En junio de 2018, el déficit primario del Sector Público Nacional no Financiero (SPNF) totalizó $ 56.700 millones, reduciéndose 1% respecto de igual mes del año pasado. De esta forma, se alcanzó el tercer mes consecutivo en donde el rojo se contrajo en relación a igual período de 2017 (en el primer trimestre del año pasado todavía había ingresos por blanqueo de capitales que sesgaban la comparación).
En el acumulado al primer semestre del año, el déficit primario del SPNF rondó $ 106.000 millones, lo que marca una mejora en relación al rojo de $ 144.300 millones de la primera mitad del 2017 (-27% i.a.). La mejora es más visible como porcentaje del PBI: el rojo primario se redujo en 0,6 p.p. del Producto, al pasar de -1,4% del PBI en el primer semestre del año pasado a -0,8% del PBI en igual período de 2018, según explica el último informe de la consultora Ecolatina.
La reducción del déficit primario respondió a un mayor ritmo de incremento de los ingresos sobre los gastos: mientras que los primeros treparon 26% i.a., las erogaciones avanzaron sólo 19% i.a. Esta dinámica positiva se atenuaría en los próximos meses producto del enfriamiento del nivel de la actividad.
Uno de los apartados que más contribuyó a la mejora de las cuentas públicas fue el gasto de capital, que cayó 20% i.a. en pesos corrientes en el primer semestre de este año. Producto de esta dinámica, su participación en el Producto se redujo casi a la mitad, al pasar de 1,0% a 0,6% del PBI entre la primera parte del año pasado e igual período de 2018. Vale resaltar que dichas cifras se ven afectadas porque a partir de enero de 2018 las cuentas públicas dejaron de contabilizar (como ingresos y egresos) al Fondo Federal Solidario de la Soja. Si se neteara este cambio, la caída nominal de las erogaciones de capital sería menor (-10,5% i.a.).
Por su parte, los subsidios económicos, que venían mostrando una caída nominal durante el primer cuatrimestre del año (-19% i.a.), se revitalizaron en el bimestre mayo-junio (+48% i.a. nominal) impulsados por el salto del tipo de cambio.
Esta dinámica era esperable ya que la estructura de costos de las prestadoras de Servicios Públicos se encuentra significativamente dolarizada. Asimismo, producto de una probable moderación de la suba de tarifas a fin de año (en pos de evitar nuevas tensiones en el frente inflacionario/social), estimamos que la partida subsidios económicos permanecerá en terreno positivo los próximos meses.
Por último, en lo que a la evolución del gasto primario respecta, sobresale el incremento de las prestaciones sociales: el gasto en jubilaciones y pensiones escaló casi 30% i.a. en la primera mitad del año, siendo la única “línea” que no se contrajo en términos reales. Como resultado, su incidencia en las erogaciones primarias trepó del 55% en enero-junio de 2017 a 60% en 2018. Más allá de todos estos avances, su participación en el Producto se mantuvo estable (en torno 5,7% del PBI).
Dado que esta partida ajusta de manera automática (se encuentra atada principalmente a la inflación pasada), estimamos que será la única que no ajustará en términos reales. Más aún, si en 2019 la suba de precios se desacelera tal como augura el oficialismo, crecería por encima de la suba de precios, convirtiéndose en el talón de Aquiles del cumplimiento de los objetivos fiscales pautados con el FMI.
El déficit financiero (que incluye el pago de intereses) se mantuvo prácticamente inalterado entre la primera mitad del 2017 e igual período de este año, al pasar de $ 255.600 millones en 2017 a $ 251.200 millones en 2018 (-2% i.a.). Producto del esquema de endeudamiento encarado por el Poder Ejecutivo, el pago de intereses en el primer semestre de 2018 escaló 31% i.a., rozando $ 145.500 millones. Como resultado, su participación en el Producto se mantuvo estable, en la zona de 1,1% del PBI, y alcanzó 13,3% de los ingresos tributarios (1 p.p. más que en la primera parte de 2017).
Conforme a las estimaciones de Ecolatina, el pago de intereses representaría el 2,5% del PBI al cierre del año, de modo que aguardamos que su dinámica de crecimiento se acelere en la segunda parte del 2018. Cabe destacar que el salto cambiario todavía no impactó plenamente en esta cuenta, ya que el incremento del primer cuatrimestre (+57% i.a.) se desaceleró significativamente en el bimestre mayo-junio (+0,2% i.a.).
Para concluir, vale remarcar el establecimiento de nuevas metas trimestrales acumuladas para 2018, medidas como porcentaje del Producto: -0,6% el primer trimestre, -1,1% en el segundo, -1,9% para el tercero y -2,7% para el cuarto. Cerrada la primera mitad del año, el objetivo se viene sobrecumpliendo (-0,3 p.p. del PBI) por lo que la meta anual parece bien encaminada.
Cabe destacar que para evaluar la pauta fiscal, el FMI adoptará otro criterio que el utilizado por el Palacio de Hacienda: considerará los desembolsos del Programa de Inversiones Prioritarias, PIP correspondientes a organismos multilaterales de crédito (Banco Mundial, Corporación Andina de Fomento, etc.) como parte de gasto primario. Por lo tanto, según la metodología del Fondo, el déficit primario asciende a $ 122.600 millones (-15% i.a.) lo que equivale a -0,9% del PBI. En consecuencia, el objetivo acordado en el préstamo stand by también luce cumplible.