Danone negocia para ingresar en Rusia vía lácteos

El grupo alimentario francés –de origen catalán- Danone tomaría este mes el control de la rusa Wimm-Bill-Dann. Ello representaría un giro en la inversión externa, centrada hasta hoy en hidrocarburos, comercio y telecomunicaciones.

10 octubre, 2003

De acuerdo con una propuesta todavía en discusión, Danone piensa hacer una oferta a accionistas controlantes. W-B-D se dedica en Rusia a jugos de frutas y lácteos –usando marcas propias e internacionales- y el valor bursátil de su paquete oscila en torno de € 900 millones.

El trato marcaría un cambio en la estrategia de los inversores externos, rumbo a la diversificación de sectores. Junto con las bebidas (alcohólicas o no), los alimentos procesados viven una fase de crecimiento en Rusia.

Danone tenía ya 7% de W-B-D. Su plan contempla una segunda etapa: al cabo de un año, revendería las divisiones jugos y agua mineral a Coca-Cola, Pepsi o Nestlé, para concentrarse en el negocio lácteo. En realidad, las negociaciones datan de enero de 2002, cuando W-B-D emitió certificados de acciones en caución en Wall Street.

Las discusiones han sido y son duras, pues los rusos sobrevalúan su paquete (cotiza en Nueva York, Moscú y Petersburgo). No obstante, la empresa registró el año pasado ventas por € 852 millones y ganancias netas por 36 millones. Opera o supervisa 23 plantas en el país más grande del mundo y sus vecinos de la ex URSS.

En cuanto al paquete en sí, dos tercio están en poder de directivos de la propia firma, algo bastante habitual en el entorno empresario ruso. Algunos de ellos preferían vender sus papeles mientras siguen altos y antes de las elecciones generales de diciembre.

De acuerdo con una propuesta todavía en discusión, Danone piensa hacer una oferta a accionistas controlantes. W-B-D se dedica en Rusia a jugos de frutas y lácteos –usando marcas propias e internacionales- y el valor bursátil de su paquete oscila en torno de € 900 millones.

El trato marcaría un cambio en la estrategia de los inversores externos, rumbo a la diversificación de sectores. Junto con las bebidas (alcohólicas o no), los alimentos procesados viven una fase de crecimiento en Rusia.

Danone tenía ya 7% de W-B-D. Su plan contempla una segunda etapa: al cabo de un año, revendería las divisiones jugos y agua mineral a Coca-Cola, Pepsi o Nestlé, para concentrarse en el negocio lácteo. En realidad, las negociaciones datan de enero de 2002, cuando W-B-D emitió certificados de acciones en caución en Wall Street.

Las discusiones han sido y son duras, pues los rusos sobrevalúan su paquete (cotiza en Nueva York, Moscú y Petersburgo). No obstante, la empresa registró el año pasado ventas por € 852 millones y ganancias netas por 36 millones. Opera o supervisa 23 plantas en el país más grande del mundo y sus vecinos de la ex URSS.

En cuanto al paquete en sí, dos tercio están en poder de directivos de la propia firma, algo bastante habitual en el entorno empresario ruso. Algunos de ellos preferían vender sus papeles mientras siguen altos y antes de las elecciones generales de diciembre.

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