Nortel Networks, otra empresa en graves apuros contables

Cuando muchos creían ya agotada la larga serie iniciada por Enron (diciembre de 2001), de pronto la canadiense Nortel admite nuevos “errores contables”, ahora por US$ 3.000 millones. El monto se suma a cientos de millones ya revelados.

12 enero, 2005

En terso comunicado, la empresa también informó que una docena de directivos y ejecutivos restituirán millones de dólares en cuantiosas bonificaciones. Es una medida para superar los escándalos contables puestos en evidencia y la conducta poco apropiada del personal superior. Por otra parte, cinco miembros del Directorio –empezando por su presidente, Lynton Wilson- abandonarán los cargos “para permitir una renovación total”.

En verdad, la junta era objeto de duras críticas, en Canadá y Estados Unidos, por haber “dejado hacer” a la línea, con lo cual fue prolongándose el escándalo, que data de 2002. Pero ninguno de los cinco ha sido acusado de irregularidades por la auditoría interna ordenada tiempo atrás.

En lo tocante a devolución de remuneraciones extraordinarias, 12 ejecutivos superiores entregarán US$8,6 millones, “ganados” asentando resulados erróneos en los balances. Su suerte podría eventualmente ser la de los 10 despedidos en 2004.

El cronograma de irregularidades habla por sí mismo. En noviembre de 2002 –hace dos años y dos meses-, se lanza el programa “vuelta a la rentabilidad”, obra de Frederick Dunn, su máxima autoridad. Para entonces, Nortel había crecido espectacularmente en los ´90 y se había derrumbado junto con la burbuja punto com (2000-1). En abril de 2003, la firma declara utilidades del primer trimestre: 25% sobre los propios pronósticos de Dunn. Tres meses más tarde, la empresa debe “revisar exhaustivamente” ese balance.

En octubre, la revisión se amplía a los estados financieros desde 2001 hasta junio de 2003. El escándalo era imposible de disimular. Dos meses después transfiere pasivos por US$ 952 millones del segundo al primer trimestre del mismo año. En marzo de 2004, Nortel le da una licencia al director financiero y al revisor de cuentas. Se resuelve la tercera auditoría de balances. En abril despiden al director financiero, al revisor de cuentas y al presidente ejecutivo, Dunn. En agosto echan a ocho ejecutivos de Finanzas.

Ahora, Nortel está siendo investigada por el Departamento de Justicia (Canadá), la Comisión de Valores de Ontario, la División Delitos Económicos de la Real Policía Montada y la Securities& Exchange Commission (Estados Unidos). Con las cifras conocidas desde novienmbre, la suma de irregularidades supera los US$3.950 millones (más los que falte justipreciar en los estados de 1999, 2000 y 2001).

En terso comunicado, la empresa también informó que una docena de directivos y ejecutivos restituirán millones de dólares en cuantiosas bonificaciones. Es una medida para superar los escándalos contables puestos en evidencia y la conducta poco apropiada del personal superior. Por otra parte, cinco miembros del Directorio –empezando por su presidente, Lynton Wilson- abandonarán los cargos “para permitir una renovación total”.

En verdad, la junta era objeto de duras críticas, en Canadá y Estados Unidos, por haber “dejado hacer” a la línea, con lo cual fue prolongándose el escándalo, que data de 2002. Pero ninguno de los cinco ha sido acusado de irregularidades por la auditoría interna ordenada tiempo atrás.

En lo tocante a devolución de remuneraciones extraordinarias, 12 ejecutivos superiores entregarán US$8,6 millones, “ganados” asentando resulados erróneos en los balances. Su suerte podría eventualmente ser la de los 10 despedidos en 2004.

El cronograma de irregularidades habla por sí mismo. En noviembre de 2002 –hace dos años y dos meses-, se lanza el programa “vuelta a la rentabilidad”, obra de Frederick Dunn, su máxima autoridad. Para entonces, Nortel había crecido espectacularmente en los ´90 y se había derrumbado junto con la burbuja punto com (2000-1). En abril de 2003, la firma declara utilidades del primer trimestre: 25% sobre los propios pronósticos de Dunn. Tres meses más tarde, la empresa debe “revisar exhaustivamente” ese balance.

En octubre, la revisión se amplía a los estados financieros desde 2001 hasta junio de 2003. El escándalo era imposible de disimular. Dos meses después transfiere pasivos por US$ 952 millones del segundo al primer trimestre del mismo año. En marzo de 2004, Nortel le da una licencia al director financiero y al revisor de cuentas. Se resuelve la tercera auditoría de balances. En abril despiden al director financiero, al revisor de cuentas y al presidente ejecutivo, Dunn. En agosto echan a ocho ejecutivos de Finanzas.

Ahora, Nortel está siendo investigada por el Departamento de Justicia (Canadá), la Comisión de Valores de Ontario, la División Delitos Económicos de la Real Policía Montada y la Securities& Exchange Commission (Estados Unidos). Con las cifras conocidas desde novienmbre, la suma de irregularidades supera los US$3.950 millones (más los que falte justipreciar en los estados de 1999, 2000 y 2001).

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