Los oficiales de aduana aumentaron las inspecciones de alimentos congelados en los puertos, lo que provocó demoras de hasta dos semanas y retrasos en la distribución a las ciudades.
Las medidas se tomaron luego de conocerse que se produjeron brotes del virus en los mataderos de varios países. Eso generó en las autoridades chinas la preocupación de que los alimentos importados pudieran acarrear la enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud y varios gobiernos insisten en que no hay evidencia de que el coronavirus se transmita por la comida o sus envases, pero los funcionarios de aduana chinos de varias ciudades afirman que existe una buena posibilidad de que el virus permanezca vivo en contenedores congeladores. Les preocupa la transmisión del virus en el proceso de producción y, como dijo uno de ellos, “exagerar la reacción a no hacer nada”.
Ante esa noticia, Argentina decidió espontáneamente discontinuar sus envíos de carne hasta que llegue al país una delegación china a realizar sus investigaciones.