Lavagna: “No aceptaremos una quita menor al 75 por ciento”

Así lo aseguró el ministro de Economía en relación a los títulos de la deuda en default y advirtió sobre la existencia de "maniobras muy groseras" que indican que la Argentina habría ofertado a los acreedores un porcentaje mucho menor.

6 octubre, 2003

Además, Roberto Lavagna sostuvo que “no hay que temer cuando se
habla de juicios contra el Estado argentino por parte de los
acreedores”, y añadió: “Esas son presiones que hacen los mismos
que tratan de meter en la misma bolsa al Fondo Monetario y a los
BODEN”.

En los últimos días trascendió que los acredores aceptarían una
quita del 40 por ciento sobre la deuda que Argentina mantiene
impaga, siempre y cuando se incluyan en la reestructuración a los
bonos BODEN y a las obligaciones ante el FMI, el Banco Mundial y
el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“Hay intereses para incluir (en la renegociación de la deuda) a
los BODEN, o que Argentina entre en conflicto con el FMI para
sacarle el carácter de acreedor privilegiado. Pero en ninguna de
las reuniones que hemos tenido con los acreedores se planteó algo
de esta naturaleza”, subrayó Lavagna.

En ese sentido, el titular del Palacio de Hacienda expresó:
“los compromisos con el Fondo Monetario y con los tenedores de
BODEN se seguirán pagando normalmente y no se van a incluir en la
deuda a reestructurar”.
El ministro señaló además que el Gobierno “no se va a mover ni
un centrímetro de lo que ha sido su posición”, y adelantó que si
“alguien” planteara una quita de deuda menor “la respuesta sería
terminantemente no”.
“Tendremos que acostumbrarnos a que este tipo de presiones van
a ser habituales. Pero eso no va a cambiar la decisión que el
Gobierno ha tomado”, añadió.
Con respecto a una eventual ola de juicios que los acredores
podrían impulsar contra el Estado, Lavagna bajó los decibeles, y
dijo que Argentina “es un país soberano”.
“En consecuencia, eso le pone límites muy claros a la capacidad
de los acreedores para cobrar por vía judicial”, señaló al
referirse a ese punto.
El ministro reiteró que “todos los acreedores van a ser
tratados de la misma manera” en el marco de la renegociación de la
deuda, ya que “esta es una regla de oro”.

En ese sentido, añadió: “Puede haber distintos tipos de bono,
pero no un bono específico para cada acreedor”.
Además, diferenció a los acredores, y dijo que “por un lado
están los llamados ´fondos buitres´, cuya posición será siempre
´no´ a cualquier propuesta, porque quieren conseguir un
tratamiento mejor al resto de los acreedores”.

“Luego -añadió- están los acreedores individuales, que son
alredor de 500 mil, que no tienen sofisticación financiera y que a
lo mejor fueron inducidos a comprar los bonos sin ser concientes
del riesgo y que en consecuencia tienen una reacción muy
aireada”.
Como una tercera posición, según explicó, “en el medio de ambos
extremos están los inversores institucionales, como los bancos
y fondos de inversión, que tienen un mayor grado de conocimiento
acerca de cómo funciona el mercado del que pueden tener los
individuos y, por ende, conocen los números de Argentina”.

Por otra parte, Lavagna señaló que en el viaje que realizó
a Nueva York durante la semana pasada tomó contacto con
“directivos de cinco bancos con presencia en la Argentina, que nos
hicieron preguntas sobre el CER y el CVS, la compensación que está
siendo tratada en el Congreso y algunas cuestiones judiciales
internas”.
El funcionario recordó que a partir del 20 de este mes “habrá
una serie de reuniones con grupos consultivos de acreedores que se
realizará en diversos lugares del mundo. Y el viaje a Nueva York
sirvió para para mantener un encuentro preparatorio de esas
reuniones y también para explicar cómo está funcionando el sistema
financiero en la Argentina”.

Además, Roberto Lavagna sostuvo que “no hay que temer cuando se
habla de juicios contra el Estado argentino por parte de los
acreedores”, y añadió: “Esas son presiones que hacen los mismos
que tratan de meter en la misma bolsa al Fondo Monetario y a los
BODEN”.

En los últimos días trascendió que los acredores aceptarían una
quita del 40 por ciento sobre la deuda que Argentina mantiene
impaga, siempre y cuando se incluyan en la reestructuración a los
bonos BODEN y a las obligaciones ante el FMI, el Banco Mundial y
el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“Hay intereses para incluir (en la renegociación de la deuda) a
los BODEN, o que Argentina entre en conflicto con el FMI para
sacarle el carácter de acreedor privilegiado. Pero en ninguna de
las reuniones que hemos tenido con los acreedores se planteó algo
de esta naturaleza”, subrayó Lavagna.

En ese sentido, el titular del Palacio de Hacienda expresó:
“los compromisos con el Fondo Monetario y con los tenedores de
BODEN se seguirán pagando normalmente y no se van a incluir en la
deuda a reestructurar”.
El ministro señaló además que el Gobierno “no se va a mover ni
un centrímetro de lo que ha sido su posición”, y adelantó que si
“alguien” planteara una quita de deuda menor “la respuesta sería
terminantemente no”.
“Tendremos que acostumbrarnos a que este tipo de presiones van
a ser habituales. Pero eso no va a cambiar la decisión que el
Gobierno ha tomado”, añadió.
Con respecto a una eventual ola de juicios que los acredores
podrían impulsar contra el Estado, Lavagna bajó los decibeles, y
dijo que Argentina “es un país soberano”.
“En consecuencia, eso le pone límites muy claros a la capacidad
de los acreedores para cobrar por vía judicial”, señaló al
referirse a ese punto.
El ministro reiteró que “todos los acreedores van a ser
tratados de la misma manera” en el marco de la renegociación de la
deuda, ya que “esta es una regla de oro”.

En ese sentido, añadió: “Puede haber distintos tipos de bono,
pero no un bono específico para cada acreedor”.
Además, diferenció a los acredores, y dijo que “por un lado
están los llamados ´fondos buitres´, cuya posición será siempre
´no´ a cualquier propuesta, porque quieren conseguir un
tratamiento mejor al resto de los acreedores”.

“Luego -añadió- están los acreedores individuales, que son
alredor de 500 mil, que no tienen sofisticación financiera y que a
lo mejor fueron inducidos a comprar los bonos sin ser concientes
del riesgo y que en consecuencia tienen una reacción muy
aireada”.
Como una tercera posición, según explicó, “en el medio de ambos
extremos están los inversores institucionales, como los bancos
y fondos de inversión, que tienen un mayor grado de conocimiento
acerca de cómo funciona el mercado del que pueden tener los
individuos y, por ende, conocen los números de Argentina”.

Por otra parte, Lavagna señaló que en el viaje que realizó
a Nueva York durante la semana pasada tomó contacto con
“directivos de cinco bancos con presencia en la Argentina, que nos
hicieron preguntas sobre el CER y el CVS, la compensación que está
siendo tratada en el Congreso y algunas cuestiones judiciales
internas”.
El funcionario recordó que a partir del 20 de este mes “habrá
una serie de reuniones con grupos consultivos de acreedores que se
realizará en diversos lugares del mundo. Y el viaje a Nueva York
sirvió para para mantener un encuentro preparatorio de esas
reuniones y también para explicar cómo está funcionando el sistema
financiero en la Argentina”.

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