WorldCom, hoy MCI, saldría de concurso este año

El ex grupo de telecomunicaciones WorldCom (nuevamente bautizado MCI), ha sido autorizado por el juez para salir de una convocatoria que pasa los quince meses. Iniciada con una bancarrota por US$ 103.800 millones.

5 noviembre, 2003

En julio de 2002, uno de los peores fraudes contables conocido provocó el mayor colapso financiero en la historia estadounidense. La ex WorldCom –símbolo de una época- apeló al título XI de la ley federas para quiebras y concursos.

Durante la convocatoria, Mobile Communications International (MCI, homónima de la empresa de donde provenía WorldCom) reorganizó completamente la junta directiva y los equipos ejecutivos. Curiosamente, el nuevo CEO –Michael Capellas, ex Compaq- no cumplió la promesa de separar presidencia y dirección ejecutiva.

Mientras tanto, MCI soportaba una campaña de varios competidores para subdividirla o liquidarla y trataba de retenes los mejores clientes. En el proceso, mandó a pérdidas deudas por US$ 36.000 millones y, al resto de los acreedores, las pagó con una quita de 64%. Detalle que muchos columnistas “financieramente correctos” de Latinoamérica pasaron por alto.

No así los accionistas cuyas tenencias quedaron totalmente licuadas. Tampoco los competidores, a cuyo juicio se le tolera a MCI dejar de lado su prontuario y competir casi sin deudas en una plaza todavía afectada por el violento desinfle la burbuja 1998/2000.

Este clima se pone más denso, si se recuerda que los procesos penales contra los ex directivos de WorldCom muestran una sospechosa parsimonia. Apenas algunos contadores y el ex director financiero, Scott Sullivan, han reconocido culpas. Bernard Ebbers, máximo titiritero, continúa sin ser molestado, tal vez por sus sólidos vínculos con la Casa Blanca.

Sin duda, MCI reemergerá en un sector plagado de capacidad ociosa, precios en baja y renuencia de los usuarios institucionales a gastar más. La semana pasada, AT&T, principal enemigo de MCI, advirtió que esos problemas persistirán. Por su lado, Capellas trató de disipar temores sobre una guerra de tarifas.

“No pensamos entrar en ninguna pelea, pero –señaló- defenderemos nuestra porción de mercado y competiremos”, No obstante, se sabe que algunos conglomerados están al acecho, en espera de forzar una consolidación de activos.

En lo formal, MCI debe presentar a la justicia todos los estados financieros de los últimos tres ejercicios, reauditados por KPMG. Estos documento mostrarán que la ex WorlCom había inflado ingresos y ganancias por casi US$ 11.000 millones. La compañía esperar tener todo listo a fin de año y volver a cotizar en Wall Street a principios de 2004.

En julio de 2002, uno de los peores fraudes contables conocido provocó el mayor colapso financiero en la historia estadounidense. La ex WorldCom –símbolo de una época- apeló al título XI de la ley federas para quiebras y concursos.

Durante la convocatoria, Mobile Communications International (MCI, homónima de la empresa de donde provenía WorldCom) reorganizó completamente la junta directiva y los equipos ejecutivos. Curiosamente, el nuevo CEO –Michael Capellas, ex Compaq- no cumplió la promesa de separar presidencia y dirección ejecutiva.

Mientras tanto, MCI soportaba una campaña de varios competidores para subdividirla o liquidarla y trataba de retenes los mejores clientes. En el proceso, mandó a pérdidas deudas por US$ 36.000 millones y, al resto de los acreedores, las pagó con una quita de 64%. Detalle que muchos columnistas “financieramente correctos” de Latinoamérica pasaron por alto.

No así los accionistas cuyas tenencias quedaron totalmente licuadas. Tampoco los competidores, a cuyo juicio se le tolera a MCI dejar de lado su prontuario y competir casi sin deudas en una plaza todavía afectada por el violento desinfle la burbuja 1998/2000.

Este clima se pone más denso, si se recuerda que los procesos penales contra los ex directivos de WorldCom muestran una sospechosa parsimonia. Apenas algunos contadores y el ex director financiero, Scott Sullivan, han reconocido culpas. Bernard Ebbers, máximo titiritero, continúa sin ser molestado, tal vez por sus sólidos vínculos con la Casa Blanca.

Sin duda, MCI reemergerá en un sector plagado de capacidad ociosa, precios en baja y renuencia de los usuarios institucionales a gastar más. La semana pasada, AT&T, principal enemigo de MCI, advirtió que esos problemas persistirán. Por su lado, Capellas trató de disipar temores sobre una guerra de tarifas.

“No pensamos entrar en ninguna pelea, pero –señaló- defenderemos nuestra porción de mercado y competiremos”, No obstante, se sabe que algunos conglomerados están al acecho, en espera de forzar una consolidación de activos.

En lo formal, MCI debe presentar a la justicia todos los estados financieros de los últimos tres ejercicios, reauditados por KPMG. Estos documento mostrarán que la ex WorlCom había inflado ingresos y ganancias por casi US$ 11.000 millones. La compañía esperar tener todo listo a fin de año y volver a cotizar en Wall Street a principios de 2004.

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