¿Qué hace a un país productivo? ¿sólo la tecnología informática?

En 2000/2, el desinfle bursátil y la recesión mostraron que la revolución informática no iniciaría una expansión continua no inflacionaria. Hoy, libros como “Dow en 36.000” juntan polvo. Pero algunos creen que habrá otra “nueva economía”.

28 diciembre, 2005

A fines de los sños 90, el aumento de la productivdad laboral –rendimiento por hora trabajada- se aceleraba. Entre 1996 y 1999, crecía a razón de 2,5% anual, contra apenas 1,4% desde 1972 hasta 1995. Muchos analistas lo creían un derivado de la “nueva economía”, dada la influencia de sectores ligados a la tecnología informática (TI). Compañías como Dell, Intel, Microsoft o IBM y sus clientes gastaban mucho en PC, sofware y componentes.

“Casi la mitad del crecimiento, en 1995-2000, se cifraba en TI”, señala Dale Jorgenson (Harvard). Así, cuando se pincharon la burbuja puntocom y las inversiones tecnológicas, muchos temieron que se licuarían los avances en productividad. En cambio, ésta viene aumentando desde 2000 y a mayor ritmo que en los últimos años 90. Este mismo mes, la oficina federal de estadística laboral informó que, en el tercer trimestre de 2005, la productividad se había incrementado 3,1% sobre igual lapso del año anterior.

Otro estudio, en este caso del McKinsey Global Institute, revela que el crecimiento de productividad, tras el crash de 2000/1, proviene de sectores ajenos a la TI. “Por supuesto, ese área y su veloz ritmo de cambio siguen contribuyendo a la pruductividad”, indica Martin Baily, coautor del trabajo, “pero ahora el resto de la economía aporta cada vez más”.

Según advirtió la entidad, a fines de los 90 seis entre 59 sectores monopolizaban virtualmente todo el crecimiento. Los predominantes eran telecomunicaciones, computadoras y microprocesadores. Pero, de 2000 a 2003, los siete sectores más relevantes representaban sólo 75% del incremento productivo. Cinco eran servicios, inclusive banca y comercio, tanto minorista como mayorista.

Por cierto, los servicios se han tornado más productivos en años recientes porque han continuado invirtiendo en TI. No obstante, hay otros factores en acción. “Sin un trasfondo proeclive a la innovación, no veríamos este tipo de avances”, opina Baily. Para competir con Wal-Mart, verbigracia, los otros minoristas se han empeñado en ganar escala, gestionar más eficazmente las cadenas de abastecimiento y afinar la logística, a fin de negociar en mejores condiciones con los proveedores.

Similar dinámic ha impulsado al sector bursátil, donde se ha registrado una enorme incremento productivo con menos personal. La competencia y los cambios estructurales explican esos avances. Así, comisiones y brechas operativas han ido reduciéndose, aunque en este caso tuvieron papel decisivo las reformas promulgadas por la Security & exchange commission (SEC, comisión federal de valores). Los volúmenes negociados crecieron, merced a la proliferaciones de inversores. De modo que, cuando ese mercado se enfrió tras la burbuja puntocom, los grandes intermediarios empezaron a recortar costos, disminuir personal y eliminar operaciones irrentables. Eso promovió mayor productividad.

Hoy día, la mejor noticia –suponen algunos expertos- es que ya no hacen faltas innovaciones especutaculares en TI para fomentar productividad. “Ni siquiera el área investigación y desarrollo genrarán los mayores aportes a la productividad”, afirma Jorgenson. “Las causas reales serán la competencia, la derregulación la apertura de mercados o sectores y la globalización”. Por supuesto, estos factores sólo se combinan apropiadamente en Estados Unidos y otras economías centrales.

Como apunta el “Financial Times”, a medida como “retorna el evangelio de la productividad, más empresas siguen tratando de hacer más con menos personal. Para ciertos economistas eso es buieno. Pero tiene un inconveniente: en los tres años, la demanda laboral ha sido muy inferior a la habitual en lapsos posrecesivos. Ocurre que la mayor productividad permite crecer sin añadir ni recrear empleo”.

¿Cuál ha sido el costo de tanta productividad en tiempos recientes? “La pérdida de puestos industriales desde 2001 ha sido muy considerable y no ha sido compensada”, indica Baily. “Las automotrices norteamericanas han eliminado miles de empleos por presiones del mercado, caída de demanda y errores de management. Por ende, es muy factible que General Motors y Ford sigan contrayéndose, aun si la productivad en general pierde impulso”.

