¿Existe el proyecto de crear una ENTel K?

“Vade retro es la mejor forma de describir la reacción, días atrás, ante el artículo publicado en ‘Fortuna’. Era una luenga especulación sobre una imaginaria empresa estatal de comunicaciones”.

10 julio, 2007

Asi señala, no sin ironía, el último informe de la consultoría que dirige Enrique Carrier (hijo). Lo llamativo es que afirme basarse en trascendidos provenientes de despachos oficiales, “pero sin mención concreta a funcionarios u oficinas”.

Vale decir, sonaba “más a especulación que a dato cierto y comprobable. Pero, como el toro ya está en el ruedo, es interesante formular algo así como una hipótesis de conflicto. La nota sobre una nueva ENTel parte de la compra, por parte de Telefónica de España de una fracción de las acciones de Olimpia, sociedad que a su vez tiene el 18% de Telecom Italia”.

A pesar de la diluida participación de TdeE en Telecom Argentina, la revista afirma que la estrategia del gobierno consistiría en argüir posibles problemas de monopolio o posición dominante. Ello obligaría a encarar un proceso de desinversión. “Desde el punto de vista técnico –apunta EC-, el plan tiene sus aristas. Más allá de real de Telefónica en Telecom (lo cual es ciertamente discutible), la solución no pasa por estatizar”.

Podría exigirse, sí, vender parte de los activos a otra firma privada, como sucedió en la industria cervecera local. “Por otra parte, a diferencia de otras presurosas privatizaciones realizadas durante los 90, en el caso de las telecomunicaciones no se trató de concesión, sino de una licencia que incluyó vender activos de ENTel. Así, éstos son hoy propiedad de ambas telefónicas, no del estado. Eso sí ocurre con el espectro radioeléctrico, razón por la cual pudo exigirse a Movistar la devolución del excedente. Haría falta, entonces, una expropiación. ¿Sería políticamente razonable que el estado gastase miles de millones para quedarse con una parte de la red telefónica nacional?”, se pregunta el consultor.

La idea de rearmar una gran empresa nacional de telecomunicaciones (sea estatal, sea mixta) no es nueva. Era un sueño acunado por la anterior gestión a cargo de la secretaría del ramo. Sin embargo, resta por verse cómo se reacomodarán las piezas políticas luego de las elecciones de octubre: aunque la ganadora tenga el mismo apellido, su arribo puede acarrear múltiples cambios de nombres a nivel ministerial y para abajo.

Asi señala, no sin ironía, el último informe de la consultoría que dirige Enrique Carrier (hijo). Lo llamativo es que afirme basarse en trascendidos provenientes de despachos oficiales, “pero sin mención concreta a funcionarios u oficinas”.

Vale decir, sonaba “más a especulación que a dato cierto y comprobable. Pero, como el toro ya está en el ruedo, es interesante formular algo así como una hipótesis de conflicto. La nota sobre una nueva ENTel parte de la compra, por parte de Telefónica de España de una fracción de las acciones de Olimpia, sociedad que a su vez tiene el 18% de Telecom Italia”.

A pesar de la diluida participación de TdeE en Telecom Argentina, la revista afirma que la estrategia del gobierno consistiría en argüir posibles problemas de monopolio o posición dominante. Ello obligaría a encarar un proceso de desinversión. “Desde el punto de vista técnico –apunta EC-, el plan tiene sus aristas. Más allá de real de Telefónica en Telecom (lo cual es ciertamente discutible), la solución no pasa por estatizar”.

Podría exigirse, sí, vender parte de los activos a otra firma privada, como sucedió en la industria cervecera local. “Por otra parte, a diferencia de otras presurosas privatizaciones realizadas durante los 90, en el caso de las telecomunicaciones no se trató de concesión, sino de una licencia que incluyó vender activos de ENTel. Así, éstos son hoy propiedad de ambas telefónicas, no del estado. Eso sí ocurre con el espectro radioeléctrico, razón por la cual pudo exigirse a Movistar la devolución del excedente. Haría falta, entonces, una expropiación. ¿Sería políticamente razonable que el estado gastase miles de millones para quedarse con una parte de la red telefónica nacional?”, se pregunta el consultor.

La idea de rearmar una gran empresa nacional de telecomunicaciones (sea estatal, sea mixta) no es nueva. Era un sueño acunado por la anterior gestión a cargo de la secretaría del ramo. Sin embargo, resta por verse cómo se reacomodarán las piezas políticas luego de las elecciones de octubre: aunque la ganadora tenga el mismo apellido, su arribo puede acarrear múltiples cambios de nombres a nivel ministerial y para abajo.

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