Siguen las sospechas sobre Lapa

A dos años de la tragedia, la Justicia analiza si se registraron adulteraciones en las “cajas negras”. El juez Bonadío podría profundizar las pericias sobre los denominados "puntos oscuros" en la investigación.

3 septiembre, 2001

(NA). – A dos años de la tragedia que cobró la vida de 67 personas en el aeroparque metropolitano, la Cámara Federal porteña analiza las pruebas contenidas en la investigación penal sobre la tragedia de Lapa, y el juez federal Claudio Bonadío podría autorizar la profundización de las pericias para determinar si el “registro de voces” de la caja negra fue
adulterado, según trascendió el viernes de fuentes judiciales.

Los camaristas Horacio Cattani, Eduardo Luraschi y Martín Irurzun, en estos momentos con su atención puesta en la causa sobre la venta ilegal de armas, deberán decidir si rechazan o confirman el procesamiento de siete directivos y funcionarios de Lapa y de Fuerza Aérea.

La causa es compleja, según admitieron las fuentes consultadas, lo que justificó que se destinara a un reducido grupo de funcionarios judiciales a revisar los más de 100 expedientes que llevó adelante el entonces juez federal Gustavo Literas.

Las mismas fuentes confirmaron que los jueces podrían revisar lo que se denominan “puntos oscuros” en la investigación sobre el siniestro que causó la muerte de 67 personas.

Entre ellos se encuentran las presuntas anomalías respecto de la “manipulación” o “sustitución” de las “cajas negras”.

En los expedientes surge, a través de actas, que las “cajas negras” estuvieron lejos de la justicia entre el 31 de agosto y el 3 de septiembre de 1999.

A pesar de que la noche del accidente se difundió con fotos y filmaciones el hallazgo de las cajas negras, en la causa sólo hay un acta sobre el encuentro del Voice Recorder del 1 de septiembre a las 12:50 por Prefectura, que la entregó a la Junta de Accidentes de Fuerza Aérea.

El “voice recorder” que graba las conversaciones a bordo fue encontrada por los oficiales de Prefectura Jorge Aníbal González y Mario Zalazar.

También está registrado que el 3 de septiembre de 1999 Literas, entonces juez de la causa, preguntó a través de un memorandum al Comando de Regiones Aéreas sobre el paradero de las cajas.

Ambos registradores viajaron a Estados Unidos entre el 4 y el 5 de septiembre para ser abiertos y decodificados por el organismo especializado, la National Trasportation Safety Board (NTSB).

De manera aún inexplicable, el diálogo de cabina trascendió antes de que las cajas llegaran a Estados Unidos para su apertura.

Ahora los peritos de Gendarmería Nacional y de Fuerza Aérea sospechan que en la “cinta” de grabación hay “un corte”, y de este modo abrieron la posibilidad de que se investigue si no fue manipulada para mostrar un diálogo que culpara al comandante de la aeronave Gustavo Weigel.

En los próximos días, Bonadío, quien sucedió a Literas frente a la causa, deberá tomar una decisión respecto del pedido de los peritos que le pidieron que requiera información a la empresa que fabrica el tipo de cajas negras que utilizó el Boeing 737-200 de Lapa cuando se estrelló antes de despegar en la costanera norte porteña.

También quieren despejar algunas dudas a través de un oficio con los técnicos de la NTSB, donde supuestamente se “abrió” el voice recorder.

Antes de hacerse cargo de los expedientes principales, Bonadío ya estaba a cargo de una causa conexa, la iniciada para investigar la aparición de la billetera de Weigel a dos meses del accidente, y en la que no se avanzó demasiado.

La chamuscada billetera que llevaba el comandante al momento del accidente, apareció –otro hecho inexplicable– en la puerta de la I Brigada Aérea de El Palomar el 31 de octubre de 1999.

(NA). – A dos años de la tragedia que cobró la vida de 67 personas en el aeroparque metropolitano, la Cámara Federal porteña analiza las pruebas contenidas en la investigación penal sobre la tragedia de Lapa, y el juez federal Claudio Bonadío podría autorizar la profundización de las pericias para determinar si el “registro de voces” de la caja negra fue
adulterado, según trascendió el viernes de fuentes judiciales.

Los camaristas Horacio Cattani, Eduardo Luraschi y Martín Irurzun, en estos momentos con su atención puesta en la causa sobre la venta ilegal de armas, deberán decidir si rechazan o confirman el procesamiento de siete directivos y funcionarios de Lapa y de Fuerza Aérea.

La causa es compleja, según admitieron las fuentes consultadas, lo que justificó que se destinara a un reducido grupo de funcionarios judiciales a revisar los más de 100 expedientes que llevó adelante el entonces juez federal Gustavo Literas.

Las mismas fuentes confirmaron que los jueces podrían revisar lo que se denominan “puntos oscuros” en la investigación sobre el siniestro que causó la muerte de 67 personas.

Entre ellos se encuentran las presuntas anomalías respecto de la “manipulación” o “sustitución” de las “cajas negras”.

En los expedientes surge, a través de actas, que las “cajas negras” estuvieron lejos de la justicia entre el 31 de agosto y el 3 de septiembre de 1999.

A pesar de que la noche del accidente se difundió con fotos y filmaciones el hallazgo de las cajas negras, en la causa sólo hay un acta sobre el encuentro del Voice Recorder del 1 de septiembre a las 12:50 por Prefectura, que la entregó a la Junta de Accidentes de Fuerza Aérea.

El “voice recorder” que graba las conversaciones a bordo fue encontrada por los oficiales de Prefectura Jorge Aníbal González y Mario Zalazar.

También está registrado que el 3 de septiembre de 1999 Literas, entonces juez de la causa, preguntó a través de un memorandum al Comando de Regiones Aéreas sobre el paradero de las cajas.

Ambos registradores viajaron a Estados Unidos entre el 4 y el 5 de septiembre para ser abiertos y decodificados por el organismo especializado, la National Trasportation Safety Board (NTSB).

De manera aún inexplicable, el diálogo de cabina trascendió antes de que las cajas llegaran a Estados Unidos para su apertura.

Ahora los peritos de Gendarmería Nacional y de Fuerza Aérea sospechan que en la “cinta” de grabación hay “un corte”, y de este modo abrieron la posibilidad de que se investigue si no fue manipulada para mostrar un diálogo que culpara al comandante de la aeronave Gustavo Weigel.

En los próximos días, Bonadío, quien sucedió a Literas frente a la causa, deberá tomar una decisión respecto del pedido de los peritos que le pidieron que requiera información a la empresa que fabrica el tipo de cajas negras que utilizó el Boeing 737-200 de Lapa cuando se estrelló antes de despegar en la costanera norte porteña.

También quieren despejar algunas dudas a través de un oficio con los técnicos de la NTSB, donde supuestamente se “abrió” el voice recorder.

Antes de hacerse cargo de los expedientes principales, Bonadío ya estaba a cargo de una causa conexa, la iniciada para investigar la aparición de la billetera de Weigel a dos meses del accidente, y en la que no se avanzó demasiado.

La chamuscada billetera que llevaba el comandante al momento del accidente, apareció –otro hecho inexplicable– en la puerta de la I Brigada Aérea de El Palomar el 31 de octubre de 1999.

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