteger sus redes de telecomunicaciones y controlar la inversión extranjera en sectores considerados estratégicos.
(*) Economista, Director del Centro de Producción Documental