Después de una década de populismo salvaje, Argentina presenta oportunidades y riesgos, decía ayer de nuestro país el Financial times. Tiene un sistema financiero de escasas dimensiones para su economía de escala . Los activos bancarios (35% del PBI) son demasiado pequeños comparados con los de Brasil o Chile (alrededor de 130%) o incluso con los de Colombia o Perú ( 66% y 70% respectivamente).
El volumen de la bolsa de valores de buenos Aires es minúsculo. Según la Federación Mundial de bolsa de Valores, el mes pasado tuvo 136.000 transacciones , ni siquiera llega a 1% de los 22,2 millones de acciones que comercializan a diario en Bovespa de Brasil y menos de la mitad del volumen en Chile, que tiene una economía más pequeña y un sector empresarial más pequeño.
Si el país logra equilibrar su economía, las oportunidades son obvias, dice el periódico. Los mercados se van a profundizar, los sistemas financieros se van a expandir y los que invirtieron temprano se van a beneficiar.
Los riesgos son igualmente evidentes. Con un volumen tan pequeño y con tan poca liquidez no habrá forma de salir si algo sale mal. Los riesgos son casi todos de orden político. Si Argentina puede persuadir al pueblo a mantenerse en un camino que por ahora significa inflación de dos dígitos y recesión, entonces la ampliación de los mercados es casi inevitable. El tema de si el pueblo va a dejar que eso ocurra es un riesgo político , el tipo de riesgo que a los inversores no les gusta correr.
Por ahora, dice el diario, la situación parece ideal para que se beneficien las instituciones de largo plazo mediante el capital privado . Quienes tengan una perspectiva de más corto plazo tienen la posibilidad de alto retorno, pero el riesgo es grande.