Por fin, General Motors se achica, pero sin impresionar al mercado

En otra iniciativa para contener grandes pérdidas operativas en Estados Unidos y Canadá, GM eliminará 25.000 puestos laborales y cerrará plantas de ahora a 2008. Pero los operadores no se ven entusiasmados, porque faltan detalles.

8 junio, 2005

Por otra parte, la empresa analizará “nuevas opciones estratégicas” para GM Acceptances, su lucrativa división financiera. Así informó Richard Wagoner, un presidente ejecutivo acosado por duras realidades y, por si no le bastasen, por el vedetismo de Kirk Kerkorian.

Sin embargo, el directivo no brindó muchos detalles sobre sus planes e intenciones. “No parecía darse cuenta de que estaba hablando en la convención anual de la firma y en Detroit”, decían varios operadores en Wall Street. Pese a que, según cifras ajustadas, el quebranto operativo del primer trimestre alcanzara US$ 1.300 millones, no se proporcionaron proyecciones financieras para este trimestre mi los siguientes.

En cuanto a costos laborales, algunos analistas no creen que pesen ya tanto como Wagoner parece creer. Por de pronto, el grupo ha estado suprimiendo 8.000 cargos al año, desde 2002, aplicando una mezcla de retiros “voluntarios” y jubilaciones anticipadas. Con el apoyo nada gratuito del poderoso sindicato nacional del ramo.

Pero algunos expertos en finanzas del sector indican que esos recorten no han sido suficientes para compensar la menor participación de GM –y sus otros dos rivales- en el mercado norteamericano. “Si los nuevos ahorros coexisten con crecientes descuentos e incentivos para vender coches, de poco servirán. El precio real que perciben las fábricas continuará bajando”, señalan dos consultores especializados.

Si bien una obvia “campaña”, fomentada por la agencia Bloomberg’s y un puñado de intermediarios, elevó hasta 1% las acciones el martes, su cotización (US$ 30,73) seguía por debajo de los US$ 31 establecidos por Kerkorian en una curiosa oferta para comprar 28 millones vía un fondo controlado por el especulador. Su meta ostensible es convertirse en el mayor accionista individual (apunta a 8,88% del paquete, con la ayuda de un amigo personal, el alcalde Michael Bloomberg).

En realidad, el efecto clave de la maniobra amagada por Kerkorian fue fijar un piso de US$ 31. Pero ocurre que su oferta expiraba la medianoche del martes. “Eliminar 14% de la plantilla laboral son palabras mayores. No obstante –notaban medios bursátiles-, Wagoner no dio detalles sobre el cierre de fábricas”. Sea como fuere, Wall Street no ha festejado los vagos anuncios como esperaban GM y sus amigos.

Por otra parte, la empresa analizará “nuevas opciones estratégicas” para GM Acceptances, su lucrativa división financiera. Así informó Richard Wagoner, un presidente ejecutivo acosado por duras realidades y, por si no le bastasen, por el vedetismo de Kirk Kerkorian.

Sin embargo, el directivo no brindó muchos detalles sobre sus planes e intenciones. “No parecía darse cuenta de que estaba hablando en la convención anual de la firma y en Detroit”, decían varios operadores en Wall Street. Pese a que, según cifras ajustadas, el quebranto operativo del primer trimestre alcanzara US$ 1.300 millones, no se proporcionaron proyecciones financieras para este trimestre mi los siguientes.

En cuanto a costos laborales, algunos analistas no creen que pesen ya tanto como Wagoner parece creer. Por de pronto, el grupo ha estado suprimiendo 8.000 cargos al año, desde 2002, aplicando una mezcla de retiros “voluntarios” y jubilaciones anticipadas. Con el apoyo nada gratuito del poderoso sindicato nacional del ramo.

Pero algunos expertos en finanzas del sector indican que esos recorten no han sido suficientes para compensar la menor participación de GM –y sus otros dos rivales- en el mercado norteamericano. “Si los nuevos ahorros coexisten con crecientes descuentos e incentivos para vender coches, de poco servirán. El precio real que perciben las fábricas continuará bajando”, señalan dos consultores especializados.

Si bien una obvia “campaña”, fomentada por la agencia Bloomberg’s y un puñado de intermediarios, elevó hasta 1% las acciones el martes, su cotización (US$ 30,73) seguía por debajo de los US$ 31 establecidos por Kerkorian en una curiosa oferta para comprar 28 millones vía un fondo controlado por el especulador. Su meta ostensible es convertirse en el mayor accionista individual (apunta a 8,88% del paquete, con la ayuda de un amigo personal, el alcalde Michael Bloomberg).

En realidad, el efecto clave de la maniobra amagada por Kerkorian fue fijar un piso de US$ 31. Pero ocurre que su oferta expiraba la medianoche del martes. “Eliminar 14% de la plantilla laboral son palabras mayores. No obstante –notaban medios bursátiles-, Wagoner no dio detalles sobre el cierre de fábricas”. Sea como fuere, Wall Street no ha festejado los vagos anuncios como esperaban GM y sus amigos.

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