A fines de los sños 90, el aumento de la productivdad laboral –rendimiento por hora trabajada- se aceleraba. Entre 1996 y 1999, crecía a razón de 2,5% anual, contra apenas 1,4% desde 1972 hasta 1995. Muchos analistas lo creían un derivado de la “nueva economía”, dada la influencia de sectores ligados a la tecnología informática (TI). Compañías como Dell, Intel, Microsoft o IBM y sus clientes gastaban mucho en PC, sofware y componentes.

“Casi la mitad del crecimiento, en 1995-2000, se cifraba en TI”, señala Dale Jorgenson (Harvard). Así, cuando se pincharon la burbuja puntocom y las inversiones tecnológicas, muchos temieron que se licuarían los avances en productividad. En cambio, ésta viene aumentando desde 2000 y a mayor ritmo que en los últimos años 90. Este mismo mes, la oficina federal de estadística laboral informó que, en el tercer trimestre de 2005, la productividad se había incrementado 3,1% sobre igual lapso del año anterior.

Otro estudio, en este caso del McKinsey Global Institute, revela que el crecimiento de productividad, tras el crash de 2000/1, proviene de sectores ajenos a la TI. “Por supuesto, ese área y su veloz ritmo de cambio siguen contribuyendo a la pruductividad”, indica Martin Baily, coautor del trabajo, “pero ahora el resto de la economía aporta cada vez más”.

Según advirtió la entidad, a fines de los 90 seis entre 59 sectores monopolizaban virtualmente todo el crecimiento. Los predominantes eran telecomunicaciones, computadoras y microprocesadores. Pero, de 2000 a 2003, los siete sectores más relevantes representaban sólo 75% del incremento productivo. Cinco eran servicios, inclusive banca y comercio, tanto minorista como mayorista.

Por cierto, los servicios se han tornado más productivos en años recientes porque han continuado invirtiendo en TI. No obstante, hay otros factores en acción. “Sin un trasfondo proeclive a la innovación, no veríamos este tipo de avances”, opina Baily. Para competir con Wal-Mart, verbigracia, los otros minoristas se han empeñado en ganar escala, gestionar más eficazmente las cadenas de abastecimiento y afinar la logística, a fin de negociar en mejores condiciones con los proveedores.

Similar dinámic ha impulsado al sector bursátil, donde se ha registrado una enorme incremento productivo con menos personal. La competencia y los cambios estructurales explican esos avances. Así, comisiones y brechas operativas han ido reduciéndose, aunque en este caso tuvieron papel decisivo las reformas promulgadas por la Security & exchange commission (SEC, comisión federal de valores). Los volúmenes negociados crecieron, merced a la proliferaciones de inversores. De modo que, cuando ese mercado se enfrió tras la burbuja puntocom, los grandes intermediarios empezaron a recortar costos, disminuir personal y eliminar operaciones irrentables. Eso promovió mayor productividad.

Hoy día, la mejor noticia –suponen algunos expertos- es que ya no hacen faltas innovaciones especutaculares en TI para fomentar productividad. “Ni siquiera el área investigación y desarrollo genrarán los mayores aportes a la productividad”, afirma Jorgenson. “Las causas reales serán la competencia, la derregulación la apertura de mercados o sectores y la globalización”. Por supuesto, estos factores sólo se combinan apropiadamente en Estados Unidos y otras economías centrales.

Como apunta el “Financial Times”, a medida como “retorna el evangelio de la productividad, más empresas siguen tratando de hacer más con menos personal. Para ciertos economistas eso es buieno. Pero tiene un inconveniente: en los tres años, la demanda laboral ha sido muy inferior a la habitual en lapsos posrecesivos. Ocurre que la mayor productividad permite crecer sin añadir ni recrear empleo”.

¿Cuál ha sido el costo de tanta productividad en tiempos recientes? “La pérdida de puestos industriales desde 2001 ha sido muy considerable y no ha sido compensada”, indica Baily. “Las automotrices norteamericanas han eliminado miles de empleos por presiones del mercado, caída de demanda y errores de management. Por ende, es muy factible que General Motors y Ford sigan contrayéndose, aun si la productivad en general pierde impulso”.

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